GOGORATZEN
Ni neu izan naizela.
Fue una noche terrible la del 30 de diciembre de 1970 caímos en aquel pajar, donde nos apresaron y destrozaron por primera vez... Al mediodía nos subieron a los L. Rover
El hombre de la boina con estrella de comandante dio la orden de bajar y … “soltadle las esposas y que corra”. Me obligaron a ponerme en pie. Me habían roto la pelvis a culatazos. No me sostenía en pie. Estaba roto... Me quitaron las esposas y golpeaban de nuevo con las culatas de los mosquetones. Me tiré al suelo agarrando a un guardia. Me apuntaba con fusil. Entendí. Era la “ley de fugas”. Todo estaba nevado
Pasó junto a nosotros un autobús con gente que iba hacia Burgos. Miraban con extrañeza. El comandante ordenó subirnos a los Land Rover. Nos llevaron a los cuarteles de la G. Civil de Burgos.
HACE 50 AÑOS
Fueron 7 días, decenas de interrogatorios, cientos de golpes, de día y de noche. Nos interrogaban a todas horas. Y fue el comandante de la boina negra quien dirigía los interrogatorios. En uno de ellos de rodillas, con las manos esposadas por detrás me preguntó por mi pistola, que yo siempre negué: Cogió un “Mauser” de uno de los guardias y empezó a golpearme, primero a la cabeza. Caí al suelo y siguió golpeando en la espalda... En cualquiera de los golpes quedaría ahí. Sabía que hablando o sin hablar sería igual. Perdí el sentido. Me llevaron. Esta situación se repitió dos veces. Insistieron en que había matado a un guardia…. Jamás en la vida he conocido tanto odio. Lo sentí en el comandante y lo sentí en los guardias. Tengo que decir que no todos eran iguales. Incluso ví uno que no podía aguantar su rol de torturador. Nunca he sentido nada parecido a aquellos 7 días de Enero.
Cuando nos dejaron en la Cárcel Provincial de Burgos apareció el director con el jefe de servicio. Recuerdo que dijo al Guardia civil responsable de la conducción que “no podía admitir en su prisión a nadie en ese estado”. Sangraba por la cabeza, la pelvis abierta, la espalda…pero en ese momento sólo me preocupaba que se me admitieran en aquella casa (la cárcel). No podríamos aguantar vivos en manos de la guardia civil.
Llamaron al forense Dr. Fernando Valverde. El director se guardaba las espaldas.
Tiempo después ante el Consejo de Guerra presidido por el Coronel O’Connor pese a las protestas del Ponente (Fiscal Militar) expliqué aquellas torturas. Hablé despacio, muy despacio….
Mas tarde, a raíz de una caída, me abrieron dos sumarios militares (“sumarísimos”). Eran dos voladuras serias Aparecieron en el Penal el comisario Prieto y su banda. Tenían las declaraciones firmadas inculpándome en las voladuras. Tras el interrogatorio fui conducido a celdas de castigo. La acusación era de preparación de fuga. El director del Penal era Prudencio de la Fuente.
Tendría que vivir nuevas experiencias en nuevos sitios. Pero me marcó aquella primera, en la celda 9 del celular del Penal de Burgos. Me acababan de abrir dos sumarísimos nuevos. Toda la vida había cambiado. No había futuro posible.
Y así un día y otro y otro…en aquel mundo de 2m1/2 por 3. Era un túnel todo negro.
No me arrepentí de nada y nunca lo haría. Tampoco me he quedado con los recuerdos negros. El rencor ata al pasado. Y necesito vivir y luchar desde mi libertad.
Un día, de pronto, sentí que ya no tenía nada que perder... Me agarré y me sentí fuerte, como nunca. Había aprendido a no tener nada. Aquello era FELICIDAD. Había encontrado eso que yo era, mi IDENTIDAD Así nací esta vez; para sentir con fuerza la vida, luchando para ser libre en pueblo libre. Para ser. Ni neu izan naizela.
Ez gara biktimak, eta ez gara izango.
Euskal Herrian iraultzaren alde Espainiako diktadura faxistaren aurka borrokatu zen.
Bat askoren artean.
Txikito: tu sencilla lealtad....es nuestro camino
mari