ENTRE SANTOÑA Y AIETE:
De Traiciones y Traidores
1ª Parte: 1936-37
Luki Artetxe, miembro del Bizkai Buru Batzar, órgano de dirección del PNV en Bizkaia, hombre de profundas convicciones religiosas y nacionalistas, escribió una larga carta en un cuadernito de 216 páginas en 1940, desde su celda de la Prisión Central de Burgos, a donde fue llevado tras permanecer dos años en el Penal del Dueso. Estaba dirigida a un prelado amigo suyo, en Roma y resumo algunas de sus manifestaciones:
“Las elecciones municipales de Febrero de 1936 tuvieron buenos resultados para el PNV en Gipuzkoa y Bizkaia. A los dos meses comienzan en Donostia los contactos entre destacadas personalidades de derechas y dirigentes del PNV, a los cuales les preguntan si su partido estaría dispuesto a luchar contra el comunismo. Ante la respuesta de “!Siempre!”, comienzan las conversaciones secretas entre ambas partes para organizarse y armarse.
Los nacionalistas no se opusieron a que los derechosos empezaran a pedir dinero para la compra de armas a entidades bancarias, industriales y comerciales, lo que hicieron afirmando que el PNV apoyaba el movimiento. Hubo variasreuniones secretas para el reparto de las armas y otros aspectos organizativos, pero cuando en la última reunión que tuvieron, 15 días antes del levantamiento franquista, se les dijo a los representantes nacionalistas que tenían que ponerse a las órdenes de un alto jefe militar español, se retiraron de las conversaciones, hasta el momento en que los comunistas se sublevaran.
Una vez iniciado el levantamiento franquista el PNV decidió no intervenir, ocupándose solamente de mantener el orden en la calle, poniendo piquetes para la protección de las iglesias y de las poblaciones, ofreciendo protección a religiosos y personas de orden que pudieran sentiré amenazadas por los izquierdistas, por lo que solamente voluntarios de esta ideología se armaron y acudieron a frenar el avance de los franquistas que llegaban a Gipuzkoa por Irun. Pero cuando algunos nacionalistas salieron por iniciativa propia al frente, el PNV comenzó a organizar sus propias milicias para evitar la mezcla de hombres de sanas ideas religiosas con hombres sin fe y enemigos de nuestra religión y autorizaron la organización de voluntariado entre nacionalistas.
Para hacerse con la colaboración de las fuerzas nacionalistas, el Gobierno de la República española accede a conceder un Estatuto de Autonomía y el 7 de Octubre de 1936, cuando ya los fascistas habían llegado a los altos de Elgeta por tierra y a Ondarroa por la costa, José Antonio de Agirre y Lekube fue nombrado Lendakari de un Gobierno que movilizó cuatro quintas y procedió, en Noviembre, a la formación del Euzko Gudarostea, Ejército Vasco, compuesto por 45 batallones de diferentes ideologías y 40.000 hombres. Además, puso en marcha la industria de guerra, militarizando las factorías útiles para esa labor, que produjo obuses, bombas de aviación, cartuchos, morteros y granadas, pistolas y vehículos blindados. Fue construida una línea defensiva alrededor de Bilbao de 120 km, diseñada por el Comandante de Ingenieros Goicoechea, Jefe de todo el sistema de fortificaciones, quien en compañía de otros dos o tres ingenieros traicionaron a los suyos y se pasaron al bando franquista con todos los planos de las defensas”. Primera TRAICIÓN y primer TRAIDOR.
Tras algunos meses con el frente estabilizado, en Abril de 1937 se reanudó la ofensiva franquista, que en Junio llevó a sus tropas hasta Bilbao. Allí se dio la rendición y entrega al enemigo de los comandantes de 8 batallones nacionalistas, que cometieron TRAICION tanto a sus batallones, a los que dejaron tirados, como a su Ejército, a su Partido y a su Gobierno.
Luis Ruiz de Agirre, de psuedónomo “Sancho de Beurko”, nombrado Comisario general del Euzko Gudarostea por el Lendakari Agirre, denuncia en su libro “EL INFORME DEL PRESIDENTE AGIRRE” la existencia de un Pacto de Bilbao que se plasmó en:
- Huida de destacados jefes del Ejército Vasco en los destructores Ciscar y José Luis Díez, parte de los 122 que embarcaron camuflados entre los 288 evacuados.
- Entrega de los presos fascistas a las tropas franquistas. - Abandono de abundante armamento y munición
- Se impidió, por orden del B.B.B, la inutilización de las industrias de guerra de la Margen Izquierda, desplegando varios batallones nacionalistas que posteriormente se entregaron a los franquistas, tras negociar con los italianos. Al de poco, esas industrias estaba produciendo armamento que se utilizaba contra el Ejército Vasco en retirada.
-Varios batallones nacionalistas se quedaron en sus cuarteles, desoyendo las órdenes de retirada, a la espera de ser apresados.
El Lendakari y al mismo tiempo responsable de Defensa, J. A. Agirre, ordenó la retirada hacia Santander del resto de las Divisiones y Batallones leales, con la intención de evacuarlos en los 10 buques que encargó, desde el puerto de Santoña, para llevarlo a través del Estado francés hasta Catalunya y seguir combatiendo contra los insurrectos. Pero la República española se opuso a la evacuación, lo que constituyó una TRAICION a la fidelidad que el Lendakari había mantenido respecto a tal Gobierno y a los propios combatientes vascos y responsables políticos.
Pero antes de la caída de Bilbao el 19 de Junio de 1937, Juan de Ajuriagerra, como presidente del Bizkai Buru Batzar, ya había iniciado contactos con los italianos, negociando el conocido como Pacto de Santoña, mediante el cual se estipulaba la rendición y entrega de las armas de los batallones nacionalistas a la División Flechas Negras del General Roatta, alias Mancini, a finales de Agosto. La salida en dos buques, desde el puerto de Santoña, de entre 1900 y 2000 responsables políticos y militares, mientras la tropa nacionalista quedaría presa en campos de concentración bajo la vigilancia de los italianos, hasta que acabara la guerra. Este Pacto representaba una TRAICION respecto al Gobierno vasco y a los propios gudaris, que no serían evacuados. El TRAIDOR, como representación de su entorno político, Juan de Ajuriagerra.
Cuando a Santoña llegaron el 28 de Setiembre los dos mercantes encargados por Ajuriagerra, el BOBY y el SEVEN SEA SPRAY, embarcan los responsables políticos y militares, pero llegan órdenes de Franco, que prohíbe la salida de un solo hombre. Son obligados a desembarcar y, mientras los italianos resuelve el tema con los franquistas, ofrecen a los desembarcados ser llevados a los alrededores del Penal del Dueso, vaciado días antes por el batallón Irrintzi y que esperen allí, protegidos por los italianos de actuaciones franquistas. Allí permanecen durante varios días, hasta que el 4 de Setiembre llega un batallón español de infantería, los italianos se retiran sin dar la mínima explicación a los nacionalistas y los huéspedes se convierten en prisioneros, desarmados y desvalijados. Esta fue la TRAICION de los italianos y su máximo responsable, el TRAIDOR, el General Rotta. El ya citado Luis Ruiz de Agirre aseguró que “Este Pacto fracasó por entregar las armas. El enemigo no negocia cuando se entregan las armas”. Sería una premonición. (ver libro ”IRRINTZI, GRITO DE GUERRA”)
Begirale