¡ 7 DE JULIO, SAN FERMÍN !

Seguramente muy pocos de los que asisten hoy en día a las fiestas de San Fermín recuerden como eran estas fiestas hace treinta años, ni como en realidad comenzaron. Eso sí, muchos seguro que conocen los míticos cuentos que escribía Hemingway, sobretodo los guiris. Hoy en día durante las fiestas prácticamente la gente viene a Iruña a pasar dos, tres o los días necesarios bebiendo hasta que el cuerpo aguante, para ver e intentar correr delante de un animal, y para llevarse un pañuelico de las fiestas de este año. Pasado el día quince, todo vuelve a la normalidad.

Pero, ¿ Quién saca beneficio de la masificación que sufre Iruña durante una semana completa ? Fácil, todo el mundo que puede, porque el sistema capitalista lleva a esto, a intentar sacar el máximo beneficio a costa de los demás.

En cuanto empieza el mes de julio, y sin esperar al día siete, veo como dos huevos fritos, un trozo de txistorra y una copa de vino pasan de costar unos cinco o seis euros a… ¡ DIECISÉIS euros ! Esto es un simple ejemplo de lo que ocurre durante siete días en Iruña, porque igual pasa en menús, copas, habitaciones de hotel, etc.

¿ Y quién impulsa este tipo de turismo ?

Pues nuevamente está claro, los gobiernos y empresarios de la ciudad. Porque poco a poco, nos cambian las ciudades y los pueblos según el tipo de economía y de turismo que quieran impulsar.
Hubo un tiempo en que lo que se impulsó, sobretodo en la zona norte de Euskal Herria, fueron las fábricas, llevando a muchísimos campesinos y campesinas a formar parte de la gran masa de obreros que inundó sobretodo la zona de Bilbao, llegando a ser zona de referencia para toda Europa. Para ello, incluso se llegó a modificar el paisaje de muchísimos pueblos. Todo ello duro lo que duró, ya que cuando las familias oligarcas que controlaban la economía y la política sacaron lo que quisieron sacar, abandonaron a su suerte a miles y miles de obreros.

Quizás, sus miras estaban puestas en otra forma de hacer negocio, el turismo de clases pudientes. Y si, digo pudientes, porque últimamente entre los bajos sueldos de la clase obrera y lo caro que se ha puesto prácticamente todo ( ¡ dos huecos fritos y un trozo de txistorra DIECISEIS euros ! ), a un matrimonio con dos hijos casi les está prohibido asistir a las fiestas. Un modelo económico basado en el turismo, pero turismo de una clase elitista con un claro poder económico, que se puede gastar 1.200 euros en tres días de fiestas. ¡ El posible sueldo de dos meses de dos obreros !

Cambio del modelo de ciudad, de un barrio a un lugar de turisteo.

Pero no sólo se trata del beneficio que puedan sacar empresarios y demás. Se trata del cambio, tanto social como ecológico, que este tipo de turismo puede traernos. Al llegar a cierto número de pernoctaciones, rápidamente se propondrá la creación de más hoteles, con el considerable aumento de tiendas “chic”, restaurantes, etc…, con lo que afectará claramente el modo de vida de Iruña. Y para tanto turista hará falta, como no, modificar el sistema de transporte que tiene la ciudad, de hay que nos quieran colocar, si o si, el tren de alta velocidad, para los turistas y los trabajadores con altos ingresos económicos, no para los obreros nabarros.
Solo por poner un ejemplo de lo que conlleva el turismo masificado: Barcelona, en cuestión de 20 o 30 años, a sufrido un cambio espectacular, llevando a los propios barceloneses a tener que vivir en la periferia de la ciudad, debido al imposible precio de las viviendas, ya no en el centro de Barcelona, sino en muchos barrios de alrededor. Debido a que el gobierno catalán a basado gran parte de su economía en un turismo elitista, destinado a personas de un alto nivel económico, a una familia obrera le cuesta muchísimo esfuerzo poder a salir a comer o cenar cualquier día del año por el centro de la ciudad. Llegando al extremo, de llegar a pedir en un trabajo de dependiente/a en cualquier tienda del centro, saber inglés y/o alemán antes que catalán.

Modelo de fiesta.

Por ello debemos de tener mucho cuidado como y para quién queremos las fiestas de nuestros pueblos y ciudades. Las fiestas deberían estar pensadas principalmente para las personas que día tras día forjan el futuro de los pueblos y ciudades, y no para ciertas clases sociales y turistas con alto poder adquisitivo. Son los que se quedan aquí, y se levantan día tras día para realizar su dura jornada laboral, los que verdaderamente se preocupan del sitio donde residen. No necesitamos pueblos ni ciudades dedicadas a los guiris, ni con barrios residenciales de alto standing. Necesitamos casas para gente sin techo, comedores sociales para gente necesitada, centros sociales donde educar y formar a gente parada o con escaso poder económico, centros sociales para nuestros jóvenes ( todo esto casi parece una utopía ), mejores carreteras, mejores accesos para personas con poca movilidad……
En fin, que necesitaríamos tantas, y tantas cosas verdaderamente necesarias, que la verdad, no creo conveniente tener que preocuparme por tener una Iruña marcada con un punto en los mapas de toda Europa, de los turistas que están esperando como locos, que llegue el siete de julio para venir a la plaza consistorial a cantar aquello de….”1 de enero, 2 de febrero…….7 de julio ¡ San Fermín !………”

Y para acabar, recordar que hubo un tiempo, en que la monarquía y la nobleza francesa intento echar de París a la gente pobre e indigente de la ciudad y llevarla a barrios del extrarradio, llegando a provocar lo que provocaron. Hoy en día, en pleno siglo XXI, nuestras propias oligarquías, prácticamente hacen lo mismo muy sutilmente, pero sin que el pueblo llano levante la cabeza, como para pedirles que levanten el puño.

Alberto Sonia, militante de la unidad popular

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