GUDARI EGUNA 2018. Gora atzoko, gaurko eta biharko borroka!!!

Los Pueblos Trabajadores, en el combate por liberarse, tenemos el derecho y el deber de utilizar todos los medio de lucha a nuestro alcance. Eso es lo que la Historia de las oprimidas y los desposeídos nos ha enseñado siglo tras siglo.

Los opresores utilizan la violencia sistemática, constante y masivamente para prolongar su dominio. Así ha sucedido en todas las sociedades de clase, desde que el surgimiento del patriarcado destruyó progresivamente el comunismo primitivo inicial. Esta ley se ha verificado en todo el planeta y en todos los medios de producción: en el despotismo, el esclavismo, el feudalismo…

El capitalismo, en la medida en que integra en su seno todas las opresiones anteriores y las subordina a las necesidades de la acumulación del capital, se basa en una violencia constante y sin límites desde su mismo comienzo. El patriarcado, la esclavitud, la opresión nacional, el racismo, el predominio de los adultos… El capitalismo a asumido en su seno todas las estructuras opresoras, utiliza todas las violencias para prolongar su poder y su tiranía. Y eso, cada día y cada hora. De día y de noche.

Para cualquier poder opresor es una cuestión de vida o muerte ocultar su constante violencia cotidiana, hacerla invisible, normalizarla, legitimarla, justificarla. De esta forma las y los oprimidos nos sumergimos en una alienación total, y llegamos a pensar que la violencia sin límites que nos ahoga y nos domina es “normal”, “democrática”, se llama “convivencia”, el “legal”, es el “estado de derecho” creado para protegernos.

La victoria total de los opresores llega cuando los y las oprimidas asumimos totalmente su ideología alienante. Entonces, todos los intentos de rebelarse contra la opresión se convierten en “violencia”, la explotación y la subordinación se transforman en “paz”. Así han conseguido los opresores prolongar su poder durante siglos. Vivimos en medio de un mar  de violencia, estamos sumergidos en un océano de brutalidad. Y no nos damos cuenta.

Para las clases y grupos opresores, el objetivo principal es disimular y legitimar su violencia dominadora, y al mismo tiempo, denunciar y deslegitimar las respuestas limitadas y defensivas de nosotras, los y las oprimidas. A los ojos del cinismo y la hipocresía infinitas de los opresores, la “violencia” siempre es la de los otros: la de las explotadas, las miserables, los pobres, las trabajadoras, en una palabra la de las y los oprimidos. Y por supuesto, utilizar la violencia para defender “la paz, la convivencia y el estado de derecho” es legítimo: todo tipo de policías, ejércitos, seguridad privada, detenciones, multas, palizas, violaciones, cárceles, torturas, guerras…

Por lo tanto, es evidente que los y las oprimidas, si queremos conseguir la victoria en el camino de nuestra liberación, y no utilizamos la respuesta violenta de autodefensa, podremos ver en cualquier tiempo y lugar “muchas masacres y pocas revoluciones”, como decía tan adecuadamente Argala.

He aquí la amarga verdad, que la experiencia histórica ha probado y verificado una y otra vez, y que la Teoría Revolucionaria nos ha enseñado profundamente.

He aquí por qué la clases dominantes no pueden de ninguna manera aceptar y tolerar que esta simples verdades de las oprimidas y oprimidos se digan públicamente y en voz alta. En su opinión, son “apología del terrorismo”. Ellos son los verdaderos terroristas, desde que comenzaron el patriarcado y las sociedades de clases. Ellos son los que han extendido el miedo, el pánico, el estupor y el terror durante miles de años hasta ahora mismo. Ellos han creado una cultura que es radical y totalmente pura apología del terrorismo.

El Pueblo Trabajador Vasco no es una excepción de esta ley histórica. Al contrario. Hemos conocido la violencia casi desde siempre, desde que surgieron entre nosotras y nosotros el patriarcado y la sociedad de clases. Entonces eran luchas de clases entre euskaldunes. Más tarde, en la medida en que la conquista progresiva de los estados imperialistas llamados Francia y España avanzó, tuvimos que sumar la opresión nacional y el etnocidio a la larga lista de violencias cometidas contra nosotras. Y la violencia que siglo tras siglo soporta el Pueblo Trabajador Vasco es cada vez mayor.

La República Francesa y el Reino de España son estados capitalistas, imperialistas y terroristas. Quieren tener el monopolio absoluto de la violencia legítima, y hasta la más mínima expresión de autodefensa del Pueblo Trabajador Vasco lo consideran terrorismo. Los ejemplos abundan en todos los sitios y en todas las épocas.

Por eso es tan importante para nosotros y nosotras, trabajadoras vascas, celebrar el Gudari Eguna. Por eso es tan importante para nuestros enemigos nacionales y de clase criminalizar el Gudari Eguna. Es la sokatira de la lucha de clases.

El Franquismo era la dictadura fascista, asesina y terrorista de la oligarquía españolista. Sublevarse contra ella era legítimo, y una obligación política y moral. Los y las gudaris hicieron eso con las armas en la mano. Agur eta ohore! Gloria y honor!

El régimen opresor heredero del Franquismo, la Monarquía borbónica del Neofranquismo, la que se basa en la Constitución de 1978, es la dictadura asesina y terrorista de la misma oligarquía españolista, con careta “democrática” y parlamentaria. Desde el principio hasta hoy en día. Euskal Herria es un Pueblo que vive bajo una ocupación militar masiva. Nos da igual que el discurso para legitimar esta violencia opresora terrible sea el nacional-catolicismo fascista o el nacional-democraticismo monárquico españolista. El resultado es siempre el mismo: la legitimación total del imperialismo españolista, patriarcal y capitalista y la deslegitimación de la lucha para liberar al Pueblo Trabajador Vasco.

Y nosotras, contra nuestros enemigos nacionales y de clase, tenemos que hacer justo lo contrario: legitimar la lucha de liberación del Pueblo Trabajador Vasco, y deslegitimar la violencia opresora del Estado español. Tenemos que luchar duramente en la sokatira de la lucha de clases, hasta liberar Euskal Herria, hasta conseguir la Independencia, el Socialismo, el Feminismo, la Reunificación y la Reeuskaldunización. Y en ese camino, defender, homenajear y aplaudir a los y las gudaris de ayer, de hoy y de mañana. Porque su lucha es totalmente legítima. Sin ninguna duda. Alto y claro. Sin ningún pelo en la lengua.

A la luz de estas reflexiones se puede entender mejor lo que sucede en Euskal Herria todo los días en los últimos años. Desde que el 14 de noviembre de 2009 los reformista y oportunistas aceptaron los principios del senador imperialista yanki Mitchell, la violencia opresora de Francia y España ha ganado cada vez más legitimidad y la autodefensa armada para liberar Euskal Herria ha desaparecido, totalmente deslegitimada. 

Las revolucionarias y revolucionarios vascos no podemos de ninguna manera aceptar esta vil traición. Por eso denunciamos una y otra vez la rendición vergonzosa de la socialdemocracia autonomista vasca: las organizaciones EHBildu, Sortu, LAB y  Ernai.

Ha sido precisamente en Alsasua, con un profundo y duro simbolismo, donde se ha verificado una vez más, que somos un país ocupado militarmente, y que hacer frente aunque sea de la manera más mínima a las fuerzas de ocupación se paga muy caro. La constante violencia de los opresores es legítima, y sin embargo, la respuesta de las oprimidas y oprimidos es “terrorismo”. Lógico. La Guarda Civil y los gendarmes campan a sus anchas por toda Euskal Herria, dueños y señores, y mientras tanto, nuestra gente está en la cárcel. Porque en una sociedad inmersa en la lucha de clases, todo se ve invertido, como consecuencia de la alienación. El verdadero terrorismo es el de los ocupantes. Y las respuestas de las oprimidas y los oprimidos, sean cuales sean éstas, son totalmente legítimas. ¡Esa es nuestra verdad!

¿Más ejemplos? Los que en Orereta/Rentería nos ha dado el pseudohumanismo putrefacto de la socialdemocracia autonomista vasca: criminalizar y marginar a los gudaris que dieron la vida por liberar al Pueblo Trabajador Vasco, y legitimar y homenajear a nuestros enemigos armados. Todo en nombre de la “reconciliación”, la “convivencia”, la “democracia” y los “derechos humanos”.

En este Gudari Eguna de 2018, además de homenajear a los gudaris Angel Otaegi y Jon Paredes “Txiki”, que fueron fusilados el 27 de septiembre de 1975 en Burgos y Barcelona respectivamente, y a los guerrilleros antifascistas que asesinaron en mismo día en Madrid, Baena, Sánchez Bravo y García Sanz, también damos un sentido homenaje a todos y todas las gudaris que han dado su vida para liberar al Pueblo Trabajador Vasco, y lo hacemos de pie y firmemente, orgullosos y con la cabeza bien alta, porque su lucha fue legítima, lo ha sido, lo es y lo será.

Más aún, el Gudari Eguna de este año debe servir también para recordar a los cientos de gudaris, mujeres y hombres, que están presos en la cárceles de Francia y España, y para exigir para ellas y ellos la Amnistia Total y sin condiciones.

HERRITAR BATASUNA celebrará  el Gudari Eguna de este año el 27 de septiembre, en Elgoibar, a las siete y media de la tarde en el parque Maala. Al mismo tiempo, apoyamos todas las movilizaciones que se convoquen para ese día, y llamamos a las trabajadoras y trabajadores vascos a acudir a ellas.

GORA ATZOKO, GAURKO ETA BIHARKO BORROKA!

GORA EUSKAL IRAULTZA!

INDEPENDENTZIA ETA SOZIALISMOA!