MANIFIESTO DE CREYENTES POR EL COMUNISMO
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Hechos 4:32-35
Todas las cosas en común
32 "La multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.
33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.
34 Así que no había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el producto de lo vendido
35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad."
Con humildad revolucionaria un grupo de mujeres y hombres musulmanas y cristianas creemos que Dios es misericordioso, es decir, paciente, comprensivo y amoroso y desea que todos los seres humanos vivamos una vida digna y feliz sobre la tierra.
Cada vida humana tiene sentido. No importa lo que pienses y creas ahora. Queremos compartir nuestra reflexión contigo: que el poder, a lo largo de la historia, nace de la explotación de unos seres humanos sobre otros. La lucha de clases es la reacción de los que no tenemos nada contra los que lo tienen todo. La lucha de clases es la lucha por acabar con las clases, pues mientras existan las clases ni nos sentiremos ni seremos iguales. Luchamos contra la normalización y la existencia misma de la explotación y de su consecuencia: las clases sociales.
Las multinacionales, en alianza con las oligarquías locales, han convertido la democracia en un decorado. Ellas son las que extraen materias primas y fabrican productos en el Tercer Mundo, en condiciones de semi-esclavitud, y los venden en el Primer Mundo extrayendo tasa de beneficio en cada paso sin importarles matar, robar, estafar y corromper en aras del becerro de oro: el capitalismo patriarcal imperialista.
Y en esa historia de explotación y de guerras para conquistar territorios y mercados las religiones han estado siempre al lado del poder, dándole cobertura ideológica y justificando sus tropelías.
Las cruzadas y guerras santas no son la voluntad de Dios, Alláh o Yahve; la voluntad de Diosa es Ser a través del ser humano.
La Revolución Francesa lanzó el mensaje de que las relaciones sociales debían regirse por los principios de Igualdad, Libertad y Fraternidad. Marx y Engels demostraron científicamente que sólo acabando con las clases sociales estos principios podían convertirse en un modo de vida. Solo la clase trabajadora es la clase auténticamente revolucionaria, pues, así como los explotadores defienden sus intereses los intereses de la clase trabajadora son los de la humanidad entera, pues es la que defiende la Salud, el Planeta y la Vida.
Y en este camino reivindicamos la espiritualidad, pues ella nos permite hacer el "análisis concreto de la realidad concreta" que reivindicaba Lenin con propósito firme. Y tomamos partido por la clase trabajadora y las clases populares.
Y la espiritualidad no entra en contradicción con el marxismo, sino que introduce la importancia de la reflexión y del humanismo radical en el mismo.
Como marxistas, pues, aportamos humildemente nuestra espiritualidad para traducir nuestras convicciones en reflexión y en hechos para construir la República de Dios, la Sociedad Comunista.
En el siglo XX los musulmanes y cristianos apoyaron la causa de la clase trabajadora y del comunismo: los cristianos y musulmanes del PCUS que apoyaron revolución soviética en los territorios del Imperio ruso; los musulmanes y cristianos que luchan juntos en la causa palestina; los curas obreros; los cristianos que luchamos contra el franquismo; los curas guerrilleros como Camilo Torres y el movimiento de la Teología de la Liberación. Todo ello junto a la existencia de musulmanes comunistas como Foucault o cristianos comunistas e independentista irlandés, en este caso, Como James Connoly fusilado por los británicos.
Así pues, por primera vez en la historia miles de creyentes se ponen del lado de la transformación revolucionaria del mundo. Rechazamos las religiones, al servicio del poder, que nos dicen que hemos venido al mundo a sufrir, hemos venido para ser felices y para luchar por la felicidad colectiva.
No queremos ser cómplices del imperialismo ni por activa ni por pasiva, queremos con el movimiento obrero de nuestras naciones en la Península Ibérica y Latinoamérica construir en ellas la Sociedad Socialista.
Allah es el nombre en árabe de El Dios de Abraham, Jacob, Ismael, Moises, Ruth, Isaías, Rebeca, Ezequiel, Esther, Jeremias, Juan, María de Nazareth, Jesús, Muhammad, Ali, Fátima, Hassan, Hussein, Zeynab... El Dios y La Diosa de la VIDA, el Dios Unico, La Diosa que tiene todos los nombres y que no tiene ningún nombre, que tiene todas las formas y rostros y no tiene ninguno en particular, La que tiene entrañas maternales, Ar Rahman, La que tiene misericordia de madre, Ar Rahim, El Dios que nos pide que no hagamos ninguna imagen de El, porque está más allá y más acá de cualquier concreción limitada del espíritu humano, El Señor de los todos los infinitos Universos, La Señora de todos los seres ...
La Diosa en la que creemos no puede aceptar el capitalismo porque es desigualdad; peor salud y menor esperanza de vida para los más pobres; condiciones precarias de trabajo con riesgo de sus vidas en esta pandemia; colas del hambre por no cobrar los ERTES, quedarse en paro o ser migrante sin papeles y no cobrar nada porque se está forzosamente en la economía sumergida; es la brecha digital que impide seguir el curso.
La Diosa en la que creemos aborrece que en américa latina, la península ibérica y en toda la tierra haya casas sin gente y gente sin casa. la respuesta del capitalismo en el estado español en lugar de construir vivienda pública es criminalizar el movimiento okupa que toma posesión de viviendas de la banca y fondos buitre haciendo reportajes sobre las mafias que ocupan casas de particulares. todo ello intercalando publicidad de securitas direct, empresa de la cual son accionistas la familia March
No es que creamos en nuestra Diosa, es que la sentimos cuando besamos a nuestra persona amada; cuando arropamos a nuestras hijas; luchamos en una huelga o en una manifestación.
Llamamos a todas aquellas personas creyentes que quieran luchar por una sociedad sin clases donde cada uno aporte según su capacidad y reciba según su necesidad, a que se hagan militantes de sindicatos combativos y de organizaciones comunistas que defiendan la liberación de cada una de las naciones peninsulares y latinoamericanas y la construcción en ellas de la Sociedad Socialista y que forme parte de nuestro movimiento Creyentes por el Comunismo, para juntos aportar elementos de reflexión a todas aquellas personas que son anticapitalistas y/o creyentes, en paralelo a nuestra militancia en organizaciones políticas, sindicales o movimientos sociales.