El significado de la abstención en territorios ocupados
El hecho de persistir en querer relacionar elecciones ilegales y extranjeras con un término legal y legítimo como es la abstención -por mucho que se quiera edulcorarla con la coletilla de "activa"- es una prueba más de nuestra incapacidad como pueblo para salirnos de la lógica del ocupante y a la vez, cerrar el paso a un pensamiento político basado en la centralidad propia. No es una simple cuestión semántica, sino que su uso, en una situación de ocupación y colonización, encierra una profunda carga política que, de seguir produciéndose, nos va erosionando. Va siendo hora de sustituir términos trampa de nuestro léxico y utilizar la terminología correcta que sitúe las coordenadas de nuestro enfrentamiento con las fuerzas de ocupación en su punto exacto. Sustituir el término abstención por obstaculización sería más adecuado, responde a las necesidades reales e identifica la finalidad de la acción frente al elemento matriz que nos impide desarrollarnos como pueblo libre.
Otro término que pudiese complementar este primero aquí mencionado es desabastecer, entendiéndolo como el desabastecimiento de toda legitimidad en relación con la presencia de las fuerzas de ocupación en los territorios ocupados del Estado de Nabarra. Una orientación aparejada a la situación actual que nos toca enfrentar bien podría ser: "Frente a las elecciones ilegales y extranjeras convocadas, determinadas, condicionadas, controladas e impuestas por las fuerzas de ocupación en nuestros territorios, que suponen un ataque directo a nuestra soberanía, desabastecimiento total de su legitimidad y presencia, no acercándonos, por nuestra integridad nacional, a sus urnas, que constituyen un campo minado y la exigencia previa a los que dicen representarnos y liderar la defensa de este pueblo, a que eleven una protesta a nivel internacional exigiendo que el imperialismo no coloque sus urnas en territorios que no le pertenecen."
Obstaculizar sus delictivos procesos electorales, contornándolos y desabastecerlos de toda legitimidad dejando sus urnas aisladas en contra posición a abogar por la abstención, no son palabras diferentes para decir la misma cosa. Los dos Estado invasores asumen, asimilan, reconducen y reintegran dentro de sus sistemas la acción en sí, si ésta es presentada como mera abstención -por muy activa, masiva o política que pretendamos presentarla- visto que es una eventualidad que ellos contemplan y que tienen registrada en su "catálogo democrático", más y cuando son ellos los precursores y quienes nos "conceden" dicho "derecho", que en ningún caso pone en peligro su presencia en nuestros territorios, si se da en los términos acuñados por ellos mismos.
Con la abstención pasa exactamente lo mismo. El hecho de no acudir a las urnas colocadas por el imperialismo puede ser una "respuesta de inconformidad", dentro de su "legalidad" -la abstención- o desbordando y anulando su legalidad, convertirse en una acción de oposición política de carácter estratégico. Aquí también, la acción, en uno u otro caso, es idéntica, pero la forma de presentarla y su finalidad alteran radicalmente sus efectos.
La abstención, forma pasiva de presentar la acción, incluye de por sí nuestra previa aceptación en cuanto a la colocación de sus urnas en nuestros territorios y, por lo tanto, será políticamente recuperada sin ningún tipo de dificultad por parte del imperialismo y una muestra palpable de nuestra carencia ideológica en cuanto a desarrollar una resistencia de nivel estratégico.
No se trata por lo tanto de que nuestras gentes no se acerquen, hasta la eternidad, a esas urnas, sino que esas urnas y quiénes las controlan desaparezcan de nuestro paisaje político.
Dicho de otro modo, no saber o no querer inventariar los medios disponibles en función del objetivo político perseguido es una línea roja que no se debe franquear bajo ningún concepto y el equivalente a cargarse los principios estratégicos, sin los cuales no existe ni táctica ni estrategia, sino pura cháchara hueca y charlatanismo que se pretende "político".
Hay quiénes también diferencian los tipos de convocatorias a las urnas extranjeras si éstas se circunscriben al ámbito municipal, foral, autonómico, cantonal, presidencial de la "República" o general a las "Cortes", abogando por participar en unas y no en otras. Parecen olvidarse que todas ellas emanan de un ordenamiento ilegal y extranjero e impuesto por la fuerza de las armas a este pueblo por dos potencias imperialistas, en una situación que perdura desde hace más de cuatro siglos en ciertos territorios nuestros, cinco siglos en otros, y más de ocho en los restantes. Todos ellos bajo soberanía nabarra y despojada de ella mediante invasión y genocidio contra un pueblo que supo crear su institución propia de mayor rango político, el Estado propio.
Tanto los que nos llaman a participar de unas elecciones destituyentes a todas luces, como los que abogan por la simple abstención o los que ven margen de "maniobra" dentro de los parámetros del imperialismo en un momento dado, de lo que realmente carecen, es de la determinación en querer llegar a asumir que la independencia sólo se puede volver a recuperar desafiando al imperialismo, cuando estén creadas las condiciones para ello, emancipándonos por nosotros mismos, con nuestros propios recursos, desde una centralidad política propia y desde la sustitución de su poder por el nuestro, como fin estratégico. Pretender lograr el objetivo dentro de las reglas de juego del imperialismo es una carencia política de percepción de la situación o aún peor, un ejercicio de embaucamiento político diseñado para debilitar ideológicamente a las fuerzas vivas de este país que aspiran a la libertad plena enraizada en la soberanía que brota de la determinación de un pueblo por su supervivencia.
El derecho inherente e intransferible de autodeterminación no contempla ningún compás de "obligatoria soberanía compartida transitoria" sino su ejercicio inmediato e incondicional.
Aritz Urtubi Matalaz.
Orreaga Nabar Estatua Pentsamendurako kidea.