Los métodos de tortura de Israel se parecen a los horrores del Estado Islámico

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Los métodos de tortura de Israel 

se parecen a los horrores del Estado Islámico

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La tortura está prohibida en todo el mundo bajo cualquier circunstancia y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) la tipifica como crimen de guerra, pero los palestinos y palestinas bajo custodia israelí están soportando patrones de tortura y malos tratos similares a los de los torturadores más notorios de la era moderna.

             Además del escrutinio inédito que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha llevado a cabo sobre las acciones presumiblemente genocidas de Israel en Gaza, informes acreditados de la UNRWA, de expertos en derechos de Naciones Unidas, y de asociaciones de derechos humanos palestinas e israelíes documentan detalles estremecedores del vertiginoso aumento de la tortura desde octubre pasado. Algunos de los métodos que se infligen contra palestinos y palestinas son bien conocidos porque son los mismos que utiliza el autoproclamado Daesh o Estado Islámico (EI) y otros regímenes represivos como el sirio de Bashar al Assad.

EI se ha distinguido por la discriminación y la violencia sexual contra las mujeres. En la guerra contra Gaza, Israel ha asesinado, herido o impactado de forma desproporcionada a mujeres y niñas palestinas, lo que ONU Mujeres califica de «guerra contra las mujeres».

           Según expertos en derechos humanos de Naciones Unidas, centenares de mujeres y niñas palestinas han sido detenidas arbitrariamente en Gaza y Cisjordania ocupada; algunas de ellas han sido «cruelmente golpeadas» y sometidas a «múltiples formas de agresión sexual».

Bajo custodia israelí se practica asimismo violencia sexual contra hombres y niños. La UNRWA ha documentado que a dos hombres palestinos se les introdujo un palo de metal caliente o eléctrico en el ano causando la muerte de una de las víctimas como consecuencia de las heridas. Las agresiones sexuales y las amenazas de agresión sexual contra menores bajo detención militar de Israel vienen alertando desde hace tiempo.

EI asesinó a cientos de prisioneros en ejecuciones sumarias, enterró vivas a algunas víctimas y abandonó sus cadáveres en fosas comunes. Las fuerzas israelíes en Gaza son sospechosas de estar cometiendo atrocidades similares, y los expertos en derechos humanos de Naciones Unidas han expresado su inquietud porque «según los informes, mujeres y niñas palestinas han sido ejecutadas arbitrariamente en Gaza, muchas veces junto a miembros de su familia, incluidos sus hijos».

Jaulas y perros de ataque

A principios del mes de mayo el secretario general adjunto de Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó su horror ante las fosas comunes halladas en Gaza después de que se desenterraran más de 520 cadáveres en los hospitales Nasser y Al Shifa, «muchos de los cuales presentaban signos aparentes de tortura y ejecuciones sumarias, y posibles casos de personas enterradas vivas».

Tanto EI como Israel han practicado el confinamiento en jaulas de personas detenidas, deshumanizándolas y exponiéndolas a la intemperie. EI retuvo a mujeres en jaulas metálicas con cráneos humanos en su interior en Raqqa, y apresó también en una jaula a un piloto jordano capturado al que quemó hasta la muerte.

Israel ha recluido a personas palestinas de Gaza, incluidas mujeres, niños y niñas, en jaulas metálicas sin protección contra el frío, el sol o la lluvia. En algunos casos se ha relatado que se han soltado perros de ataque contra los y las detenidas enjauladas que han aterrorizado y mordido a los menores.

Al igual que EI filmó y difundió asesinatos de prisioneros y otros abusos, las fuerzas israelíes han grabado y publicado innumerables clips e imágenes de abusos contra personas palestinas detenidas. Personal israelí se ha grabado a sí mismo cometiendo abusos –a menudo en aparente estado de diversión disfrutando de su impunidad– y ha divulgado las imágenes en redes sociales.

Tanto EI como el personal militar de Israel han golpeado con violencia a detenidos y detenidas hasta provocarles la muerte con culatas de fusil, palos y barras metálicas. EI también flagelaba a sus víctimas. Bajo la custodia israelí tampoco los menores se libran de recibir palizas; sufren asimismo abusos verbales y amenazas y se les recluye en régimen de incomunicación y aislamiento. Algunos han sufrido fracturas óseas.

Si EI practicaba mutilaciones como método de castigo a las personas bajo su control, también hay palestinos y palestinas a los que se les ha tenido que realizar amputaciones como consecuencia de heridas infectadas en tobillos y muñecas después de haber sido atados con cables o cremalleras estando bajo custodia israelí.

En shock y desnudos

Está documentado que tanto Israel como EI han utilizado métodos de tortura como el «shabeh» o «fantasma», por el que se cuelga a la víctima de las muñecas fuertemente maniatadas durante horas o días, causando un dolor extremo por la dislocación de las articulaciones que a largo plazo puede producir discapacidad.

Según los informes, tanto EI como las fuerzas israelíes, han aplicado también descargas eléctricas a los y las detenidas. A las fuerzas israelíes se les acusa además de arrancar las uñas con alicates a palestinos y palestinas detenidas, de apagar cigarrillos en sus cuerpos y de utilizar pistolas de clavos contra ellos.

Tanto EI como Israel han obligado a desnudarse a buena parte de las personas detenidas manteniéndolas en condiciones humillantes durante periodos prolongados, en celdas abarrotadas y en lugares públicos, durante sus traslados y en marchas forzadas.

Denunciantes palestinos han denunciado una esperpéntica y humillante práctica de tortura en el campo de detención israelí de Sde Teiman, donde se desnuda a los palestinos, se les obliga a llevar pañales, se les ata a las camas y se les alimenta a través de pajitas. Otros actos de humillación documentados incluyen orinar sobre los detenidos, obligarles a imitar a animales y utilizar el himno nacional israelí como método de tortura sonora.

Cuando los detenidos mueren, tanto EI como Israel ocultan los cadáveres a las familias, les impiden celebrar el funeral y enterrar a sus seres queridos según sus creencias y tradiciones. Israel ha promulgado desde hace muchos años diferentes políticas para la retención de cadáveres, lo que supone un castigo colectivo y otra forma de tortura para las familias.

El contraste que más destaca entre EI e Israel se refiere no tanto a las prácticas abusivas cuanto a las medidas adoptadas a nivel internacional para detenerlas. La violenta conquista de territorio por EI, caracterizada por la tortura sistemática de detenidos y otras atrocidades, provocó protestas en todo el mundo, la creación de una coalición militar liderada por EEUU para combatirlo y sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la UE y otros organismos.

El ataque de Israel contra los palestinos y palestinas y la aplicación sistemática de tortura y otras atrocidades, aunque ha provocado protestas populares en todo el mundo sigue siendo respaldado en buena parte del Norte Global.

Neil Sammonds, investigador y defensor de los derechos humanos, es responsable de la campaña War on Want sobre Palestina. Anteriormente ha trabajado en Medical Aid for Palestinians y en Amnistía Internacional, donde investigó los patrones de tortura y otros abusos principalmente en Siria, Líbano, Jordania, Turquía, Bahrein, Iraq y Egipto.

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GEHIEN IRAKURRI

AZKEN BERRIAK