LEVE BRISA EN LA CALMA CHICHA DE EUSKAL HERRIA

Imprimir

LEVE BRISA EN LA CALMA CHICHA 

DE EUSKAL HERRIA

En 1979, el Boletín Oficial del Estado español publica la Ley Orgánica 3/1979, firmada por su rey Juan Carlos I, por la que se constituye, dentro de ese Estado, la Comunidad Autónoma de Euskadi, donde se dice que constituye la expresión de su nacionalidad para el Pueblo Vasco o Euskal-Herria y que su territorio quedará integrado por las provincias de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya (así como la de Navarra en el supuesto de que esta última decida su incorporación). 

 

Fue la consumación de la gran traición de los entonces dirigentes del PNV a los ideales del fundador de su propio partido, Sabino de Arana y de sus propios seguidores, que consideraban al País Vasco, Euskadi o Euskal Herria, como una nación cuyo territorio estaba formado por siete territorios históricos (Zazpiak Bat) y no por solo tres. Pero las cuentas de mayorías de votos para obtener el poder, con Nafarroa incluida, no cuadraban para aquellos dirigentes. Lo trágico fue que ni entonces ni hoy día, 46 años después, se revolvieron las aguas entre sus seguidores, a pesar de que su anterior máximo dirigente planteaba, en vez del logro de la independencia, la consecución de un “acomodo, como nación reconocida, en el Estado español” (Ortuzar). Calma chicha.

 

Herri Batasuna, la otra fuerza política abertzale, creada en 1978, continuó durante años con su concepto de una Euskal Herria íntegra de siete territorios y una estrategia de alcanzar la reunificación y la independencia en forma de Estado propio. En 2001 se refundó en Batasuna y en 2022 la Audiencia Nacional española la ilegalizó, bajo la acusación de constituir el brazo político de ETA, clausurando todas sus sedes. Exdirigentes de Batasuna pretendieron inscribir en Marzo del 2011 un nuevo partido, Sortu y el Tribunal Supremo español lo prohibió.

 

En Junio de 2012 el Tribunal Constitucional español autorizó su inscripción como Partido político, con lo que sus dirigentes vuelvieron a sus puestos institucionales. Entre las fechas de ambas sentencias, la negativa y la positiva, median una claudicación abertzale en el texto de los estatutos de Sortu y un teatro-montaje el 17-Octubre-2011 como la “Conferencia de Paz” en el Palacio de Ayete, donde se fuerza a ETA a abandonar su lucha, que da como resultado que, a los tres días, ETA declara el cese definitivo de su actividad armada. Siete años después, en 2018, ETA anuncia su disolución. Contrariamente a lo sucedido en procesos teóricamente similares como los Acuerdos de Viernes Santo con el IRA en Irlanda o las negociaciones con las FARC en Colombia, todos los presos de ETA continúan en las prisiones de los Estados español y francés, con larguísimas penas de reclusión. La nueva Izquierda Abertzale, la Oficial (porque hay grupos que no aceptan la claudicación) da, ideológica, táctica y estratégicamente, un radical cambio de rumbo, pasando de ser independentista a “soberanista”, recomendando “abordar eso de la independencia sin ansias y sin prisas” (Otegi), aceptando la actual situación de división territorial y centrando sus esfuerzos en alcanzar el poder institucional en la CAV y en ayudar en Madrid al PSOE para evitar el sobrepaso de la ultraderecha en el Estado español. Salvo pequeños grupos que abandonaron, disconformes, la estructura post-HB, el grueso de la militancia ha seguido sin rechistar a los actuales dirigentes del “trasatlántico cambiado de rumbo”. Desde entonces, Calma chicha.

 

Parte de la juventud se ha organizado en 2019, aprovechando o a partir de la estructura de Ikasle Abertzaleak, en Gaste Coordinadora Socialista (GKS), que a pesar del nombre se reclaman comunistas y han devenido en ser parte del actual Movimiento Socialista de Euskal Herria. Afirman que su objetivo es la construcción de un Estado socialista, pero no especifican dónde, si en Euskal Herria, en España o en Francia, aunque también tienen como objetivo “crear un Partido Internacional Comunista que trascienda las fronteras nacionales, para lo que tratan de asentar unas bases sólidas con el conjunto del Estado”. Editan desde Noviembre del pasado año, un DIARIO SOCIALISTA totalmente en español, asegurando que “cubriremos la actualidad económica, política y social del Estado español, de Europa y del resto del mundo”. En sus manifestaciones llevan solo banderas rojas y pancartas con el lema “Contra el fascismo y la guerra”; Recientemente exportaron su Topagune (Encuentros) a tierras españolas, en unas jornadas de confraternización con organismos juveniles españoles homólogos. Pero respecto a la liberación nacional y a la construcción de un Estado propio, es decir, la resolución del conflicto nacional vasco…calma chicha.

 

Mas parece que en nuestro País, estos últimos tiempos, se está levantando una cierta brisa, un ligero viento refrescante. Ayer mismo, unos 200 alcaldes y personalidades del PNV y de EH BILDU, se concentraron frente al Palacio de Justicia en Bilbao para denunciar la última sentencia contra el euskera y en defensa del derecho democrático al autogobierno de la instituciones vascas:

 

Con relación al GKS del Movimiento Socialista, en su última manifestación, he visto, junto a las banderas rojas, algunas ikurriñas…lo que podría significar una cierta reconsideración, al menos en una parte de sus militantes, de la importancia del concepto nacional, imprescindible para que lo de “internacional” no se quede en palabra hueca. Quizás un nuevo paso fuese dejar de referirse machaconamente a eso de “autodeterminación de la clase trabajadora” y haciéndole caso a Lenin, referirse sin ambages a la “autodeterminación de las naciones sometidas a la dominación extranjera”, como él recomendaba.

 

En Enero del 2016 se dio la primera vez que un macrojuicio contra la Izquierda Abertzale termina en un acuerdo con la fiscalía, que pedía penas de 10 años, para dejarlo en dos, con lo que nadie entraría en la cárcel. Fueron 35 imputados de Batasuna, EHAK y ANV, los que se tras reconocer haber actuado contra la legalidad “renunciaban a cualquier actividad relacionada con la violencia” y “reconocían a las víctimas y el daño causado”. Pernando Barrena apostaba “por la exclusividad de las vías políticas y democráticas para alcanzar cualquier objetivo político”. En 2017 dos exportavoces de Batasuna, obtuvieron en el Estado francés una rebaja de 7 años a año y medio, tras pactar y comprometerse a “no amparar jamás, ni tampoco justificar, la violencia”. Recientemente, en Junio de 2025, la Audiencia Nacional española ha vuelto a rebajar las penas a dos años, tras cerrar un pacto con la Fiscalía, a seis procesados (entre ellos Kubati y dos miembros de la actual dirección de Sortu, Haimar Altuna y Oihana San Vicente) por organizar más de un centenar de “ongi etorri”. Todos ellos reconocieron su responsabilidad en la organización de actos de homenaje por excarcelación, vuelta del exilio o fallecimiento, entre los años 2016 y 2020 (a partir de esa fecha su organización no homenajea a nadie ni reclama la amnistía para los presos), admitiendo que con ello humillaron a las víctimas.

 

Con relación a lo expuesto en el anterior párrafo, Francisco Javier García Gaztelu “Txapote”, los hermanos Irantzu y Orgatz Gallastegi (nietos del histórico Eli Gallastegi “Gudari” e hijos del dirigente de EGI Iker Gallastegi), once presos actuales y un centenar de expresos de ETA, han publicado un escrito en que critican el acuerdo, considerándolo como un paso atrás porque criminaliza la lucha y es un retroceso en el camino hacia la liberación de Euskal Herria, dando pie a los Estados para continuar negando la legitimidad de la lucha de liberación de Euskal Herria.

 

Son importantes estos pequeños movimientos, entre presos y entre jóvenes. Son como leves rachas de brisa que auguran un refrescar en el sofoco de la actual calma chicha.

 

Begirale

Imprimir

MAS LEIDOS

ULTIMOS ARTICULOS. Iritziak