Breve nota sobre la reciente evolución de las clases sociales
en Euskadi-Sur 1971
En estas líneas no se pretende investigar —ni siquiera exponer— lo que son las clases en Euzkadi Sur. Se pretende sencillamente llamar la atención sobre ciertas alteraciones de las clases (de su composición, de su papel y de su fuerza) acontecidas en los últimos años.
Es fundamental tener en cuenta estas realidades para poder situarnos como fuerza política.
Pero antes de seguir adelante habremos de sentar dos supuestos no siempre serenamente admitidos:
- Euzkadi-Sur es dos Euskadi. Una Guipúzcoa-Vizcaya, la otra Álava-Navarra. Esta clasificación simplista —sin duda— incompleta nos permitirá comprender lo relativo de las afirmaciones posteriores: no se pueden deducir conclusiones globales absolutas para Euzkadi-Sur en cuanto que en ella vemos dos zonas (las dichas) que se diferencian claramente por sus condiciones infraestructurales, estructurales y superestructurales.
- Euzkadi-Sur es una realidad objetiva y subjetivamente binacional. Es un lugar de encuentro de la nacionalidad vasca y la española. En ocasiones predomina una, en ocasiones la otra. A veces se mezclan y resulta difícil distinguirlas.
Dicho esto, podemos pasar al objeto de este apéndice.
El Plan de Estabilización (1959) ha producido unos efectos fundamentales sobre las clases sociales del Estado español en general y sobre las de Euzkadi-Sur en particular. Nos detendremos un poco en ello.
Las medidas estabilizadoras provocaron la casi inmediata aniquilación de la pequen a burguesía capitalista, atomizada, anárquica y liberal que ha sucumbido —aunque no en su totalidad— ante el empuje del Gran Capital. Esta pequeña burguesía ha perdido así la iniciativa política que consiguió en el primer tercio del siglo XX y que culmino políticamente con la aparición en la escena política del PNV y de su éxito electoral final. De ser el centro de la vida política ha pasado a ser una clase dependiente de la alta burguesía y sobrevive gracias a los intereses de esta (en la medida en que es utilizada como clase-contención pues no olvidemos que, si esta clase es ya marginal en el Estado español, la gran burguesía lo es en el marco "occidental") pero que tiene sus días contados. Esta clase (pequeños rentistas, tecnócratas, especuladores, aspirantes a capitalistas, etc.) está en crisis. No encuentra salida. En el terreno político carece de órganos propios ya que el PNV ha dejado de sostener posturas políticas militantes y se limita a la mistificación nacionalista. Algunos grupos "izquierdistas" son hoy un reducto de la pequen a burguesía nacionalista que trata de repetir el programa del PNV del 36 apoyándose en la clase obrera. ETA, reconozcámoslo, en su aparición no fue mucho más que la expresión de la crisis de la conciencia pequeño-burguesa vasca. De una clase que era desplazada de la historia (1).
(1) La situación política de la pequeña burguesía es muy delicada. No renunciara a unir al proletariado a sus proyectos, pero nosotros dudamos que lo consiga con cierta eficacia. Al mismo tiempo intentara no ser abandonada por la gran burguesía. ¿Cabe la posibilidad de que algún día se una a un programa obrero vasco? Como clase podemos afirmar que no, puesto que en la Euzkadi Popular
por la que luchamos no hay sitio para tal clase. Como personas, en la medida en que renuncien a sus intereses de clase, entiendan que pueblo vasco es una totalidad social, cultural, política y económica, y se adscriban al socialismo, sí.
No en vano hemos comenzado con esa clase. Señalada su posición podemos permitirnos pasar directamente a hacer ciertas indicaciones sobre las dos clases que hoy protagonizan la lucha de clases en Euzkadi-Sur: la burguesía capitalista y las clases asalariadas.
La burguesía vasca posee una situación de privilegio en el Estado Español. Ha extendido su poder por toda la península, posee banca propia y se ha ido ligando estrechamente (hasta el extremo de que es imposible distinguirlas) con las burguesías hispanas de las que es la mayor y más poderosa. Sus intereses esta n en el Estado español actual, en un Estado que está dando los primeros pasos por la senda del Neocapitalismo. Gracias a la coincidencia personal entre aquellos que en el 36 estaban con el Gobierno Vasco y los que luego se han beneficiado de la "pax de Franco" ha sido posible, por un lado, la acumulación de los instrumentos políticos vasquistas y su reducción a folklorismo romántico y, por otro, la "reconciliación" —por arriba— de aquellas fuerzas (de algunas de ellas, de las burguesas) que en el 36 cometieron la torpeza de empezar a tiros. De este modo la burguesía vasca controla los aparatos democráticos burgueses vascos y está estrechamente ligada a las oligarquías hispanas y a sus instrumentos polí ticos. La superestructura ideológica en la que se vehicula ante el pueblo es una mistificación de chovinismo y religión. La nueva derecha polí tica ha de venir por ahí (ya se han efectuado algunos intentos de elaboración de la democracia cristiana vasca (2).
(2) En Alava y Navarra la caciquearía semi-feudal está dando magníficas pruebas de adaptación al neocapitalismo. Al no estar hipotecados propiedades latifundistas no se puede producir la oposición entre oligarquía terrateniente y burguesía industrial que existen en Castilla y Andalucía. (Oposición que van resolviendo como buenos hermanos.)
La clase obrera vasca ha de ser definida fundamentalmente como una realidad profundamente varia. Objetivamente, existen grandes distancias en los niveles de vida de unas zonas a otras, diferencias salariales, y, sobre todo, la barrera lingüística. Subjetivamente, la conciencia nacional de unos y otros es diferente, en otros existe conciencia "navarra" (¡), en otros... (La conciencia nacional —española o vasca— mayormente suele tener en los trabajadores una expresión burguesa (es decir, formalista, parcializadora, "diferencialista", etc.). Esto no tiene nada de extraño si consideramos que las reivindicaciones nacionales han sido llevadas a cabo por organizaciones burguesas. Las posibilidades de desalienar a los obreros vascos y españoles en este sentido son grandes en la medida en que implantamos (o restituyamos) los conceptos obreros sobre la nación, el nacionalismo, etc.).
La clase obrera vasca pues es una clase varia. La variedad es buena pero no la división que de una variedad subjetiva importada de la burguesía se desprende. Unir a la clase obrera vasca es una tarea difícil pero imprescindible; por ello hay que luchar.
El pequeño campesinado, los arrantzales y los braceros que trabajan por estación, son pequen as clases que existen en el país. De ellas solamente los arrantzales merecen nuestra atención directa debido al proceso de constante proletarización que viven. Los pequen os campesinos (clase en descomposición galopante) no constituyen una clase revolucionaria como tal clase. Las soluciones cooperativistas a sus problemas van manteniendo unas pequen as explotaciones que, de no ser así, desaparecerían rápidamente. Con ser una clase conservadora, minoritaria y atomizada, de ella han salido y salen excelentes revolucionarios.
ZUTIK 52. Apendice-1 1971
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