La necesaria radicalidad frente al expolio de bienes, por la iglesia católica

A finales de la primavera del pasado año, una noticia aparecida en distintos medios de comunicación alto navarros nos sorprendía y, a muchos, nos dejaba atónitos. Esa noticia no era otra que la constatación pública de que, pese al supuesto cambio político en el gobierno de Nafarroa Garaia, el arzobispado y, por ende, la oficialidad de la iglesia católica en este herrialde, volvía a hacerse con un buen montante de dinero procedente de las arcas públicas.

Concretamente nos veníamos a enterar, por los medios de comunicación, que el Gobierno de Uxue Barkos, apoyado por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos/Ahal dugu e I-E, aportaba el 33% de los 3.800.000 de euros (1.254.000 € exactamente) que suponía el presupuesto total para el arreglo y restauración del claustro de la catedral de Iruñea; así como los trabajos de divulgación y publicitación de la obra. Esto último no es otra cosa que la realización del marketing necesario para que la gente acuda en masa a conocer los resultados de la rehabilitación, pasando previamente por caja a pagar los 5 euros de entrada que hay que abonar por persona y que el arzobispado también se embolsa.

Este “convenio” se firma, como decía al principio, con fecha 31 de mayo del año 2016 y lleva la firma, entre otras, de la señora Uxue Barkos, presidenta del gobierno alto navarro, y Ana Herrera Isasi, presidenta de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Nafarroa. Tal documento se puede obtener haciendo una simple búsqueda en internet. En días posteriores, la llamada Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro (de la que yo mismo fui también fundador junto a otras muchas personas, aunque llevo retirado de la misma desde hace años) hacía pública una denuncia por tal aportación dineraria pública. También EH Bildu, por medio de su portavoz parlamentario, Adolfo Araiz, hacía una pregunta sobre este tema a la Presidenta del parlamento, Ainhoa Aznarez, en cuya respuesta oficial se reconoce públicamente la participación del gobierno del herrialde en la aportación económica.

Y en todo esto estábamos, cuando la Plataforma de Defensa del Patrimonio de Navarra hizo un llamamiento a participar en la concentración que se realizó el sábado, 18 de Noviembre, en las puertas catedralicias iruindarrak, para denunciar la injusticia que, para ellos y ellas, supone que se deba pagar entrada cuando ya hemos puesto dinero todos los navarros y navarras para la restauración del monumento.

La Plataforma de Defensa del Patrimonio, sin embargo, no parece ser en la actualidad consciente de que la iglesia oficial, representada -en este caso- por el arzobispado, no es el único ente que está actuando en contra de los intereses públicos de toda la ciudadanía de nuestro herrialde. Y digo en la actualidad, porque en las decenas de charlas que dimos por toda la geografía tras la creación de la Plataforma, una de nuestras grandes denuncias era la necesaria implicación de los, por entonces, gobernantes de turno, para permitir el expolio tanto de edificios como de dineros públicos.

Ahora, este caso deja claramente en evidencia al llamado “gobierno del cambio”. Y deja también al descubierto a aquellos partidos políticos que lo sustentan; al permitir, mansamente y –en clave electoral-  acobardados frente a la supuesta omnipotencia católica, que la jerarquía eclesiástica siga esquilmando las arcas públicas en interés de sus beneficios privados. En muchos casos, incluso, distintos representantes electos de los partidos que conforman el actual gobierno se permiten el lujo de procesionar y desfilar, tras o delante, de iconos religiosos varios y haciendo la ola a la jauría ensotanada. Y para retorcer aún más el asunto, unos cuantos de estos electos han rubricado manifiestos de apoyo a la Plataforma de Defensa del Patrimonio o, incluso, han realizado plenos municipales para que sus ayuntamientos participen de la misma; despreciando con su actitud servil, disfrazada bajo la excusa “festivo-cultural”, todo lo que debido a la gravedad de los hechos cometidos por la jerarquía eclesiástica se necesita en cuanto a posicionamientos firmes de rechazo.

Termino este artículo ofreciéndome, de nuevo, a la Plataforma de Defensa del Patrimonio de Navarra. Ofreciendo mi modesta aportación para hacer frente al saqueo de la iglesia. Pero también para denunciar a quienes desde instancias públicas y gubernamentales son cómplices necesarios para que todo esto esté ocurriendo; sea esta complicidad practicada desde las siglas políticas o instituciones que sean. Me ofrezco a participar en concentraciones a las puertas de catedrales, iglesias o sedes arzobispales; pero también en las puertas de parlamentos, diputaciones, ayuntamientos y sedes de partidos políticos. Estoy dispuesto a esperar en la calle a que los jerarcas eclesiásticos lleguen a sus concilios, para gritarles a la cara que devuelvan lo robado; pero también a increpar a concejales y alcaldes que acompañan en procesión, vara de mando municipal en ristre, a los responsables del expolio. Me animo a vestirme de Olentzero e, incluso siendo como soy absolutamente ateo, de rey mago, para ir a esparcir carbón en la puerta del arzobispado; pero también para ir a ennegrecer la entrada de las instituciones y sedes de los culpables políticos de lo que, como el libro que en su día publicamos y las charlas que dimos por toda Nafarroa Garaia, vinimos en denominar acertadamente como un “Escándalo Monumental”.

 

Isi Caballero

Herritar Batasunaren kidea

 

ANEXOS:

http://www.iglesianavarra.org/wp-content/uploads/2017/03/Convenio-restauraci%C3%B3n-claustro-catedral-Pamplona.pdf

http://www.parlamentodenavarra.es/sites/default/files/boletines/B2016122.pdf

http://plataforma-ekimena.org/?p=2876

http://www.diariodenavarra.es/noticias/navarra/navarra/2016/06/16/plataforma_defensa_del_patrimonio_rechaza_convenio_para_restaurar_catedral_464851_2061.html

http://plataforma-ekimena.org/?page_id=1586  

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