OFENSIVA ESPAÑOLA EN EUSKAL HERRIA.
Israel Gonzalez
Normalidad y convivencia. Bajo esos argumentos, y en este contexto, estamos asistiendo a una ofensiva estatal por intentar encajar España en Hego Euskalerria. Hecho que coincide, no por casualidad, con la desactivación de una lucha diaria y sostenida durante décadas en favor de la independencia y nuestra recuperación nacional, dejando de esta manera el terreno abonado para esta ofensiva. El estado ha visto clara la oportunidad que se le abre para, empezando por lo testimonial, continuar afincando la idea de España con total naturalidad en nuestro país.
Hablamos de encajar España en Hego Euskalerria y no a la inversa. Lejos de necesitar buscar un encaje de nuestro territorio en la legalidad española, su ofensiva consiste en una pura y dura asimilación. Lejos de plantearse la posibilidad de ofertar nuevos estatutos, está abonando el terreno para que veamos con naturalidad las visitas reales a Iruñea, las maniobras militares, o las disputas deportivas de diferente índole, donde la selección española juega de local en nuestras ciudades. Actos que pueden parecer testimoniales esconden tras de sí una ofensiva que empezando por los simbólico busca normalizar la presencia española en un territorio que siempre ha sido hostil a esta. Ese es el peligro, y no es pequeño.
Aquella pantalla gigante que Barcina colocara en el corazón de Iruñea en plenos san fermines para ver la final del mundial de futbol bien podría ser el principio de esta ofensiva sociológica e ideológica. Ligada a la imagen de la Roja, la ofensiva comenzó de una manera clara, primero en lo deportivo (el paso de la vuelta España por nuestro territorio, disputas de diferentes torneos deportivos con la selección española de anfitriona en el Navarra Arena, y por supuesto la Eurocopa 2020 donde España tendrá su sede en Bilbo, entre otros muchos). Y posteriormente a otros niveles aún mayores: maniobras militares en Sakana,o la última en Zarautz, misas y procesiones también militares en Arantzazu, la presencia hoy de Felipe VI en Baluarte y la presumible aparición de tan honorable heredero del franquismo en Orreaga el próximo verano, todas ellas responden a un mismo propósito de asimilación. Esto es, una apuesta decidida del estado por ir acabando con el sustrato y el sentimiento nacional en este país, así de claro y así de grave.
Este proceso, como señalábamos al principio, se produce en una situación muy concreta, en un contexto donde la mayoría de la antes llamada izquierda abertzale -o socialdemocracia autonomista- ha abandonado la lucha por las reivindicaciones independentistas en las calles, en favor del institucionalismo y posibilismo político más baratos, dejando así huérfanos a un pueblo y sus calles en sus reivindicaciones nacionales. A consecuencia de ello, hoy la simbología y la ideología del estado ocupante se pasea sin temor y de manera altiva.
La solución, en cambio, entendemos que es clara: recuperar la lucha, recuperar la calle. Hacer frente a esta ofensiva desde la movilización y la recuperación de la lucha de liberación nacional y de clase. Activarnos para responder a esta ofensiva entendiéndola en toda su gravedad y calado. ¡Hoy arranca nuestra contraofensiva! Os animamos a organizaros y hacerla frente, a responder con dignidad y coraje a cada acto de este calado.
¡Contra la ofensiva de asimilación española!
¡No sois bienvenidos en esta tierra!
¡Independencia y Socialismo!