ENAJENACIÓN (falsa conciencia) y
CONCIENCIA DE CLASE (negación de la negación)
Toda la Historia de la Sociedad humana es una historia de la lucha de clases
(inicio del MANIFIESTO COMUNISTA 1848)
- Marx analiza la causa de la pérdida de humanidad en el sistema capitalista aquí y ahora. La enajenación se inicia en el proceso de producción. El trabajador tiene que renunciar a su proyecto creativo, a su herramienta propia, a la organización de su trabajo (horarios, ritmos, métodos…) y al producto de su trabajo (riqueza) que se le vuelven ajenos, que adquieren valor de sujeto y que concluye sometiendo al trabajador, reducido a objeto.
El trabajador se convierte en objeto de explotación; es la mercancía que crea riqueza. Más tarde K.Marx explicará y cuantificará en El Capital (1867) y profundizará en el “fetichismo de la mercancía” la definitiva pérdida de identidad que convierte al trabajador en objeto, frente al producto del trabajo convertido en sujeto de una formación económico-social que sustituye la identidad humana por “falsa conciencia” (Marx- “La Ideología alemana”) que hegemoniza un mundo enajenado ( ideología, sociedad, política, cultura, instituciones, ESTADO…..) a medida del “valor de cambio” (mercado).
- La enajenación lo es del ser genérico: el trabajo enajenado convierte al hombre en algo ajeno a su género, a su identidad. En palabras de Marx: “Vemos, en efecto, en primer lugar, que el trabajo, la actividad vital, la vida productiva misma, sólo se le representa al hombre como medio para la satisfacción de una necesidad, de la necesidad de conservar la existencia física. Pero la vida productiva es la vida genérica. Es la vida que engendra vida. En el tipo de actividad vital se contiene todo el carácter de la especie, su carácter genérico, y la actividad libre y consciente es el carácter genérico del hombre. La vida misma aparece solamente como medio de vida”. El trabajador tiene que vender su vida (tiempo, cultura, proyectos, creatividad, relaciones afectivas, sociales...) para seguir viviendo. El ser humano- todas las mujeres y todos los hombres- se deshumaniza. Es la pérdida de la identidad (su ser).
- La enajenación de la gran parte de la humanidad por la otra parte supone a su vez la enajenación de toda la humanidad, incluidos quienes explotan y se benefician de la explotación. “Lo que, en el trabajador, en la producción y con respecto al producto (como estado de ánimo) es comportamiento real, práctico, aparece en el no trabajador enfrentado a él como comportamiento teórico…El no trabajador hace contra el trabajador todo lo que éste hace contra sí mismo, pero no hace en contra de sí mismo lo que hace en contra del trabajador”. En consecuencia, hay dos clases de seres humanos, las dos alienadas, el explotador y el explotado (CLASES SOCIALES ANTAGÓNICAS)
Si en Febrero del 17, fueron las trabajadoras industriales la chispa que inició la insurrección de Petrogrado, no fue por un capricho de la discontinuidad histórica. Las mujeres habían entrado en la historia de la dominación como primer grupo social disociado por la división del trabajo, que les dedicó el rol de la reproducción y todas las consecuencias que se extendían desde ahí hasta el cuidado, administración de todo lo que no fueran las nobles artes reservadas al hombre. Así nace el patriarcalismo que marca el principio del silencioso final del “comunismo primitivo”
- Enajenación del hombre con respecto al hombre (1) dice Marx: “el hombre se enajena en el producto de su trabajo, su actividad vital, su ser genérico; se enajena del hombre. Si el hombre se enfrenta a sí mismo, tiene que enfrentarse también al otro hombre. Y lo que decimos de la actitud del hombre ante su trabajo, ante el producto de su trabajo y ante sí mismo, vale también para la actitud del hombre ante el otro hombre y ante el trabajo y el objeto de trabajo de este otro hombre”. La relación entre una gran parte de la sociedad y la otra es una relación enajenada. La sociedad ha quedado estructurada en ENFRENTAMIENTOS DE CLASES ANTAGÓNICAS.
- La PROPIEDAD (ENAJENACIÓN FUNDAMENTAL) es la razón material cuya existencia rompe la Identidad de las clases antagónicas al ser la causa de la dominación de quienes la privatizan-acumulan y en consecuencia de quienes, dominados, son enajenados de su razón de vivir, iniciándose con la sumisión de la mujer que inicia con el fin del comunismo primitivo iniciando el patriarcado anterior al esclavismo. La propiedad privada, siempre de unos pocos, se sustenta sobre la pobreza y fundamentalmente sobre la deshumanización de los muchos. La propiedad está en la esencia de toda forma de dominación que por definición impone la destrucción de toda identidad (libre en esencia).
- Y continúa Marx “Si el producto del trabajo no pertenece al trabajador y se enfrenta a él como una potencia ajena, solo puede ocurrir porque pertenece a otro dueño que no es el mismo trabajador. Si su actividad es para él un tormento, tendrá que constituir el goce de vida del “otro”. No es en los dioses ni en la naturaleza donde hay que buscar esta potencia ajena que se alza sobre el hombre, sino solamente en el hombre mismo”.
Ahí nace la necesidad de la CONCIENCIA DE CLASE y la consecuente intervención subjetiva del trabajador cambiando el mundo con la lucha de clases. Es la negación de la negación que es el mundo enajenado. Es la DIALÉCTICA REVOLUCIONARIA (dialogo crítico con la utopía), el método que insinúa el camino entre lo que es y lo que aún no es; entre el mundo de la propiedad enajenada, de la necesidad, la dominación y el mundo sin propiedad ni necesidad; el mundo de mujeres y hombres libres.
J.K.