SOCIAL-DEMOCRACIA VERSUS SOCIALISMO

SOCIAL-DEMOCRACIA VERSUS SOCIALISMO

La social-democracia-SD surge en Europa a finales del s. XIX, -podríamos datarla en 1869, en el Congreso del Partido Obrero Social-Demócrata de Alemania, y como respuesta al paradigma del marxismo (en 1848 surge el “Manifiesto del Partido Comunista” de Karl Marx y Friedrich Engels; aunque, la edición alemana no es editada hasta 1872).Los rasgos característicos del paradigma social-demócrata eran entonces la justicia social, la solidaridad, la responsabilidad, el humanismo y el progresismo.

Prácticamente desde su inicio acata la economía de mercado, la cual, tal y como ya conocemos, acabaría siendo de libre mercado a partir de 1973, tras el golpe fascista dado por Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, a manos de la CIA y con la aprobación del “demócrata-cristiano” Eduardo Nicanor Frei Montalva, -recientemente homenajeado por Andoni Ortuzar Arruabarrena-, aquel 11-S. Un año después, en Suresnes, la CIA golpeó en el XIII Congreso del “PSOE”, imponiendo al impostor y viviente paradigma de la SD, a Felipe González Márquez.

La SD originaria, de facto, anti-socialista, se mantiene en los postulados arriba citados hasta el final de la II Guerra Mundial, léase hasta 1945. Se desligaron del Materialismo Histórico, de la Lucha de clases y de la Dictadura del Proletariado, para finalmente desdecirse a cerca de la extinción del Estado. En el estado “español” lo hicieron, tras permanecer “hibernada” 35 años de franquismo, y formalmente, tras el XXVIII Congreso del “PSOE”, allá por mayo de 1979, fecha hasta la que seguía estatutariamente referenciando a Vladimir Ilich Ulianov LENIN.

El alemán Eduard Bernstein, -padre del revisionismo-, en 1899, propuso la emancipación de la clase trabajadora dentro de la misma sociedad capitalista. Los campos de batalla para la SD serán, prácticamente desde entonces, el parlamentarismo y el electoralismo, coincidiendo y participando así con y en el juego de poder de la pretendida y eufemística “democracia liberal”. En Euskal Herria, a día de hoy, y en el particular juego de tronos peninsular, estos acordes, entre otras formaciones políticas, los toca “Sortu”.

Decían pretender, -eso sí, cual oxímoron-, transitar al socialismo, pero sin la destrucción del Capitalismo, léase sin hacer la Revolución Socialista. De su “tránsito” derivaron el apoyo a los Presupuestos de Guerra de 1914, y para lanzar a los obreros alemanes contra el resto de los obreros europeos en general y rusos en particular, así como los asesinatos de quienes se opusieron a “La Gran Guerra”, entre ellos, los de Róza Luksemburg y de Karl Liebknecht el 15 de enero de 1919 (2 meses y 4 días después de finalizada la guerra, y a 14 meses y 8 días del triunfo de la revolución Bolchevique). A estos “espartaquistas” les sobrevivió el renegado, aunque auto-pretendido marxista de la SD alemana, Karl Johann Kautsky (de 1914 a 1919 en el Partido Social-Demócrata Independiente, y después hasta 1938, en el SPD alemán).

Sin embargo, no es hasta 1945 cuando la SD originaria es sustituida por la SD clásica, la cual durará, tal y como se apunta más arriba, hasta 1973. Si la “originaria” surgió como respuesta al marxismo, la “clásica” lo hizo frente al liberalismo (particularmente el vivido de 1900 a 1930); no teniendo ya como meta el Socialismo, sino la “adaptación” y “humanización” del Capitalismo; ya no se utilizaría al Estado, sino que se le “reformaría”; pasando de postularse un Estado Democrático a un Estado “Benefactor e Interventor”, con el que terminarían por devenir: privatizaciones, liberalizaciones y desregulaciones. Lo mismo que en la SD clásica, en la “originaria” ya se determinaba la conformación de un Partido “poli-clasista”, léase inter-clasista. En 1959, en el Congreso del SPD alemán, en Bad Godesberg (Bonn), determinaron la “obsolescencia” del marxismo, habida cuenta de que lo que pretendieron no fue sino “humanizar” el Capitalismo y “reformar” el Estado.

Hablando del “Futuro del Socialismo”, el “laborista”, digo miembro de la SD inglesa, Charles Anthony Raven Crosland, enumeró los 5 elementos que, a su entender, constituían la SD, cuales eran (cabe decir que, aunque empeorados, siguen siéndolo): 1) el “liberalismo político”, ergo aceptación de las instituciones “liberal-demócratas”, 2) la “economía mixta”, léase la coexistencia de la propiedad privada de los medios de producción y del control público de la actividad económica, a través de la “planificación”, 3) el eufemístico “Estado de bienestar”, con la ejecución de “políticas sociales” tendentes a “distribuir la riqueza de una forma más equitativa, para mitigar los efectos del mercado y a promover la justicia social, corrigiendo los desequilibrios económicos”, 4) el “keynesianismo”, con la “ejecución de políticas tendentes a lograr pleno empleo, salarios elevados, estabilidad de precios e incremento del gasto público” y 5) el “compromiso con la igualdad social” (tras la “crisis” de 2005, la séptima Ley de  Murphy, -“no importa cuántas veces se demuestre una mentira, siempre quedará un porcentaje de personas que creerá que es verdad”-, resultó aún más vigente).

No es hasta 1998 cuando la SD propugna la eufemística “Tercera Vía” (planteamiento que mantuvieron hasta 2005), y como pretendida respuesta a la “globalización” y al neo-conservadurismo (sic). En 2007, y al respecto de este último, la economista política canadiense Naomi Klein publicaría “La doctrina del shock”. Ahora, sin ambages, la SD aboga por la “democratización del Capitalismo mundial”, naturalmente, siguiendo con meras reformas del Estado, y con su Partido inter-clasista, digo “poli-clasista”; empero, asociando (hoy dirían incluso que empoderando…) a su actividad política a la “Sociedad civil”; pasando, tras lograr la aquiescencia social antedicha, del Estado Benefactor e Interventor al Estado  Regulador e Inversor. La SD de la “Tercera Vía”, a decir del sociólogo inglés “laborista”, ergo de la SD, Anthony Giddens, debe “estimular la colaboración internacional” en las 5 áreas básicas siguientes: a) la “gobernanza de la economía mundial”, b) la “gestión ecológica global”, c) la “regulación del poder corporativo”, d) el “control de las guerras” y e) el formato de la “democracia transnacional”. Ahí es nada…

La SD pretende hacernos creer conductores, cuando somos meros pasajeros del tren del Capitalismo. Trata de, cuando no directamente vencernos, convencernos de unos presuntos “mayores resultados democráticos, igualitarios y solidarios”, en compromiso con la “democracia representativa”, de cara a establecer un “socialismo democrático”, mediante “medidas reformistas y gradualistas”, así como con el “apoyo al intervencionismo económico  y social” (sobre todo social, desde luego), para promover la “justicia social”, pero “en el marco de una economía capitalista”, ergo de libre mercado (sic), y con supuestas medidas para la “redistribución del ingreso y regulación de la economía (¿para quienes, habida cuenta de que no lo resultan para las clases populares en general y menos para las clases trabajadoras en particular?), y con las disposiciones de interés general y del Estado de bienestar”.

El compromiso que demanda la SD entre El Capital, El/La Trabajador/a y El Estado, el cual ordena y conduce el libre mercado, hace que, de facto, la SD sea,  y por inter-clasista, ANTI-SOCIALISTA, ergo CONTRA-REVOLUCIONARIA. Que cómo se puede romper ese circular anti-horario, digo anti-social de la SD; pues, se romperá con la aceleración socialista, la cual, y por inercia, nos sacará algún día, incluso del Estado Socialista, y para llegar a la Sociedad Sin clases, léase al Comunismo.

Este es, y no otro, el verdadero compromiso comunista, el de socialistas  y anarquistas, cual es el de luchar primero para acabar con la explotación capitalista y transitar después hacia la Sociedad sin clases. En esta estrategia pretende ser y estar Herritar Batasuna.

"Estilete"

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