El falso profeta de Anoeta
Han pasado 20 años desde aquel mitin de la entonces ilegalizada Batasuna, donde bajo el lema “Orain herria, orain bakea” (Ahora el pueblo, ahora la paz), Arnaldo Otegi anunció su propuesta de giro de 180 grados, bajo el pomposo nombre de “Nuevo posicionamiento político”, tras 5 años de negociaciones secretas, en Txillarre, con la dirección del PSE-PSOE (Egiguren, Ares, Pastor…) y vía directa con Rubalcaba y Zapatero.
El mismo Otegi había manifestado al respecto: “No existía un acuerdo previo con nada, pero existía un contexto de conversaciones en que cada parte se comprometía a determinados pasos”. A esa forma de actuación, a escondidas de su formación política, algunos sectores la llamaron contubernio; otros, lisa y llanamente, traición. Por cierto, que Otegi también llevaba su equipo (Pernando Barrena, Rufi Etxeberria…)
Otegi se presentó al mitin de Anoeta con un pañuelo palestino, en homenaje a Arafat, fallecido la víspera. Era el inicio de una estudiada “parafernalia abertzale”, compuesta de homenajes a etarras fallecidos, recuerdo a los presos, vídeos de detenciones de militantes, comunicados de ETA y gritos patrióticos, destinados a crear un ambiente de fervor que facilitara tragar el fondo de sus propuestas. HB había sido ilegalizada el año anterior, dejando a sus dirigentes políticos profesionales sin empleo y sueldo. Algo había que hacer y se hizo.
Y tras esta breve introducción, procedo al análisis de lo manifestado por Otegi en aquel mitin de Anoeta, transcribiendo en negrita sus palabras, para lo que utilizaré la grabación que la propia Izquierda Abertzale Oficial de Otegi y su equipo han puesto en circulación en las redes, bajo la referencia de “izquierdabertzale.info”.
El propio lema elegido ya fue polémico y engañoso. ¿Ahora el Pueblo y la Paz? ¿Es que hasta ahora no eran esos los parámetros de actuación, tanto de la Izquierda Abertzale como de la Organización? Salvo que en los “nuevos tiempos” que predica, el Pueblo no sea una Euskal Herria reunificada e independiente y la Paz no esté sustentada en la justicia y en el disfrute de los derechos nacionales y sociales, es decir, “Independencia y Socialismo”.
Otegi comenzó asegurando que “Hacer un proceso de paz… iniciar un proceso de superación del conflicto político y armado, es más difícil que plantear una estrategia de confrontación”. En definitiva, que tras su largo recorrido de polimili a mili, se mostraba preocupado, ahora, por eso del “conflicto armado” y proponía abandonar la confrontación, tan molesta para algunos sectores.
Propone también “sacar el conflicto político de las calles…” Ya no le preocupa solo la confrontación armada, sino también la popular. No hay que molestar, a ver si así les legalizan y todo va sobre ruedas. ¿Quién podía pensar que el objetivo real de su propuesta fuera la desaparición de ETA, porque “sobra y estorba”, como en su momento aseguró ante los jueces españoles? “La Izquierda Abertzale mueve ficha política hoy… si movemos todos ficha el proceso de paz está plenamente garantizado”, aseguró Otegi desde el atril. “Maravillosos escenarios de paz y democracia para nuestro país”, repetía el profeta de la rama de olivo en mano, ofreciendo plenas garantías y maravillosos escenarios.
“Hacer la paz significa, además, buscar la alianza con nuestros adversarios y llegar incluso, al final, a buscar la complicidad de nuestros enemigos. Lo sabemos bien, lo aceptamos, tenemos el firme compromiso de hacerlo”, continuaba Otegi. ¿Cómo es posible decir semejantes barbaridades y que no se le echara del estadio? Pero ese compromiso sí que lo ha cumplido.
“Los viejos estatus políticos han sido incapaces de solventar el conflicto” afirmó Otegi. ¿A quiénes se refería? ¿A Herri Batasuna y a ETA? Tras 20 años desde la profecía de Anoeta, ¿se ha solventado o mejorado el conflicto? El % de independentistas, según los sondeos, se ha reducido a la mitad. ¿Es eso lo que buscaba la propuesta? Pero añade, “Han demostrado que alimentan permanentemente el conflicto”. ¿Cómo se puede hacer semejante acusación? Otegi prosigue, “Batasuna quiere un compromiso político, no solamente con la pluralidad de Euskal Herria, sino con la pluralidad también de todos y de todas los ciudadanos y ciudadanas”. Esto no lo entiendo, salvo que se refiera a “todos los ciudadanos españoles”.
Para realizar este drástico cambio de posicionamiento político, Otegi propuso dos mesas, una para hablar de cuestiones políticas, donde estarían ellos y otra, de carácter técnico, donde ETA y los Gobiernos de los dos Estados ocupantes tratasen de la desmilitarización del conflicto, es decir, procedimientos para la entrega de las armas por solo una de las partes, ETA, su rendición incondicional y su disolución. Enekoitz Esnaola, autor del libro LUHUSO, dice que “Este es el único caso en el mundo en el que una organización armada ha estado dispuesta a dar pasos para el desarme, sin pedir nada a cambio”. Mariano Rajoy declaró al respecto: “ETA ha decidido, así lo ha dicho, desarmarse unilateralmente…”
Casualmente, Mikel Albisu “Antza”, máximo dirigente de ETA, que se hubiera opuesto a estas maniobras entreguistas de Otegi y su equipo, fue detenido en Francia junto a su pareja Mª Soledad Iparragirre “Anboto” y otros militantes, el 3 de Octubre, un mes y medio antes del mitin de Anoeta, gracias a una información que les facilitó a los franceses la Guardia Civil, quien a su vez había recibido una “confidencia”, es decir, un chivatazo sobre su paradero, en el que llevaban ya varios años sin problemas. Descabezada ETA, se propició de esta forma la subida de “Josu Ternera” a la dirección, quien sí aceptó la tarea propuesta por Otegi, negociando con el Gobierno de Zapatero “para poner fin al conflicto”. En 2006 se reunió también, como anteriormente Otegi, con Jesús Eguiguren, esta vez en Ginebra y representando a ETA.
Gritos de “Gora ETA militarra”, “ETA Herria zurekin” y el canto “Ator, ator, etxera” atronaban el estadio. La gente no había entendido realmente nada, sin darse cuenta de que habían asistido al anuncio de la muerte de ETA y a un futuro de muchos años de prisión para sus presos. ¿Todo esto para intentar re-legalizar a Batasuna y a algunos de los políticos profesionales que vivían de ello? Se hace hasta difícil de creer y más, que lo aplaudieran.
Veinte años después, siguen los mismos Estatutos Autonómicos, uno para vascones y otro para vascongados, donde se sigue manteniendo que “Euskadi, El País Vasco, Euskal Herria”, se componen de solo 3 de sus 7 territorios históricos. Siguen los mismos “modelos lingüísticos” en las escuelas, la misma falta de atención en euskera en la Judicatura (nombrada desde Madrid), en la Sanidad, en las Policías… Continuamos territorialmente divididos, en manos de dos Estados ocupantes… Disfrutamos, como antaño, de “enclaves” bajo la jurisdicción de Castilla y Cantabria en plenos territorios alavés y bizkaino…
Solo ha cambiado, en estos 20 años, la situación de ETA, desaparecida, objetivo real de las falsas profecías de Otegi, con 143 militantes muertos y 155 presos actualmente, 147 de ellos al sur de los Pirineos, pero “cerca de casa”, aunque algunos superen los 2.000 años de condena y lleven más de 23 años en prisión, como “TXAPOTE”. Además de la instauración de un pesimismo y pasotismo político impresionantes en nuestra sociedad vasca en general y especialmente en la propia militancia y seguidores de base de la Izquierda Abertzale Oficial que, salvo una minoría, siguen sin entender lo que ha pasado en su entorno político, pero se dejan arrastrar por la marea otegiana, con una falta de sentido crítico impresionante.
Toda la PAZ y la DEMOCRACIA pregonadas por Otegi y su equipo, 20 años después, están totalmente ausentes de nuestra vida política. La justicia y el respeto a los derechos nacionales y sociales, constitutivas de la PAZ, siguen desaparecidos y las decisiones tomadas por el propio Pueblo Vasco, base de la DEMOCRACIA, no son tenidas en cuenta por los Estados opresores. Continuamos sometidos militar, política, judicial, cultural, económica y colonialmente por los mismos que lo hacían en 2004. Pero las buenas gentes sí han claudicado, siguiendo las propuestas y las falsas promesas del profeta, abandonando la confrontación y a los que luchaban por los derechos de nuestro Pueblo.
Y por cierto, ¿quién hacía esa propuesta mesiánica en Anoeta? ¿Otegi y su equipo personal? ¿La dirección de Batasuna? ¿No se requería la aprobación o rechazo democráticas por parte de los militantes y seguidores del colectivo? No contaba tampoco con la aquiescencia de ETA, el principal perdedor en la propuesta, según manifestó él mismo ante la Audiencia Nacional española.
¿Dónde está el escenario prometido de paz y democracia para nuestro país? En su lugar, desmovilización, rendición, entrega de ETA, negociación a escondidas, renuncia a la confrontación, alianza con los adversarios, complicidad con los enemigos. El oráculo, muy malo.
Hace escasos días, el 23 de este mes de agosto, Otegi ha sido entrevistado en Radio Euskadi, ocasión que ha aprovechado para fundirse en un fuerte abrazo con su ahora “buen amigo” Iñaki Anasagasti, uno de los tertulianos presentes. En pocos minutos ha dicho una serie de incongruencias, cuya sola consideración me hace llegar a la conclusión de que, tanto cambio de rumbo, le ha hecho perder el sentido político: Vascos y vasconavarros… Los vascos y también los navarros… En Euskadi y en Nabarra… En la CAV y en Navarra… Necesitamos ser soberanos “entre comillas”… No esperamos otra cosa que la aplicación estricta de la ley (la española, claro). No merece la pena darle más vueltas.
Madrid alaba hoy día, públicamente, el cambio de actitud de Otegi y de su formación política, en pago a su cambio de rumbo. Madrid sí, porque Roma…
Begirale