SOBRE EL CONFORT, EL EJERCITO DE LIBERADOS (MERCENARIOS) Y EL BARRO.

A ti Floren Aoiz, intelectualillo de postal y oportunista con carrera te agradezco que hayas tirado la piedra a la cual te voy a contestar en forma de bala. Y estate atento porque el cargador está lleno.

Empecemos con una de buen calibre: recuerdo que en comisaria mientras me torturaban, los perros me nombraron a dos "ilustres" de esxs de la izquierda abertzale. Una de ellas era Jone Goirizelaia, sobre la que me decían que ella vivía de lujo, sin correr ningún riesgo, mientras nosotrxs no parábamos de trabajar y en la lucha lo dábamos todo. El otro sobre el que me hablaron eras tú, sobre el que me dijeron que en tus tiempos de portavoz de Jarrai utilizabas tus galones para el ligoteo. Si, eso me decían y yo sabía que era para hundirme, para que al final cayera en su juego auto-inculpándome, por eso cuando aquello no les creí. Ahora, con todo lo vivido y pasado y después de 31 años de militancia política, conociéndoos como os conozco, voy a hablar. Ya no me puedo callar.

En vuestro ejército de liberadxs muy pocxs habéis pisado barro. Porque pisar barro es levantarse todos los días para ir a la empresa donde un capitalista explotador se va a beneficiar de tu fuerza de trabajo. Porque pisar barro es estar viviendo en la miseria y en la precariedad, con la duda diaria de si vas a poder sacar adelante a una familia, o vas a poder vivir con un mínimo de dignidad. Porque pisar barro es vivir en los meses de invierno en la penumbra y el frió del hogar por no llegar a poder pagar la factura de la luz. Porque pisar barro es mal alimentar a lxs hijxs porque el dinero para la compra no llega. Quienes pisan barro son esxs que luchan de verdad, esas miles de personas que en este país día tras día venden su fuerza de trabajo a la explotación capitalista para poder sobrevivir.

Vuestro ejercito de liberadxs no sabe lo que es pisar barro y a quien algún día lo hizo ya se le habrá olvidado. Lo vuestro es pisar moqueta, sede, despacho, como así lo atestiguan algunos edificios de las calles Astarloa, Arenal, Egaña, Rodríguez Arias...en el caso de Bizkaia. Bien conocidos son vuestros cafés y pinchos en los bares situados en estas calles o en sus aledaños. Está claro que todo el mundo tiene derecho a un descanso en su horario de trabajo, pero el vuestro no es de 20 minutos como el de cualquier trabajador. Y en verano se os ve sentadxs en las terrazas. No me lo invento, no exagero, es cierto, es así.

Sigamos vaciando el cargador: muchxs de vosotrxs no habéis trabajado nunca para un explotador, no habéis estado en el tajo junto al resto del pueblo trabajador. El currículum de algunxs de vosotrxs va desde la liberación en Ikasle Abertzaleak hasta la ejecutiva de LAB. Otrxs han pasado por todas las organizaciones ( menos por una, que casualidad), Jarrai, KAS, Ekin, Batasuna, LAB. Siempre a sueldo del movimiento, siempre cobrando por luchar, sin pisar barro en el verdadero tajo.

El mayor acierto del estado contra la revolución socialista vasca no fueron los escuadrones de la muerte, ni las torturas, ni los asesinatos de militantes, ni...el mayor y único acierto para terminar con una digna resistencia fue ir a por vosotrxs. Primero a por aquella Mesa Nacional, y después con el ciclo de ilegalizaciones. Vosotrxs asumíais e incluso justificabais Hipercor, Zaragoza, Vic y otras muchas acciones armadas. Vosotrxs asumíais por la causa la detención o incluso la muerte de militantes de ETA, de colaboradores y de quienes tomaban parte en la lucha en la calle. Lo que vosotrxs no podíais asumir es que fueran a por vosotrxs, que os metieran en la cárcel. A partir de ahí todo cambio, empezasteis a ver las cosas de otra manera, a pensar en un cambio de estrategia y demás. En este país esto lo sabe hasta el apuntador. Esa es la debilidad y la cobardía de quienes os creíais  intocables, de quienes estabais muy bien en vuestras poltronas y despachos, pisando moqueta. Hasta entonces lxs que pasaban miedo, lxs que miraban para atrás antes de entrar en el portal, lxs que se metían en la cama y dormían con la oreja puesta en la puerta eran lxs soldadxs.

Quienes tomamos parte en la lucha por la independencia y el socialismo lo hicimos de forma consciente y voluntaria, nadie nos obligó a ello. Asumiendo los riesgos que la lucha acarreaba podemos llegar a decir que para nosotrxs luchar era un placer porque luchábamos por la justicia y la libertad. Dicho esto, ejército de poltronerxs, mercenarixs de la lucha, también deciros que nos tratasteis como trapos de usar y tirar. "Haced, haced, haced,.." y nosotrxs hacíamos, sin cuestionar nada, por disciplina militar. Pisábamos tanto el barro que a veces nos hundíamos en el. Tan hundidos que algunxs buscaron como válvula de escape las drogas porque aquella situación les superaba. Y a vosotrxs solo se os ocurrió expulsarles. Pisábamos tanto el barro, que después de haberlo dado todo estábamos todxs quemadxs, tan quemadxs que algunxs se quemaron hasta las manos. Tanto, tanto, que algunxs por su entrega están secuestradxs a perpetuidad en las mazmorras del enemigo.  Y de la noche a la mañana, aunque veníais preparándolo durante años, al Mesías ( ese que se da la mano sonriendo con el presidente de quienes condenan a la miseria y a la explotación a la clase obrera de este país) y a algún otro les ilumina el sol en un tren de París. Y poco después, a muchxs de los que hasta entonces habían pisado barro en la lucha, les tiráis al cubo de la basura. Ya no os sirven, ahora os estorban. Y empezáis a contar con aquellxs que nunca habían pisado barro, que se habían dedicado a estudiar, para los nuevos tiempos. Pero vosotrxs, da igual en que estrategia, siempre en vuestros puestos. Nada ni nadie os quita de vuestras poltronas, de vuestros sueldos, a los que muchxs os habéis agarrado de por vida. Lleváis décadas, si décadas, siendo lxs mismxs.

Y diréis que vosotrxs también habéis sufrido, también habéis pagado con la cárcel, algo que no pongo en duda. Pero también otrxs traidores a la clase obrera como vosotrxs sufrieron la represión, el exilio y la cárcel. La historia ha dado muchxs Carrillos, Onaindias y Uriartes,... así que ese cuento se lo contáis a otro. Porque a muchxs de vosotrxs nada más salir de la cárcel ya os está esperando vuestra liberación remunerada en IPES, en los parlamentos, en LAB, en Sortu o donde haga falta.

Y algunx de vosotrxs os creeréis revolucionarixs profesionales, profesionales de la revolución. No insultéis ni a la historia ni a lxs revolucionarixs. Estxs han sido contadxs, no un ejército de mercenarios como es el vuestro. La gran mayoría de ellxs realizaban, y muchxs en el mundo todavía realizan, su trabajo en situación de ilegalidad/clandestinidad. Y pisaban barro de verdad para llevar la revolución hasta sus últimas consecuencias o por lo menos intentarlo, no como vosotrxs.

Y si mi odio y desprecio es hacia todxs vosotrxs, como el contenido y el tono de esta carta así lo demuestra, mi amor es hacia esxs compañerxs que tras haberlo dado todo, ahora viven en la precariedad sufriendo la explotación capitalista. Muchxs de ellxs en la hostelería, algunxs en la limpieza, otrxs a cuatro turnos,... No es que sean menos listxs que vosotrxs, simplemente son currelas. Para mí lxs referentes son ellxs, con la misma o incluso más capacidad intelectual, de dirección y de organización que todxs vosotrxs. Su sudor en el tajo, sus lágrimas al ver qué todo por lo que lucharon se ha ido a la mierda, mi amor hacia ellxs, hace que cada bala este cubierta de odio y desprecio.

Y en política, en la lucha, pisar barro es lo que hace la clase obrera concienciada de este país, que poco a poco y contra todo empieza a salir del agujero en la que vosotrxs la metisteis. Sin liberadxs remuneradxs, con entrega y compromiso militante, poniendo dinero de su bolsillo incluso, la clase obrera va organizándose en el antifascismo, en los tajos, en la lucha por la amnistía, en los institutos y universidades, en los gaztetxes, en el Alde hemendik,...aún y a vuestro pesar. Porque las mujeres y hombres de este país no os queremos ni os necesitamos.

 

Posdata: Floren, no firmo este escrito con mi nombre porque lo importante es el contenido y no el quien. Cuando te vea por la calle, me presentaré y te diré que he sido yo.

 

Firma: Fernando Hernández Parra. (Estos son los apellidos de Irene Hernández y Antonio Miguel Parra lxs dos últimxs trabajadorxs asesinadxs en el tajo en este país).

GEHIEN IRAKURRI