La contradicción entre el carácter social de las
fuerzas productivas y el carácter privado de la
propiedad en el capitalismo
La contradicción entre el carácter social de las fuerzas productivas y el carácter privado de la propiedad en el capitalismo se traduce en el funcionamiento de una sociedad que no utiliza los avances económicos, técnicos y científicos al servicio de los intereses de la mayoría social, sino que al contrario los implementa en base a los exclusivos intereses privados de los detentores de los medios de producción. La dinámica de funcionamiento implica aquí:
La agudización de las diferencias entre el Norte y el Sur, reflejando una lógica que conlleva al fuerte desarrollo del mundo de la iniciativa y del beneficio privado, conformando un Norte que se manifiesta en el fuerte crecimiento de algunas regiones del planeta, y que sirve como espacio privilegiado del proceso de concentración de capital (las empresas multinacionales) y del desarrollo de algunos sectores estratégicos de la actividad económica (bélico, informática, aereoespacial, etc.). A su vez, la misma lógica de un sistema económico que satisface las "demandas" pero no las necesidades sociales, se traduce actualmente en procesos de "exclusión" para la amplia mayoría de países que conforman el Sur del Planeta, o espejo infernal donde se refleja el fuerte infradesarrollo del mundo de las necesidades sociales.
Así, los datos fríos demuestras la existencia de una bolsa de pobreza de mas de 1.200 millones de personas, mientras que se generalizan los conflictos nacionales y las guerras de baja intensidad en estas latitudes, en una situación en que mas de 3.500 millones de habitantes de los países pobres disponen de un ingreso global inferior al de Francia. Así, el 23% de la población mundial perteneciente a los países industrializados dispone del 86% del producto bruto mundial, mientras que los mas de 4.000 millones de habitantes de los países pobres deben conformarse con tan solo el 14% restante.
Las estadísticas reflejan también un mundo en el que 14 millones de niños mueren de hambre, diarrea y desnutrición anualmente; donde en muchas regiones del Planeta (Centro América, etc.) la mayoría de la población está por debajo de la mitad del umbral de la pobreza; mientras el mundo emplea el 25% de sus científicos e investigadores en la industria bélica, invierte en armamento mas de 1.000 millones de dólares cada 12 horas (y ello tras la caída de la Ex-URSS) y proyecta para el año 2.020 la implantación de bases de vida humana permanente en el planeta Marte.
La agravación general de las desigualdades sociales, manifestada en las fuertes divergencias en el nivel de vidade un mundo en el que el 20% mas rico tiene un nivel de renta 150 veces superior al 20% mas pobre; en el desarrollo de la economía dual, consolidando grandes diferencias en el interior de cada país, de manera que un grupo minoritario(a veces un reducido número de familias) controla lo fundamental de la economía del país, gestiona los recursos existentes y absorbe una gran parte de la renta disponible; en el aumento de la exclusión económica y social, coherente con un Mercado de Trabajo marcado por el paro estructural, el proceso de desmembración sociológica de la clase trabajadora, la consolidación de la precariedad laboral, la crisis del estado asistencial, la hiperexplotación, el desarrollo de la economía sumergida, la dislocación de la familia y la ruptura de los mecanismos tradicionales de solidaridad; en la agudización de la contradicción entre la ciudad y el campo, de manera que los ingresos y salarios medios en el mundo rural son muchas veces un 30% o un 50% inferiores a los existentes en el mundo urbano y en la agudización de las diferencias entre el hombre y la mujer, reflejando un mundo global en el que las mujeres proporcionan los 2/3 del total de horas trabajadas y producen el 44% de los artículos alimentarios, mientras reciben solo el 10% de los ingresos y poseen el 1% de las propiedades.
El problema de la deuda externa, que se ha generado a mediados de los años 70, cuando como consecuencia de la combinación de la recesión productiva, la crisis del sistema monetario internacional, y la subida del precio del petróleo aparece un fuerte excedente de dólares, eurodólares y petrodólares que no encuentra expectativas rentables de inversión en el Primer Mundo y se canaliza hacia el Tercer Mundo en forma de créditos masivos y baratos. Se origina así una oleada de fuertes inversiones en el Tercer Mundo, carentes de criterios y realizadas con ausencia de control, que en su mayor parte fueron destinadas a sostener regímenes dictatoriales, represiones militares, gastos suntuosos y grandes obras de infraestructura que tenían muy poco que ver con las verdaderas necesidades sociales de esas poblaciones.
A comienzos de los años 80, la reducción de los ingresos de los países en vías de desarrollo, provocada por el agotamiento del proceso exportador y el incremento del precio de la energía que deben pagar deben pagar, se combina con el incremento de los pagos que deben realizar esos mismos países como consecuencia de la revaluación del dólar y los incrementos de la tasa de interés (derivados de la política de oferta del presidente Reagan que financia el déficit fiscal con emisiones de Deuda Pública), convirtiendo la deuda externa en una realidad imposible de ser solventada y que estrangula los proyectos de desarrollo.
La deuda externa de los países en vías de desarrollo se ha duplicado en los últimos 10 años alcanzando la suma de 1,34 billones de dólares y ha obligado a estos países a reembolsar cerca de 140.000 millones de dólares, solamente en calidad de pago de intereses, destinados a los bancos acreedores de los países del Norte; desviando así unos recursos vitales para el desarrollo de urgentes necesidades sociales en los países pobres. América Latina es el continente mas endeudado del mundo en valor absoluto, con una deuda total de 460.000 millones de dólares que obliga a destinar un 40% de las exportaciones del continente para el pago de la deuda. Sin embargo, el África Negra, con una deuda global de 150.000 millones de dólares, tiene la mayor deuda relativa del Planeta, puesto que sus débiles economías no tienen la mínima capacidad de reembolso para solventarla.
El coste social de los programas de ajustederivado de una situación en el que los bancos comerciales del Norte (ante la inminencia de una situación de quiebras en cascada por no poder realizar sus Activos ) recurren a la autoridad monetaria mundial en la materia, el Fondo Monetario Internacional, para que imponga su autoridad, creando las condiciones económico-políticas que posibiliten recuperar los préstamos concedidos.
La receta mundial de las políticas de ajuste del Fondo Monetario Internacional consistente en la devaluación de la moneda nacional, la reducción de los niveles salariales, el recorte de los gastos sociales y la eliminación muchas veces de los subsidios a la alimentación, va provocar un enorme empobrecimiento de las clases populares de los países deudores, que financian así la deuda contraída por sus élites dominantes. En estas condiciones, desaparece la demanda interna de los países en vías de desarrollo y las empresas multinacionales dejarán de invertir en sus mercados.
Los límites del proceso son evidentes. En primer lugar es necesario considerar los límites económicos derivados de la contradicción de intereses existente entre los bancos comerciales, que centran su política en cobrar la deuda, y los productores del Primer Mundo, que necesitan el desarrollo de estos mercados para reubicar sus productos (habría que considerar también aquí los límites derivados de la necesaria estabilidad del Sistema Monetario Internacional). En segundo lugar es necesario considerar los límites políticos provocados por el fuerte agravamiento de la pobreza en estas latitudes y expresado en las explosiones sociales que en Brasil, Panamá, Santo Domingo, Caracas, Buenos Aires, El Cairo, Túnez, Casablanca, etc. han delimitado el horizonte de lo que están dispuestos a soportar estas poblaciones.
El desarrollo de las grandes megaciudades, principalmente en el Sur del Planeta, producidas como consecuencia de la imposición del modelo de desarrollo del Norte al conjunto del Planeta y de la desestructuración y destrucción de las economías periféricas y locales, que han provocado enormes flujos inmigratorios, reuniendo enormes masas de población en espacios reducidos ,que están en la base de los procesos de hiperurbanización que concentran poblaciones urbanas por encima de los 10, l5 y 20 millones de habitantes en ciudades como México (20,2), Tokio (18,1), Sao Paulo (17,4), Nueva York (16,2), Shangai (13,4), Los Ángeles (11,9), Calcuta (11,8), Buenos Aires (11,5), Bombay (11,2), Seúl (11), Pekín (10,8), Río de Janeiro (10,7),etc. y que configuran cinturones periféricos humanos carentes de trabajo, medios de vida y servicios mínimos, convirtiendo estos espacios en urbes de difícil gobernabilidad.
La creciente autonomización de la economía financiera respecto a la economía real, reflejada en lo que se ha venido a denominar como la burbuja financieray que representa la lógica del capital, que circula libremente en función de los tipos de interés, las políticas fiscales, las perspectivas de crecimiento o los rumores y se desplaza de los mercados de divisas a los mercados de valores (y viceversa), buscando el beneficio fácil (que permite comprar y vender sin tener) y depositando en manos de particulares fabulosas sumas de capital (procedentes de depósitos bancarios, fondos de inversión, fondos de pensiones, etc.) que tienen capacidad para modificar las relaciones de intercambio mundial.
Así, las recientes borrascas monetarias que han afectado al Franco francés, la Libra esterlina, la lira Italiana y mas recientemente al dólar (neutralizando las acciones emprendidas por las bancas centrales de sus respectivos estados) se han debido en gran parte al extraordinario desequilibrio existente entre, por una parte, la amplitud de los capitales-dinero flotantes y, por otra parte, las reservas de cambio de los bancos centrales europeos. La enorme amplitud de los capitales descritos se precisa cuando observamos que las transacciones de este capital en los mercados de cambio en un solo día laborable se elevan a 900.000 millones de dólares, lo que equivale al volumen anual del comercio mundial y a tres veces las reservas de cambio de las 7 principales potencias industriales.
En la reunión celebrada por el G-7 a primeros de julio del presente año en Nápoles, el primer ministro italiano afirmó que en la actualidad existe "una distancia entre la economía real y los mercados" y reiteró la convicción entre los líderes del G-7 de que los grandes volúmenes monetarios que se mueven diariamente en todo el mundo sobrepasan la capacidad de intervención de los bancos centrales en defensa de las monedas. En coherencia con lo manifestado desestimó la eficacia de una intervención concertada de los bancos centrales de los países del grupo en defensa del dólar.
Hay que recordar aquí que este grave problema de la especulación inmobiliaria y bursátil está en la base del crash de 1.987. Por esta razón los capitales-flotantes se han desplazado progresivamente hacia los mercados de cambio y las decisiones monetarias del 31 de julio de 1.993 aumentan de nuevo los riesgos de los especuladores y provocan su progresivo retorno a la bolsa. En Nueva York, Londres, Francfort, Tokio, etc. los cursos de las cotizaciones suben aceleradamente, pero de nuevo, este crecimiento no corresponde a un crecimiento en las mismas proporciones de la producción.
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