PUJOL, ORTUZAR, OTEGI … ¿INDEPENDENTISTAS?

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PUJOL, ORTUZAR, OTEGI … ¿INDEPENDENTISTAS?

El primero, fundador y líder de CiU en Catalunya, la coalición que propugnó el SI en los referéndums de aceptación de la Constitución española y de permanencia en la OTAN, dejó hace años la política activa. El segundo, máxima autoridad del PNV en la CAV, mantiene en secreto si va a continuar al mando, pero dice que ya lo tiene decidido. El tercero, coordinador general de EHBILDU, ya ha manifestado su intención de continuar a la cabeza del actual trasatlántico de la IAO, la Izquierda Abertzale Oficial, cuya sala de máquinas se encuentra realmente en SORTU.

Jordi Pujol manifestó en un acto público el 29 de Noviembre de 2024, que “Catalunya no será independiente, ni ahora ni en 15 años, porque España es un país muy poderoso”. Abogó por “hacer crecer Catalunya dentro de España, dentro de una autonomía más amplia que le permita mantener su identidad”. Dicen de él que “Pujol nunca ha sido independentista. Sí soberanista y nacionalista, pero no secesionista”. Si eso fuera cierto, se me hace difícil entender cómo pueden compaginarse esas posiciones ideológicas, salvo que alguna o algunas de ellas fueran falsas; quizás el auge actual de los automóviles híbridos pueda ayudarme a ser más flexible en mis valoraciones. 

 

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Andoni Ortuzar, es uno de los dirigentes nacionalistas que con más claridad ha definido los actuales objetivos políticos de su Partido. Pero no ha sido Ortuzar el único burukide que ha hablado claro, sin complejos, al reivindicar “que se le considere a Euskadi como nación y encontrar un acomodo en el Estado español”. No es esta una idea nueva en su Partido, pues ya Marcos Vizcaya, como portavoz nacionalista en el Congreso de los Diputados en Madrid, en aquellos primeros años de la Reforma, sentenciaba que “estaban cómodos y querían seguir estándolo en España”, como se lo recordaba Joxemari Olarra el 22 de Juno de 2022. El burukide bizkaino Luki Artetxe, en la carta que en 1940 escribió desde el penal del Dueso, manifestaba que lo que perseguía realmente su Partido era “volver a la situación política anterior a 1839, es decir, al Régimen Foral”.

Cuando leí la carta de Artetxe pensé que, aún siendo un planteamiento respetable, resultaba, además de simple, ya anticuado y decimonónico. Cual no sería mi sorpresa al escuchar la intervención del Lehendakari Urkullu en el Parlamento de Gasteiz, el 16 de setiembre del 2021, 81 años después, proclamando que “Euskadi es una Nación Foral” y recordando que “hace 145 años se había promulgado la Ley Abolitoria de los Fueros de 1876, liquidando el marco jurídico-político en que habíamos vivido los Territorios vascos”. Como consecuencia, proponía “una fórmula de Concierto Político que de respuesta a la conciencia social mayoritaria y contribuya a resolver el denominado “problema vasco” (lo de “conflicto vasco” parece que le suena muy fuerte). En resumen, reivindicaba un nuevo Pacto: 

 “Que reconozca nuestra realidad nacional, la singularidad del Autogobierno vasco, asiente una relación bilateral con el Estado y favorezca la presencia y proyección internacional de Euskadi”. Más de lo mismo: Reconózcame que soy persona, aunque siga siendo su esclavo. En definitiva, Urkullu proponía, en un alarde de retorno al pasado:

 “Una fórmula, en cumplimiento de las disposiciones del Estatuto y de la Constitución, que nos permita la reintegración foral plena, es decir, retornar a la soberanía anterior a 1839”.

 Pero no teníamos soberanía, independencia, en esas fechas. Nuestra nación las había perdido tras las invasiones militares de lo que entonces era España, la primera en 1200 sobre Gipuzkoa, Araba y Bizkaia. La segunda en 1512 sobre lo que quedaba del reino de Navarra, es decir, la propia Nafarroa Alta. La Baja, en Iparralde, fue “incorporada” también, manu militari, a la corona francesa, en 1620.

Quedaron restos de soberanía, en forma de Fueros, como: 

-Zona de libre comercio, con Aduanas en los puntos de contacto con Castilla (aduanas secas, como la de Orduña), No contribución a la Hacienda española, No servicio de armas obligatorio y Pase foral: “Se obedece pero no se cumple”.

El Catedrático de Historia Luis Castells lo considera como “un alto grado de autonomía y techo de competencias elevado”. Pero el soberano era el rey de España, no el de Navarra y mantenía su mandato a través de sus Corregidores. El 25 de octubre de 1839, España eliminó parte de esos restos y en julio de 1876, los últimos vestigios “forales” de libertad y soberanía nacional.

 

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Arnaldo Otegi, proveniente de aquella Izquierda Abertzale partidaria de la Independencia y el Socialismo, Herri Batasuna, afirmaba tajantemente en 2002 que “un proceso que no cuente con el conjunto de territorios no va a ser avalado por la Izquierda Abertzale, ni ahora, ni nunca”.

28-3-2013, en NAIZ, EHBILDU destacaba aún que “el logro de la independencia resulta cada vez más creíble.” 

 17-11-2016, Otegi habla de “la normalidad que ya existe en la sociedad vasca…Quedan algunos temas pendientes como los presos…” (Total nada, desaparecida ETA, que ya no le estorba, quedan los presos, que no es poco…¿y los deportados y refugiados?)

Rafa Diaz y Eugenio Etxebeste hacen un llamamiento a la izquierda Española para recuperar el pacto de San Sebastián de 1930 y abordar sin complejos un nuevo modelo de estado para avanzar hacia un “federalismo asimétrico de naturaleza confederal”.

4-12-2020, EHBILDU reivindica la “República Vasca entre iguales”. Otegi afirma que “tienen como objetivo una república vasca independiente, pero sin prisa, sin ansia, porque saben que ahora esta opción no cuenta con mayoría suficiente”. 

31-3-2024, Otegi recalca que “no tenemos ni ansiedades ni prisas. La independencia de este país va a atravesar fases diferentes. La independencia no llegará si antes no llegamos a los gobiernos”.

2-10-2024, EHBILDU asume que “la independencia es inviable ahora y aboga por una Confederación táctica”. 

Otegi apuesta por una soberanía gradual, en tres fases, que antes criticaba al PNV. “ La construcción de la República Vasca no va a ser de golpe” afirma. Insiste en que “no se puede pretender una independencia de la noche a la mañana, sino en que hay que ir recuperando parcelas de soberanía de forma paulatina…” 

 Contradiciendo totalmente lo que afirmaba en 2002, la Ponencia que EH BILDU tiene preparada para su próximo Congreso en Febrero próximo, plantea:

Una República Confederal de EH, si así lo deciden los tres ámbitos administrativos actuales, CAV, Nafarroa y Euskal Hirigune Elkargoa. 

El periodista José Manuel Bujanda, desde DEIA, le da hoy mismo el ongi etorri a EHBILDU “a la senda del PNV, alegrándose de sus nuevas actitudes, como la propuesta de negociar un Estado federal dentro de la Constitución, la bilateralidad, dejar la “amnistía” en el pasado y aceptar los tres ámbitos en que estamos divididos los vascos”. Y tiene razón.

 

 ¡Toc, toc, toc! ¿Hay algún independentista por ahí?

 

Begirale

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