TAV - EZ

Vivimos una etapa del capitalismo mundial cuya ideología principal parece ser el desarrollismo, basado en la proliferación de grandes infraestructuras como los grandes aeropuertos, inmensas autopistas interconectadas y como no grandes corredores ferroviarios de alta velocidad.

  Y todo ello…¿ para qué ? ¿Nos beneficiara a la clase trabajadora todos estos tipos de grandes infraestructuras?

Los medios de comunicación así nos lo harán creer, pero realmente la publicidad manipula las necesidades humanas reales para fomentar la aceptación y la compra de productos innecesarios por puro placer consumista y para crear nuevas falsas necesidades.

  Porque, realmente, ¿necesita el obrero u obrera tener a su disposición rápidamente para su consumo algún tipo de carne Nepalí? ¿Estará dispuesto a pagar de su reducido sueldo un precio desorbitado por dicha carne de importación y poder degustarla diariamente? ¿Podrá una persona con un sueldo de 900 euros acceder y viajar con su pareja y sus dos hijos en los trenes de alta velocidad? ¿O en esos inmensos y cómodos aviones intercontinentales? O ¿realmente este tipo de grandes infraestructuras van destinadas a personas con un alto poder adquisitivo?

  Primero de todo, debemos de ser conscientes de que las decisiones que atañen a estos tipos de infraestructuras se toman en reducidos centros de poder compuestos por burócratas, grandes empresarios y políticos, lo que no deja ninguna margen de decisión ni respuesta a los millones de personas que se verán afectadas por cada uno de los programas tecnocracias que sean aprobados y ejecutados.

  Y centrándonos en el TAV, debemos tener en cuenta lo destructivo que puede llegar a ser para el medio ambiente y los ecosistemas locales, ya que por ejemplo, para alcanzar su velocidad punta, 300 o 350 Km/h, exige un trazado prácticamente rectilíneo, lo cual requiere túneles y viaductos, con la consecuente destrucción del ecosistema que ello implica a su vez; devasta más superficie que una vía normal y consume mucha más energía, lo que se utilizara para legitimar y dar validez a todo tipo de centrales energéticas.

  Por otra parte, no debemos olvidar lo que pasara con los pueblos que no dispongan de una estación del TAV, sencillamente que pasaran a ser virtualmente inexistentes, lo que partirá en dos los ecosistemas locales atravesados por el trazado.

  Por ello, acabo repitiendo la pregunta del principio, ¿nos beneficia a la clase trabajadora este tipo de grandes infraestructuras? ¿Debemos permitir el olvido de muchos de nuestros pueblos por el simple hecho de que un número reducido de personas de gran poder adquisitivo dispongan de todo tipo de productos de importación en cualquier momento del día? ¿O para que simplemente sus señorías más pudientes se puedan desplazar rápidamente de un lugar a otro para poder asistir a la opera o a un partido de futbol?

   La decisión es clara y simple, TAV no, TAV EZ !!!

    Gorri eta Beltza.    

GEHIEN IRAKURRI

AZKEN BERRIAK