Ni uno ni otro van a Madrid a denunciar las invasiones militares que durante los últimos siglos nos han llegado desde el Sur, llevado a esta parte peninsular de nuestro País, de Euskal Herria, a la actual situación de sometimiento, de dependencia, de opresión política y cultural a que nos tienen sometidos.
¿QUÉ QUIERES QUE TE TRAIGA,
QUE VOY A MADRID?
Así comenzaba aquella bilbainada que cantábamos de niños. Ahora parece que el ir a Madrid se ha convertido en el ansia principal de los partidos políticos de ámbito vasquista, PNV y EHBILDU. Los primeros prometen traerse a su Euskadi (la CAV, las antiguas provincias vascongadas), cosas sustanciosas como subvenciones y transferencias pendientes, mientras los segundos alardean de ir a defender al actual Gobierno socialista contra los envites de la ultraderecha, epíteto que le asignan a VOX, como si el PP no fuera lo suficientemente de derechas como para no necesitar ser superado por otro o como si el propio PSOE fuera un modelo de izquierdismo.
Ni uno ni otro van a Madrid a denunciar las invasiones militares que durante los últimos siglos nos han llegado desde el Sur, llevado a esta parte peninsular de nuestro País, de Euskal Herria, a la actual situación de sometimiento, de dependencia, de opresión política y cultural a que nos tienen sometidos. Tampoco van a reclamar, a exigir, la devolución de nuestra soberanía, de nuestra independencia. Es posible que no lo hagan para no enemistarse con esas fuerzas políticas cuya aquiescencia necesitan para obtener de vez en cuando alguna concesión, alguna autorización para gestionar algún tramo de vía ferroviaria o, quien sabe, algo tan apetitoso como gestionar la Seguridad Social, como ansían los peneuvistas, o bien se les permita participar en la vida institucional española de la capital del reino como a cualquier parlamentario o senador español, como buscan los bilduístas.
El Presidente del PNV se queja de que les sitúen en el bloque de derechas, aduciendo que saben muy bien donde están babor, estribor, pero sobre todo el norte, constituyendo este último, para ellos, Euskadi; no parece que con esta última declaración quede muy claro el progresismo programático de sus políticas. Al mismo tiempo, la portavoz de Geroa Bai, la fuerza representante en Nafarroa del PNV, partido que allí no se presenta oficialmente porque, al parecer, Nafarroa no es parte de su Euskadi triprovincial, manifestaba que también iban a ir a Madrid, a reclamar el dinero que a su Comunidad autónoma “Foral” les debían, ofreciéndonos una imagen de a qué costado de la nave se inclinan sus posicionamientos socio-políticos. Cuando en 2015 fue elegida Presidenta de la Comunidad Foral, con el apoyo entre otros de EHBILDU, declaró:
“No voy a imponer la ikurriña ni el euskera, pero exijo respeto para todos los sentimientos.” Prometió “lealtad a Madrid desde la defensa templada y firme del autogobierno”. Pero la realidad es que, transcurrida casi una década, Nafarroa sigue dividida en zonas lingüísticas y dificultada oficialmente la recuperación de su “lingua Navarrorum”.
El Coordinador General de EHBILDU, por su parte, asegura que “Ahora toca ir a Madrid, una parada necesaria antes de llegar a la República Vasca”, añadiendo que “Nosotros vamos a Madrid de manera provisional”, afirmaciones que igualmente pecan de imprecisas e insuficientes para aclarar a los futuros votantes la estrategia y la táctica de su formación política respecto a nuestra problemática nacional y a nuestro futuro social. Una pista nos la podría dar la decisión de EHBILDU de presentarse para el Senado español en coalición con Esquerra Republicana, pero resulta que el portavoz de está última, Sr. Rufián, ha hecho recientemente unas declaraciones en las que manifiesta:
“No somos nacionalistas, pero es que tampoco somos independentistas, porque ¿qué es ser independentista?. Es un estado transitorio, no es nada”.
No es de extrañar la reacción de otras fuerzas catalanas, nacionalistas e independentistas, como la que lidera el Sr. Puigdemont y el asombro de muchos ciudadanos catalanes y vascos ante tal desprendimiento de careta política de ER, pero esas confesiones no dejan en muy buen lugar a la Coalición liderada por el Sr. Otegi, por el hermanamiento ideológico que se les supone.
Junto a Otegi aparece en las pantallas Oscar Matute, diputado de EHBILDU en el Parlamento español. Antiguo miembro de ELKARRI, exparlamentario también de Izquierda Unida en Gasteiz, que tras la escisión de ese partido fundó y dirige actualmente ALTERNATIBA. En reciente debate televisivo con el representante de VOX Espinosa de los Monteros, éste le pregunto dónde estaba él cuando ETA secuestró a Miguel Ángel Blanco. La contundente respuesta de Matute fue que se encontraba en Ermua, en una vigilia para pedir la liberación del secuestrado. No deja de ser interesante saber junto a quienes están los representantes políticos en los momentos de crisis.
Anoche, como final de fiesta, el anodino debate en ETB2 sobre las próximas elecciones estatales:
El representante de Podemos-SUMAR decía que “lo que nos une es la defensa de la ciudadanía vasca”.
El PSOE aseguraba acertadamente que “el problema no es VOX sino el PP” y que “queremos hacer política para ayudar a la gente”.
El PP enfatizaba que “lo que es inmoral es es que el PSOE haya pactado con EHBILDU”.
El PNV insistía en que “nosotros no somos la muleta de Euskadi”, que “la Ley de construcción territorial del PSOE huele a Loapa” (¿no son sus socios de gobierno?) y que “con VOX o con quien tenga relaciones con VOX, nada”.
EHBILDU declaraba que “Euskal Herria es un País diverso” y que “vamos a Madrid a llevar su voz”. “Poner a las personas en el centro” es su objetivo y “si de EHBILDU depende, las derechas españolas no van a alcanzar…”. Y lo que resulta más sorprendente, “a traer las competencias pendientes y ampliarlas”, en una ferviente manifestación de autonomismo.
Todo lo anterior como si viviéramos en un País normalizado, liberado y socializado, sin dependencia alguna de otros países y del capitalismo. Todo muy “cul” y muy “guay”. Para rematar la panorámica, hoy entrevistaban en ETB a la portavoz de SUMAR, que decía llamarse ELKARREKIN en nuestro País. Dice que “están a favor de que los vascos podamos decidir cómo sentirnos cómodos en España” (no, el PNV sólo no, los de SUMAR también). Como decía aquel, para ese viaje no necesitamos alforjas.
Ninguna reivindicación de los derechos culturales, sociales o políticos de nuestro Pueblo Vasco, por parte de ninguna de las fuerzas institucionalizadas participantes en el debate. Ni tan siquiera la devolución de los dos enclaves que tienen Burgos y Cantabria en Araba y Bizkaia, Treviño y el Valle de Villaverde de Trucios, con un total de 300 km2, a pesar del manifestado deseo de sus habitantes.
El día 23-J yo voy a votar a aquella opción electoral que reclame, donde sea, la independencia de Euskal Herria como primer paso para poder construir una sociedad vasca justa, igualitaria, reunificada y socialista. ¿Qué no hay ninguna? ¡Vaya, hombre!
Begirale