En esa carta, Dani, militante revolucionario vasco al que el neofranquista, neofascista y criminal Reino de España mantiene secuestrado en la cárcel de exterminio de Puerto III, hace una crítica de las posiciones políticas expresadas por la Asamblea Nacional de HERRITAR BATASUNA en su comunicado de julio.
CONTRA EL ESPAÑOLISMO :
¡REVOLUCION SOCIALISTA VASCA!
RESPUESTA DE HERRITAR BATASUNA
A LAS CRÍTICAS DEL PRESO POLÍTICO VASCO DANI PASTOR
El pasado 3 de octubre, sábado, la hoja web “PRES.O.S. Comités por un Socorro Rojo Internacional” publicó una carta del preso político vasco y militante de E.T.A. , Dani Pastor Alonso, escrita el 20 de septiembre de este año. Para los que todavía no han podido leer este texto, les facilitamos aquí dos enlaces, con el fin de que puedan acceder a él en su integridad:
https://eh.lahaine.org/carta-de-dani-pastor-preso
En esa carta, Dani, militante revolucionario vasco al que el neofranquista, neofascista y criminal Reino de España mantiene secuestrado en la cárcel de exterminio de Puerto III, hace una crítica de las posiciones políticas expresadas por la Asamblea Nacional de HERRITAR BATASUNA en su comunicado de julio.
Como esta crítica ha sido pública, nuestra respuesta también lo será así, y en la misma lengua utilizada por Dani. Siendo totalmente conscientes de la durísima situación personal en que se encuentra este militante revolucionario vasco, haremos todo lo posible para que tanto esta respuesta como el resto de la documentación necesaria para profundizar en este debate le llegue lo más pronto posible. Ya que se trata de una discusión política estratégica clave, nuestra respuesta será bastante larga.
Lo primero de todo, Dani, recibe un fuerte abrazo solidario de parte de toda la militancia de HERRITAR BATASUNA que esperemos te llegue cuanto antes.
El hecho de que nuestras posiciones políticas estén hoy en día tan alejadas no es un obstáculo para que te mandemos nuestro más caluroso saludo independentista y socialista revolucionario vasco. Caluroso, no con tus actuales opciones tácticas y estratégicas, sino con tu lucha por la Independencia y el Socialismo, la Reunificación y la Reeuskaldunización de Euskal Herria en el seno de E.T.A. durante años.
Y por supuesto, somos solidarios incondicionalmente con tu identidad y carácter de preso político vasco, solidaridad que evidentemente extendemos a todos los otros presos políticos secuestrados por el Estado Español, independientemente de que estemos de acuerdo o no con sus posiciones políticas, las organizaciones en que militan o la práctica revolucionaria concreta que hayan llevado.
Es la misma solidaridad incondicional que tú has mostrado para con Iñaki Bilbao, TXIKITO, que, como sabes mucho mejor que nosotros, hoy ha entrado en su 37 día de huelga de hambre por la INDEPENDENCIA y el SOCIALISMO para Euskal Herria. La identificación total con esta lucha heroica que lleva adelante TXIKITO es lo que va a marcar el tono de esta respuesta para ti, Dani.
Exigimos la AMNISTÍA, total y sin condiciones, para todas y todos los presos políticos encarcelados por el Reino de España. Y por ella luchamos en la medida de nuestras fuerzas, que desgraciadamente, actualmente no son suficientes para arrancar esa conquista a la genocida oligarquía españolista que detenta el poder en el Estado Español desde hace siglos, y muy especialmente desde 1939, año de la victoria del fascismo nacional-católico, y de 1978, año de la consolidación de la II Restauración Monárquica, diseñada por el imperialismo yanki-sionista y el criminal dictador Francisco Franco, y llevada a cabo fundamentalmente por el PSOE y el PCE.
Pasamos ahora a contestar a tus críticas punto por punto, Dani.
Rueda de prensa de Batasuna Borrokan llamando a la manifestación del 25 de Julio
DOS MANIFESTACIONES Y TRES ESTRATEGIAS MUY DIFERENTES
Lo primero que mencionas es el shock que te causó nuestro comunicado, en el que explicábamos por qué no íbamos a acudir, ni a la manifestación de la organización JARKI del 18 de julio en Gasteiz, ni a la del colectivo BATASUNA BORROKAN del 25 de julio en Bilbo. Fechas ambas, curiosamente, de una enorme carga simbólica en el imaginario nacionalista español. No olvides nunca, Dani, que nosotros establecemos una conexión estratégica muy clara entre las dos manifestaciones, por cuanto responden a dos corrientes políticas que son aparentemente antagónicas, pero que en el fondo son tristemente complementarias.
Para decirlo con palabras de ARGALA, militante revolucionario de E.T.A. cuyo pensamiento, de ello estamos totalmente seguros, no te es desconocido:
“Hoy, frente a la doble solución - pequeño burguesa vasca o socialista española - que se le presentaba al Pueblo Vasco en el primer tercio de siglo, un sector de la clase trabajadora está en condiciones de ofrecer una tercera vía: la revolución socialista vasca”
Según el análisis que hacemos nosotros, en HERRITAR BATASUNA, es evidente que la vergonzosa liquidación y humillante rendición del conjunto del M.L.N.V. y muy especialmente de la Organización Socialista Revolucionaria de Liberación Nacional, E.T.A., realizada por una fracción de la pequeña burguesía vasca, con la complicidad de sectores de la aristrocracia obrera de nuestro País, es la causa de que se vuelvan a repetir fenómenos que pensábamos que estaban ya olvidados y superados, como son, por un lado, el intento por parte de otra fracción de la pequeña burguesía y la aristocracia obrera vascas, aparentemente más radicalizadas y combativas, una de cuyas expresiones es la organización JARKI, y, por otro lado, la pretensión de algunos sectores españolistas de la clase obrera vasca, liderados por ese Partido Comunista reconstituido que tú mismo citas más adelante, de volver a obligar al Pueblo Trabajador Vasco a elegir entre el nacionalismo vasco pequeño burgués, oportunista y reformista, o el comunismo centrista revisionista españolista.
Esta falsa y tramposa alternativa, que ha existido en Euskal Herria desde el final del siglo XIX, con el surgimiento tanto del PNV como del PSOE, y sus diferentes y posteriores versiones más radicalizadas, tanto del nacionalismo burgués vasco como del socialismo obrero españolista, fue derrotada tanto teórica como prácticamente por E.T.A. en los años 60 y 70 del siglo pasado, muy especialmente en la V. y VI. Asambleas de la Organización Socialista Revolucionaria de Liberación Nacional, Euskadi Ta Askatasuna.
En esta victoria del Pueblo Trabajador Vasco y su vanguardia se destacaron militantes revolucionarios cuyo pensamiento, en nuestra opinión, tú debes conocer bastante bien, Dani: los hermanos Joxe Antonio y Txabi Etxebarrieta, Eustakio Mendizabal, TXIKIA, y Joxe Migel Beñaran Ordeñana, ARGALA, entre otros muchos, menos conocidos pero no por eso menos importantes y decisivos.
Es totalmente lógico y coherente que, ante la planificada destrucción y radical desmantelamiento del Movimiento de Liberación Nacional Vasco, M.L.N.V. por parte de los diferentes servicios secretos de la O.T.A.N., los mismos que participaron en el asesinato de ARGALA en Angelu el 21 de diciembre de 1978, y de sus colaboradores cipayos traidores vascos, la camarilla de liquidacionistas y politiquillos profesionales de EHBildu y el partido SORTU, liderados por el ex-militante pm Arnaldo Otegi Mondragón, vuelva a aparecer la vieja alternativa tramposa y venenosa que bloqueó la lucha de Liberación Nacional del Pueblo Trabajador Vasco durante décadas : o nacionalismo pequeño burgués vasco, o comunismo españolista.
Esa es la razón por la que la Asamblea Nacional de HERRITAR BATASUNA decidió redactar el comunicado que te produjo el shock que mencionas en la carta en que criticas nuestras posiciones.
Posiciones que no son otras que las de la V. y VI. Asambleas de E.T.A. , y muy especialmente las de Joxe Migel Beñaran Ordeñana, ARGALA, Eustakio Mendizabal Benito, TXIKIA, Joxe Antonio y Txabi Etxebarrieta Ortiz, y otro militante independentista y socialista revolucionario vasco injustamente olvidado, y al mismo tiempo muy hábilmente marginado y ninguneado, Jon Paredes Manot, TXIKI.
Por si no recuerdas su última carta antes de ser fusilado en Barcelona, y como seguramente no te ha llegado hasta la cárcel el comunicado de HERRITAR BATASUNA del Gudari Eguna de este año, la citamos aquí:
Al Pueblo Vasco:
Una vez más el fascismo de Franco va a derramar la sangre del Pueblo Vasco.
Probablemente cuando llegue este comunicado al pueblo, yo ya habré caído bajo el pelotón de ejecución.
Mi intención al escribir este comunicado es poner una vez más de relieve la represión que sufre el Pueblo Vasco y todos los pueblos de España.
No debemos olvidar nuestro objetivo: la creación de un Estado Socialista Vasco, objetivo por el cual han caído y han dado la vida muchos militantes revolucionarios, entre ellos los últimos caídos en el Estado español, Kepa, Nicia, Montxo, Andoni, y no serán los últimos.
Sois vosotros, la Clase Trabajadora y el Pueblo en general, quienes lleven a cabo la lucha hasta derrocar al régimen franquista; entonces se habrá cumplido nuestro objetivo y podréis construir una sociedad nueva, sin clases, donde no exista la explotación del hombre por el hombre.
Hoy me van a asesinar a mí por el simple hecho de luchar por mi pueblo.
Eso para el régimen de Franco es un crimen, no es un crimen asesinar a los militantes de ETA antes de cogerlos, tampoco es un crimen matar a la gente en manifestaciones, controles, etc.
Hoy somos nosotros los que estamos en el banquillo, pero mañana estarán ellos, o sea, Franco y toda su camarilla y seréis vosotros quienes nos hagáis justicia: no lo olvidéis, puesto que mis compañeros y yo ya no podremos. Confiamos en vosotros.
Por último, quiero hacer saber a mis compañeros de organización y a nuestro Pueblo que mientras he estado libre he cumplido como militante y como hijo del Pueblo y puesto que no he caído asesinado "legalmente" como mis compañeros, he pedido como última y única petición que sea fusilado ante un pelotón de fusilamiento como un gudari más, recordando a todos los que han muerto por Euskadi, llevando en la mente nuestra Ikurriña, puesto que voy a morir lejos de ella...
Os toca a vosotros hacer justicia.
Mañana, cuando yo muera, no me vengáis a llorar. Nunca estaré bajo tierra, soy viento de libertad.
¡VIVA LA SOLIDARIDAD DE LOS PUEBLOS !
GORA EUSKADI ASKATUTA !
ABERRIA ALA HIL, EUSKADI ZUTIK !
Jon Paredes Manot "Txiki"
Para desgracia de los que quieren hacer del militante de E.T.A. (pm), Jon Paredes Manot, un mero luchador antifranquista, TXIKI deja claro en su última carta antes de ser fusilado las posiciones políticas de la V y VI Asambleas de E.T.A. : Estado Socialista Vasco, independiente, reunificado y euskaldun, y objetivo final de una sociedad sin clases, es decir, el Comunismo, ya que el Socialismo no es más que la etapa de transición revolucionaria al Modo de Producción Comunista, único capaz de sustituir al Modo de Producción Capitalista y asegurar la supervivencia de la Humanidad en el planeta Tierra.
¿Socialismo o barbarie? ¡Comunismo o extinción!
Seguimos con tu crítica, Dani.
SOBRE EL MARXISMO - LENINISMO
Una de las numerosas cuestiones que nuestro comunicado te plantea es el tema del marxismo-leninismo. No es ningún secreto que HERRITAR BATASUNA es una Unidad Popular para la Revolución Socialista Vasca, que tiene como objetivo estratégico una Euskal Herria sin clases sociales, ni estado, ni patriarcado.
Por lo tanto, HERRITAR BATASUNA no es un Partido Comunista, ni se define como exclusivamente marxista-leninista. Lo que no excluye para nada, antes al contrario, el estudio sistemático de la Teoría Revolucionaria Comunista Científica.
En su seno luchamos, codo con codo, comunistas marxistas-leninistas, comunistas libertarios, comunistas creyentes de la Teología de la Liberación, comunistas feministas proletarias, anarcocomunistas, socialistas revolucionarios, abertzales independentistas revolucionarios y un largo abanico de opciones y corrientes teóricas e ideológicas unidas por la PRAXIS, la práctica teorizada y la teoría practicada a favor de la Revolución Socialista Vasca, en una primera fase táctica, y de la Euskal Herria sin clases, estado ni patriarcado, en una posterior fase estratégica. Las síntesis teóricas se construyen en y para la lucha revolucionaria.
Hay pluralidad teórica en nuestro seno, Dani. Diferentes sensibilidades.
En tu escrito nos dices:
“Herritar Batasuna, si no me equivoco, surgió con la intención de ocupar el espacio revolucionario abandonado por la escisión protagonizada por los Otegi de las diversas organizaciones del MLNV, así como toda la pléyade de burócratas pequeño burgueses y chovinistas que les acompañan. Con esta victoria momentánea del oportunismo culturalista, el nexo de unión entre la lucha de clases, el socialismo, y la lucha de liberación nacional, quedó roto.”
Si bien caracterizas acertadamente a Otegi y sus secuaces, te equivocas en dos puntos cruciales.
En primer lugar, HERRITAR BATASUNA no surgió para ocupar ningún “espacio político”, ni reformista, ni revolucionario. De eso ya se están encargando los diferentes grupos oportunistas que están surgiendo para ello: JARKI, ERAIKI, JARDUN, HAUSPOA o la mismísma histórica e ilegalizada EAE-ANV.
Esa manera de analizar la lucha de clases, en base a “espacios políticos” es profundamente electoralista y posibilista, estática y nada dialéctica. HERRITAR BATASUNA no compite por “ocupar” ningún espacio político del sistema burgués y capitalista. HERRITAR BATASUNA lucha y luchará por dinamizar, realizar y llevar adelante la Revolución Socialista Vasca, protagonizada por el Pueblo Trabajador Vasco, principal y hegemónicamente por la Clase Obrera Vasca, y dirigida por el Proletariado Revolucionario Vasco, como fase de transición hacia la Euskal Herria sin clases, sin estado y sin patriarcado. Hacia la sociedad comunista mundial.
Esto puede parecer un juego de palabras sin importancia, pero tiene su contenido profundo, teórico y práctico. La ideología de los “espacios políticos” es propia de la sociología burguesa, no de la Teoría Revolucionaria.
En segundo lugar, no estamos de acuerdo con la definición que haces de la socialdemocracia autonomista vasca como “oportunismo culturalista”. Nuestro posicionamiento político frente a la manifestación españolista del 25 de Julio se hizo desde el independentismo revolucionario.
Esto es, la corriente política o, mas bien, en la actualidad, el conjunto de ellas que, con unos u otros matices, de manera mas o menos crítica, considera la V Asamblea de ETA su punto de partida, su acta fundacional. Y de acuerdo con la cual, por un lado, la independencia de Euskal Herria sólo se puede conseguir mediante una Revolución, que dadas las características de Euskal Herria en tanto que formación social del centro del Sistema Capitalista Imperialista Mundial, solo puede ser una Revolución Socialista. Cuyo sujeto es el Pueblo Trabajador Vasco, bloque histórico que tiene por clase dirigente al Proletariado Vasco. Por otro, la Revolución Socialista tomará en Euskal Herria la forma de lucha por la independencia. La destrucción del estado burgués y la construcción del Estado Socialista, tomara la forma de expulsión del poder extranjero y de construcción de un nuevo estado independiente, en este caso socialista, un Estado-comuna-batzarre.
Por otro lado, la Teoría de la Revolución Socialista Vasca formulada por la V Asamblea se contrapone a dos reformismos simétricos: nacional y social. Diferentes pero inseparables porque uno lleva al otro. El reformismo social que da prioridad a la lucha nacional al grito de "gerokoak geroko utzi!" (¡dejad lo secundario para más tarde!) se acaba convirtiendo en autonomismo y de la misma manera la desactivación de la lucha de liberación nacional por la independencia de Euskal Herria, "para no dividir a la clase obrera" termina en la socialdemocracia. Lo que constituye una predicción contrastable de la teoría y, por cierto, ampliamente confirmada por la experiencia histórica de los últimos 60 años. Sin que el proceso de liquidación del M.L.N.V. sea una excepción, antes al contrario, lo confirma trágica y plenamente. Hasta niveles hoy en día ridículos y bochornosos. Véase, EHBildu.
Por lo que, Dani, cometes un error muy significativo cuando caracterizas este proceso como "victoria momentánea del oportunismo culturalista". Esto es, victoria de los que subordinan la lucha de clases a la lucha nacional. Pero esto es falso, la hemeroteca nos muestra claramente que el reformismo nacional de los liquidacionistas no es menor que el social. De hecho, se han ido progresivamente haciéndo satélites tanto del PNV como del PSOE. Fenómeno que es totalmente lógico y coherente con su nueva línea política, reformista en lo nacional – autonomista - y reformista en lo social –socialdemócrata- .
Alarde Antifascista 12 de Octubre 2020
El oportunismo es un fenómeno global que abarca todos los aspectos de la lucha de clases. Lo que nos indica que la renuncia a luchar por la independencia de Euskal Herria ( y también de los Països Catalans, de Canarias, Andalucía y Galiza, como mínimo ), y el intento de mantener la unidad de España bajo la forma de una hipotética República Popular Española y su bandera tricolor republicana con la estrella roja está llamado a arrastrar a los que defienden esta estrategia al reformismo y al oportunismo tarde o temprano. Al tiempo. Ya lo hemos visto antes...
Vayamos a otro punto de tu crítica.
Citas a LENIN, lo cual nos va a permitir entrar en el meollo de nuesto debate.
LENIN Y LA CUESTIÓN NACIONAL
Es bien sabido que los revisionistas en general y muy especialmente los centristas que se autodenominan “marxistas-leninistas” utilizan las citas de LENIN a troche y moche, lo mismo para un roto que para un descosido. Históricamente han hecho lo mismo con Marx, Engels, Rosa Luxemburg, Stalin, Mao, Enver Hoxha, Kim Il Sung, Ho Chi Minh, Gramsci, Fidel, el CHE y todo el mundo.
Entra dentro de la lógica de la progresiva ideologización escolástica de la Teoría Revolucionaria, fenómeno que ha afectado a todos los movimientos sociales de los oprimidos a lo largo de la Historia y que es consecuencia inexorable de la lucha de clases en el seno de los movimientos revolucionarios, y más en concreto de la lucha incesante entre teoría e ideología. Ciencia y falsa conciencia, alienación.
Esta no es más que la lucha en el campo de la Teoría Revolucionaria Comunista Científica entre el Proletariado y la Burguesía, que, como hemos comprobado durante el siglo XX, sabe esconderse donde menos la esperan.
En el seno de los aparatos del Estado Socialista, por ejemplo, paralizando progresivamente la transición al Modo de Producción Comunista, aferrándose a todos los privilegios del Poder, reconstruyendo paso a paso una élite que se haga propietaria de facto de los medios de producción colectivos, abandonando el estudio de la dialéctica materialista y de su aplicación consecuente, crítica, radical y revolucionaria a la etapa de transición socialista, con su enorme agudización de la lucha de clases, y al final, como hemos visto tanto en la U.R.S.S. como en China y en el resto de estados socialistas o de democracia popular, volviendo al Capitalismo con formas más o menos liberales o estatales, dependiendo de la evolución concreta de las luchas de clases en cada formación social específica y de la resistencia al Imperialismo.
El Socialismo es un abanico de realidades que se extienden entre los dos modos de producción posibles hoy en día: el capitalista y el comunista. De ahí que si no se avanza hacia el Comunismo, tarde o temprano el proceso de transición socialista se estanca, para más tarde comenzar lentamente a retroceder hacia el Capitalismo, en una degeneración inexorable que puede durar muchas décadas.
La mayoría de nosotros hemos estado presos como tú, Danitxu, y sabemos por experiencia lo difícil que es en la cárcel tener acceso a los textos esenciales de los grandes revolucionarios. Más aún cuando la Teoría Revolucionaria Comunista lleva siendo atacada por la burguesía desde su nacimiento, en 1848, y sobre todo infiltrada por el revisionismo pequeño burgués desde los artículos de Eduard Bernstein en la revista Neue Zeit, en 1896, y la publicación en 1899 de su libro “Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia”, donde exponía sus tesis evolucionistas, reformistas, posibilistas y profundamente oportunistas.
Pero el revisionismo no se acabó con el renegado Karl Kautsky, ni con Nikita Jruschov, como algunos creen. Ya en vida de LENIN había gente más leninista que él, como en la época de Marx hubo algunos, como Plekhanov, Axelrod y Vera Zassulitch “fundadores” del “marxismo ruso” que se consideraron más marxistas que el filósofo de Tréveris y lo censuraron. Este asunto está ampliamente documentado.
Para el crucial tema de los primeros marxistas censurando y ocultando textos claves de Karl Marx, y sobre la actitud del fundador de la Teoría Científica Revolucionaria Comunista para con el “marxismo” y los “marxistas”, hay un libro muy interesante que intentaremos hacerte llegar, Dani:
Pero vayamos a LENIN y la cuestión nacional, tema central en este debate estratégico. Una de las claves del progresivo proceso de ideologización, esclerotización, fosilización y escolasticismo que sufrió la Teoría Revolucionaria Comunista Científica durante el siglo XX fue la incomprensión y abandono del método materialista dialéctico de Karl Marx.
Para decirlo con palabras de Henryk Grossmann, teórico y científico comunista revolucionario de talla excepcional :
“El presente trabajo forma parte de una obra más extensa sobre la tendencia del desarrollo del capitalismo según la teoría marxiana; la misma, que aparecerá próximamente, recoge y desarrolla las clases impartidas en el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Frankfurt durante los años 1927 – 1928.
El resultado al que arribé a través de mis estudios es doble. En primer lugar, por primera vez se reconstruye el método que sirve de fundamento a “El capital” de Marx; en segundo lugar, a partir de la base así lograda, se esclarecen dominios importantes del sistema teórico de Marx desde ángulos esencialmente nuevos.
Una de las conquistas obtenidas consiste en la comprensión de la teoría del derrumbe, que aquí se expone y que conforma la columna central en la que se apoya toda la concepción marxiana de la economía.
Si bien la teoría del derrumbe se ha erigido, a partir de la primera década de este siglo, en el punto nodal de violentas polémicas teóricas, hasta ahora nunca se había intentado reconstruirla, incorporándola nuevamente a la teoría marxiana considerada en su conjunto.
Está claro que resultaría una tarea ímproba si se redujera a engrosar el dogma marxista, contribuyendo así a confirmar la expresión de G. Briefs según la cual el marxismo se ha convertido en una cuestión de interpretación.
En rigor, el estado aún insatisfactorio de la investigación sobre Marx y su teoría, debe ser atribuido al hecho de que hasta el presente no sólo ni se alcanzó una comprensión clara del método de investigación utilizado por Marx sino que – por extraño que ello parezca – ni siquiera se ha reflexionado seriamente sobre el mismo.
En realidad, todo consistía en aferrarse a los resultados logrados por dicha teoría: éstos se transformaron en el punto en el que se centró el interés y alrededor del cual giró tanto la crítica como la defensa del marxismo.
Pero en el trayecto el método se perdió. Se olvidó de este modo la regla fundamental de toda investigación científica, que afirma que todo resultado – por interesante que sea – carece de valor si se desconoce el camino por medio del cual fue obtenido.
Sólo así, escindido del curso seguido para su elaboración, pudo transformarse – con los cambios propios de cada época – en objeto de cambiantes esfuerzos interpretativos.”
Dani, intentaremos hacerte llegar una copia de este libro fundamental para la comprensión de la Teoría Revolucionaria Comunista Científica de Karl Marx: “La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista”.
Como ya te habrás dado cuenta, Henryk Grossmann diferencia claramente entre marxismo y teoría marxiana. Este matiz no es un mero capricho, sino el fruto de largos años de estudio que llevaron a este militante comunista revolucionario judío de origen polaco, nacido en Cracovia bajo el yugo del Imperio Austro-Húngaro en 1881, a la conclusión de que las concepciones de Marx eran una teoría científica, y el marxismo, una ideología. Y que la clave era recuperar el método materialista dialéctico, cosa que en su día hizo brillantemente LENIN. Y con esto volvemos a nuestro punto de partida.
UNA CUESTIÓN DE MÉTODO
Como estamos hablando del método materialista dialéctico, que es el corazón de la Teoría Revolucionaria Comunista Científica, y de cómo el hecho de que LENIN recuperara, estudiara, asimilara y aplicara creativamente este método le permitió reconstruir la praxis comunista revolucionaria y liderar la Revolución Socialista de octubre de 1917, citemos ahora a Marx, el creador del este método, en su célebre pero profundamente incomprendido “Epílogo a la segunda edición de Das Kapital” del 24 de enero de 1873, dos años después de la Comuna de París, de la que luego hablaremos con más detalle, pues la citas en tu crítica.
Tras citar un excelente artículo dedicado al método de “Das Kapital” del economista ruso y profesor de la Universidad de San Petersburgo, Ilarión Ignatievich Kauffman, que a su vez menciona en su escrito un pasaje del prólogo de propio Karl Marx a la “Crítica de la economía política”, publicada en Berlín en 1859, en el que expone la base materialista de su método, el creador de la Teoría Revolucionaria Comunista Científica nos dice:
“Al caracterizar lo que él llama mi verdadero método de una manera tan certera y tan benévola en lo que atañe a mi empleo personal del mismo, ¿qué hace el articulista, sino describir el método dialéctico?
Ciertamente, el método de exposición debe distinguirse, en lo formal, del método de investigación. La investigación debe apropiarse pormenorizadamente de su objeto, analizar sus distintas formas de desarrollo y rastrear su nexo interno. Tan solo después de consumada esta labor, puede exponerse adecuadamente el movimiento real.
Si esto se logra y se llega a reflejar idealmente la vida de ese objeto, es posible que al observador le parezca estar ante una construcción apriorística.
Mi método dialéctico no sólo difiere del de Hegel, en cuanto a sus fundamentos, sino que es su antítesis directa. Para Hegel el proceso del pensar, al que convierte incluso, bajo el nombre de idea, en un sujeto autónomo, es el demiurgo de lo real, lo real no es más que su manifestación externa. Para mí, a la inversa, lo ideal no es sino lo material traspuesto y traducido en la mente humana.
Hace casi treinta años sometí a crítica el aspecto mistificador de la dialéctica hegeliana, en tiempos en que todavía estaba de moda.
Pero precisamente cuando trabajaba en la preparación del primer tomo de “El capital”, los irascibles, presuntuosos y medioces epígonos que llevan hoy la voz cantante en la Alemania culta dieron en tratar a Hegel como el bueno de Moses Mendelssohn trataba a Spinoza en tiempos de Lesssing: como a un “perro muerto”.
Me declaré abiertamente, pues, discípulo de aquel gran pensador, y llegué incluso a coquetear aquí y allá, en el capítulo dedicado a la teoría del valor, con el modo de expresión que le es peculiar.
La mistificación que sufre la dialéctica en manos de Hegel en modo alguno obsta para que haya sido él quien, por vez primera, expuso de manera amplia y consciente las formas generales del movimiento de aquélla.
En él la dialéctica está puesta al revés. Es necesario volverla, para descubrir así el núcleo racional que se oculta bajo la envoltura mística.
En su forma mistificada, la dialéctica estuvo en boga en Alemania, porque parecía glorificar lo existente. En su figura racional, es escándalo y abominación para la burguesía y sus portavoces doctrinarios, porque en la intelección positiva de lo existente incluye también, al propio tiempo, la inteligencia de su negación, de su necesaria ruina; porque concibe toda forma desarrollada en el fluir de su movimiento, y por tanto sin perder de vista su lado perecedero; porque nada la hace retroceder y es, por esencia, crítica y revolucionaria.
El movimiento contradictorio de la sociedad capitalista se le revela al burgués práctico, de la manera más contundente durante las vicisitudes del ciclo periódico que recorre la industria moderna y su punto culminante: la crisis general.
Esta crisis nuevamente se aproxima, aunque aún se halle en sus prolegómenos, y, por la universalidad de su escenario y la intensidad de sus efectos atiborrará de dialéctica hasta a los afortunados advenedizos del nuevo Sacro Imperio prusiano-germánico.”
Dani, si nos ha seguido en nuestro razonamiento hasta aquí, seguramente te estarás preguntando a qué vienen estas largas citas antes de hablar de LENIN, la cuestión nacional y el debate estratégico que nos traemos entre manos.
Es muy sencillo, queremos “atiborrar de dialéctica” a los desgraciados súbditos del nuevo Sacro Imperio Español, para que comprendan de una vez que España no es una nación, sino un proyecto imperial fracasado en su intento de constituirse como nación tras su derrota y decadencia entre los años 1640 y 1898.
Y para que entiendan que no basta con repetir y citar a LENIN, venga o no a cuento, sino de lo que se trata es de recuperar, estudiar, asimilar y aplicar creativamente el método materialista dialéctico de Karl Marx a nuestro marco nacional de lucha de clases, para hacer la Revolución Socialista en un primer momento, y construir el Modo de Producción Comunista en un segundo. La sociedad liberada, la asociación libre de productores, sin clases sociales, ni estado, ni patriarcado, donde el libre desarrollo de cada uno es condición para el de todos.
Como te hemos señalado antes, unas de las caracteríticas más notorias de todos los revisionistas, pero muy especialmente de los revisionistas centristas, que se suelen hacer llamar “marxistas-leninistas” es el hecho de utilizar profusamente citas de Marx, Engels, Lenin, Stalin y del que se tercie y haga falta, para ocultar precisamente su ignorancia del método materialista dialéctico y su incapacidad de ir más allá de las eruditas interpretaciones más o menos escolásticas y talmúdicas de los textos sagrados del marxismo, más allá de repetir con fervor una y otra vez lo mismo.
Alarde Antifascista del 12 de Octubre del 2020
Luego suelen presumir de ateísmo y laicismo, pero su manera de proceder es profundamente religiosa e ideológica, en el peor sentido de la palabra... Rozando la superstición y el pensamiento mágico. Lejos de la Teoría Científica y su método...
Todo se reduce a una exégesis e interpretación, mejor o peor fundamentada, de una panoplia de citas ad hoc de los análisis realizados en su tiempo por Marx, LENIN, o el que sea. Pero no se trata de aplicar el método materialista dialéctico a la dinámica real de la lucha de clases aquí y ahora, en nuestro marco específico para la Revolución Socialista y la transición al Modo de Producción Comunista.
Que en nuestro caso, creemos que estaremos de acuerdo, Danitxu, es Euskal Herria, y no España o Francia. O quizá al final no estemos para nada de acuerdo sobre este punto, como consecuencia de profundas diferencias teóricas y estratégicas, y ése es precisamente el problema y la razón de este debate.
EL ÚLTIMO COMBATE DE LENIN
Es por eso, ya que has citado a LENIN en tu crítica de nuestras posiciones políticas, que nos permitimos señalarte las últimas y muy desconocidas tesis y reflexiones de Vladimir Ilich Uliánov sobre el problema nacional, y más en concreto, sobre el espinoso asunto de la construcción de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, entre diciembre de 1922 y marzo de 1923.
Lo primero que queremos subrayar es algo que todos los españolistas olvidan siempre, pero que es evidente: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas era una unión de repúblicas de diferentes naciones. Obvio. Pero hay que decirlo y recordarlo.
No era una sola y única República Socialista, eran casi una docena. Y la mayoría no eran rusas. Es por ello que la U.R.S.S. nunca se llamó República Socialista Confederal Rusa, ni República Socialista Federal Rusa, ni nada ruso por el estilo. La identidad rusa no fue el eje de la denominación de la U.R.S.S.
La palabra “rusa” desapareció del nombre de la URSS justamente por que no era Rusia, sino una unión de varias naciones socialistas, libres, soberanas e iguales, y no subordinadas a la antigua nación imperial y central, opresora y centralista. En teoría, por lo menos, y en el pensamiento y las intenciones de LENIN también.
Luego pasó lo que pasó, y el problema nacional en la URSS se enquistó, se pudrió y terminó por estallar en los años 90 del pasado siglo, fundamentalmente por no haberse aplicado con firmeza los principios y recomendaciones de LENIN sobre la cuestón nacional y el internacionalismo proletario entre Repúblicas Socialistas.
Aprendamos de la experiencia histórica, no repitamos textos de memoria.
El 30 de diciembre de 1922 LENIN comienza a escribir una serie de apuntes sobre el problema nacional en la URSS, que se titulan “Contribución al problema de las naciones o sobre la “autonomización”.
Había tenido un ataque cerebral el 16 de diciembre del mismo año, y perdido la movilidad del brazo y pierna derechos. Siendo consciente de que su estado de salud era muy grave, y presintiendo que podría pronto perder toda capacidad de trabajar, decidió dictar varios apuntes expresando en ellos ideas y consideraciones que estimaba más importantes.
Entre ellas se encuentra esta “Contribución”, así como la famosa “Carta al Congreso”, “Sobre la concesión de funciones legislativas al Gosplán”, “Páginas del diario”, “Sobre las cooperativas”, “Nuestra revolución (A propósito los apuntes de N, Sujánov)”, “Cómo tenemos que reorganizar la Inspección Obrera y Campesina” (Propuesta para el XII Congreso del Partido)” y “Más vale poco y bueno”, su último escrito teórico. Por lo menos del que tengamos constancia escrita.
LENIN a su vez también dictó a partir del 21 de diciembre de 1922 y hasta el 6 de marzo de 1923 cuatro cartas personales de profundo calado y contenido político: dos a Trostki, una a Stalin y la última, en solidaridad con los militantes del partido Comunista Bolchevique de Georgia, P. G. Mdivani, F. E. Majaradze, entre otros, acusados de nacionalismo y chovinismo por Ordzhonikidze, Dzerzhinski y Stalin.
Al final de esta sección de nuestra respuesta te copiaremos íntegramente la última carta de Vladimir Ilich Uliánov. No es muy conocida, por razones obvias. Le pasó lo mismo a Marx, y le volvió a pasar al CHE. Casualidades de la vida...
Esta carta, último texto que se conserva de LENIN antes de su fallecimiento, el 21 de enero de 1924, es de una importancia crucial para la comprensión de su pensamiento real al final de su vida. Y para la Teoría Revolucionaria en general.
Es una constante en la historia del Movimiento Comunista que las últimas reflexiones de los grandes líderes revolucionarios sean ignoradas, censuradas, tergiversadas, manipuladas, recortadas y ninguneadas por sus sucesores, siempre en nombre del “marxismo”, del “leninismo”, del “guevarismo” o cualquier otra ideología acabada en “ismo”, como “stalinismo” “maoísmo”, “luxemburguismo”, “hoxhismo”, “castrismo”, “bordiguismo”, etc...
En el caso de LENIN, Danitxu, es conocido que tras su muerte hubo cuatro leninismos que se disputaron su herencia y legitimidad teórica y práctica. Son los “leninismos” de Zinóviev, Bukharin, Trotski y Stalin, respectivamente. Todos se reclamaban del pensamiento de LENIN, a su manera. El debate terminó muy mal. En otro momento podemos profundizar en aquel conflicto a vida o muerte para decidir el rumbo de la Revolución Soviética. Nuestra posición te sorprenderá.
No podemos hacer aquí un balance del Gran Debate en el seno del Partido Comunista Bolchevique de la URSS, entre 1924 y 1926, por no alargar aún más esta respuesta a tus críticas. Quedamos a tu disposición si este tema te interesa y quieres profundizar en él. También tiene su importancia estratégica para hoy en día.
Pero vayamos a nuestro asunto, las últimas posiciones políticas LENIN sobre el problema nacional, recogidas en sus notas de los días 30 y 31 de diciembre de 1922. Los textos se encuentran en el tomo 45 de las Obras Completas de LENIN, páginas 372 a 378. Fueron editadas por la editorial Progreso del Instituto de Marxismo – Leninismo adjunto a Comité Central del Partido Comunista de La Unión Soviética en 1987. Las cartas que te hemos citado, Danitxu, están en el tomo 54, páginas 370 a 372. Como ya te hemos dicho varias veces, intentaremos hacerte llegar a la cárcel de Puerto III toda la documentación de la que disponemos, para que tú mismo puedas leerla y examinarla, y proseguir el debate
Habla LENIN:
“Me parece que he incurrido en una grave culpa ante los obreros de Rusia por no haber hablado con la suficiente energía y dureza del decantado problema de la autonomización, denominado oficialmente, creo, problema de la unión de las repúblicas socialistas soviéticas.
Este verano, cuando se planteó el problema, yo estaba enfermo, y luego, en el otoño, confié demasiado en mi restablecimiento y en que los Plenos de octubre y diciembre me brindarían la oportunidad de hablar de este problema.
Pero no pude asistir ni al Pleno de octubre (dedicado a este problema) ni al de diciembre, por lo que no he llegado a tratarlo casi en absoluto.
Me ha dado tiempo sólo de conversar con el camarada Dzerzhinski, que ha vuelto del Cáucaso y me ha contado cómo se plantea este problema en Georgia. También me ha dado tiempo de intercambiar unas palabras con el camarada Zinóviev y expresarle mis temores sobre el particular.
Por lo que me ha contado el camarada Dzerzhinski, que ha presidido la comisión enviada por el Comité Central para “investigar” lo relativo al incidente de Georgia, yo no podía tener más que los mayores temores.
Si las cosas tomaron tal cariz que Ordzhonikidze pudo perder los estribos y llegar a emplear la violencia física, como me ha hecho saber el camarada Dzerzhinski, podemos imaginarnos en qué barrizal hemos caído.
Al parecer, todo este jaleo de la “autonomización” era erróneo e intempestivo por completo.
Se dice que era necesario unir la administración. ¿De dónde han partido estos asertos? No será de esta misma administración rusa que, como indicaba ya en uno de los anteriores números de mi diario, hemos tomado del zarismo, habiéndonos limitado a ungirlo con el óleo soviético?
Es indudable que se debería demorar la aplicación de esta medida hasta que pudiéramos decir que respondemos de nuestra administración como de algo propio. Pero ahora, poniéndonos la mano en el pecho, debemos decir lo contrario, que denominamos nuestra una administración que, en realidad, aún no tiene nada que ver con nosotros y constituye un batiburrillo burgués y zarista que no ha habido posibilidad alguna de transformar en cinco años sin ayuda de otros países y en unos momentos en que predominaban la “ocupaciones” militares y la lucha contra el hambre.
En estas circunstancias es muy natural que la “libertad de abandonar la unión”, con que nosotros nos justificamos, sea un papel mojado, inservible para defender a los no rusos de la invasión del ruso genuino, del ruso chovinista, miserable en el fondo y dado a la violencia, como es el típico burócrata ruso.
No cabe duda de que el insignificante porcentaje de obreros soviéticos y sovietizados se hundiría en este mar de inmundicia chovinista rusa como las moscas en la leche.
En defensa de esta medida se dice que han sido segregados los comisariados del pueblo que tienen una relación directa con la sicología de las naciones, con la instrucción pública en las naciones.
Pero, a este respecto, se nos ocurre hacer la pregunta de si es posible independizar a estos comisariados y la de si hemos tomado medidas con la suficiente solicitud para proteger de veras a los no rusos contra el “derzhimorda” (nota de la Editorial Progreso y del Instituto de Marxismo – Leninismo adjunto al Comité Central del Partido Comunusta de la Unión Soviétiva, P.C.U.S.: nombre de un policía en la comedia del escritor ruso N. V. Gógol, “El inspector”. Pasó a ser proverbial para designar al opresor y vejador bruto e insolente) genuinamente ruso.
Creo que nos las hemos tomado, aunque pudimos y debimos hacerlo.
Me parece que en esto han tenido un efecto fatal la precipitación y las aficiones administrativas de Stalin, así como su enconamiento contra el decantado “socialnacionalismo”. Por lo común, el enconamiento desempeña siempre en política el peor papel.
Temo igualmente que el camarada Dzerzhinski, que ha ido al Cáucaso a investigar el caso de los “delitos” de esos “socialnacionalistas”, también se haya distinguido sólo por sus ánimos genuinamente rusos (se sabe que los pueblos alógenos rusificados se pasan siempre de la raya en cuanto a sus ánimos genuinamente rusos), y que la imparcialidad de toda su comisión esté suficientemente caracterizada por el “guantazo” de Ordzhonikidze.
Creo que ninguna provocación, ni siquiera ofensa alguna, puede justificar este guantazo ruso, y que el camarada Dzerzhinski tiene sin remedio la culpa de haber reaccionado con ligereza ante el bofetón.
Ordzhonikidze era una autoridad para todos los demás ciudadanos del Cáucaso. Ordzhonikidze no tenía derecho a dejarse llevar por la irritación a la que él y Dzerzhinski apelan.
Al contrario, Ordzhonikidze estaba obligado a comportarse con un comedimiento que no se puede pedir a un ciudadano corriente, con tanto mayor motivo si éste es acusado de un delito “político”. Y la realidad es que los socialnacionalistas eran ciudadanos acusados de un delito político, y todo el ambiente en que se hizo esta acusación sólo así podía calificarlo.
A este respecto cabe hacer ya una importante pregunta de principio: ¿cómo comprender el internacionalismo?
En mis trabajos sobre el problema nacional he escrito ya que el planteamiento abstracto del problema del nacionalismo en general no sirve para nada.
Es necesario distinguir entre el nacionalismo de una nación opresora y el nacionalismo de una nación oprimida, entre el nacionalismo de una nación grande y el nacionalismo de una nación pequeña.
Respecto al segundo nacionalismo, los integrantes de una nación grande tenemos casi siempre la culpa de cometer en el terreno práctico de la historia infinitos actos de violencia; e incluso más aún: cometemos sin darmos cuenta infinitos actos de violencia y ofensa.
Me basta con evocar el despectivo trato que se da en las regioens del Volga a los pueblos alógenos, la sola manera burlona de llamar “polaquetes” a los polacos, la sorna con que se llama siempre “príncipes” a los tártaros, “jojol” al ucraniano y “varón kapkásico” al georgiano y a los otros oriundos caucasianos.
Por eso, el internacionalismo de la nación opresora, o de la llamada nación “grande” (aunque sólo sea grande por sus violencias, grande como un esbirro), debe consistir no sólo en observar la igualdad formal de las naciones, sino también esa desigualdad que, por parte de la nación opresora, de la nación grande, compensa la desigualdad real que se da en la vida.
Quien no haya comprendido esto, no ha comprendido la actitud verdaderamente proletaria ante el problema nacional; sigue sosteniendo, en el fondo, el punto de vista pequeñoburgués, y por ello, no puede menos de pasar a cada instante al punto de vista burgués.
¿Qué tiene importancia para el proletario? Para el proletario tiene no sólo importancia, sino que es de una necesidad esencial gozar, en la lucha proletaria de clase, de la máxima confianza entre los puebos alógenos.
¿Qué hace falta para eso? Para eso hace falta algo más que la igualdad formal. Para eso hace falta compensar de una manera u otra, con su trato o con sus concesiones a las otras naciones, la desconfianza, el recelo y los agravios inferidos en el pasado histórico por el Gobierno de la nación dominante.
Creo que, para los bolcheviques, para los comunistas, huelga meterse en explicaciones y entrar en detalles. Y creo que en este caso, respecto a la nación georgiana, presenciamos un ejemplo típico de cómo la actitud verdaderamente proletaria exige cautela, delicadeza y transigencia extremas por nuestra parte.
El georgiano que trata con desdén este aspecto del problema, que hace despectivas acusaciones de “socialnacionalismo” (cuando él mismo es no sólo un “socialnacionalista” auténtico y verdadero, sino un burdo esbirro ruso), ese georgiano vulnera, en el fondo, los intereses de la solidaridad proletaria de clase, porque nada frena tanto el desarrollo y la consolidación de esta solidaridad como la injusticia en la esfera nacional y nada hace reaccionar con tanta sensibilidad a los representantes de otras naciones “ofendidas” como el sentimiento de igualdad y la vulneración de esa igualdad por parte de sus camaradas proletarios, aunque sea por negligencia, aunque sea por gastar una broma.
Por eso, en este caso, es preferible pecar por exceso que por defecto en el sentido de hacer concesiones y ser blandos con las minorías nacionales.
Por eso, en este caso, el interés vital de la solidaridad proletaria y, por consiguiente, de la lucha proletaria de clase, requiere que jamás enfoquemos de manera formalista el problema nacional, sino que tomemos siempre en consideración la diferencia obligatoria en la actitud del proletario de la nación oprimida (o pequeña) ante la nación opresora (o grande).
¿Qué medidas prácticas se deben tomar en la situación creada?
Primero, hay que mantener y fortalecer la unión de las repúblicas socialistas, sobre esto no puede caber ninguna duda. Lo necesitamos nosotros, lo mismo que los necesita el proletariado comunista internacional, para luchar contra la burguesía mundial y defenderse de sus intrigas.
Segundo, hay que mantener la unión de las repúblicas socialistas en cuanto al personal diplomático que, dicho sea de paso, es una excepción en el conjunto de nuestra administración pública. No hemos dejado entrar en él ni a una sola persona influyente que proceda de la vieja administración zarista. Todo el personal, teniendo presente los cargos de alguna importancia, se compone de comunistas. Por eso se ha ganado ya el título de personal comunista probado, (...) depurado en grado incomparable e inconmensurablemente mayor de elementos de la vieja administración zarista, burguesa y pequeñoburguesa que esa otra administración a la nos vemos obligados a recurrir en los restantes comisariados del pueblo.
Tercero, hay que imponer un castigo ejemplar al camarada Ordzhonikidze (digo esto con gran pesar, porque somos amigos y trabajé con él en el extranjero, en la emigración), y también terminar de examinar o reexaminar de nuevo todos los documentos de la comisión de Dzerzhinski para corregir la inmensidad de errores y de juicios apasionados que hay sin duda en ellos. La responsabilidad política por toda esta campaña de verdadero nacionalismo ruso debe hacerse recaer, como es natural, en Stalin y Dzerzhinski.
Cuarto, hay que implantar las normas más severas sobre el uso del idioma nacional en las repúblicas de población alógena que forman parte de nuestra Unión y comprobar su cumplimiento con particular celo. No cabe duda de que, so pretexto de unidad del servicio ferroviario, so pretexto de unidad fiscal, etc, con la administración pública que tenemos ahora, se cometerán una infinidad de abusos de carácter ruso puro.Para combatir esos abusos se necesita una inventiva especial, sin hablar ya de la sinceridad singular de quienes se encarguen de hacerlo. Hará falta un código detallado que sólo podrá estar algo bien en caso de que lo redacten individuos de la nación de que se trate y residentes en su república. A este respecto, en modo alguno debemos descartar de antemano el que, como resultado de todo este trabajo, retrocedamos en el siguiente congreso de los Soviets, es decir, mantengamos la unión de repúblicas socialistas soviéticas sólo en los aspectos militar y diplomático, restableciendo en todos los demás aspectos la completa autonomía de los distintos comisariados del pueblo.
Debe tenerse presente que el fraccionamiento de los comisariados del pueblo y la falta de concordancia de su labor con respecto a Moscú y los otros centros puede contrarrestarse lo suficiente por el prestigio del Partido, si éste se emplea con la discreción e imparcialidad precisas; el daño que pueda sufrir nuestro Estado por la falta de administraciones públicas nacionales unificadas con la rusa es incalculable e infinitamente menor que el daño que nos inferirá no sólo a nosotros, sino a toda la Internacional, a los cientos de millones de habitantes de Asia, la cual debe salir al proescenio de la historia en un próximo futuro, siguiéndonos los pasos. Sería un oportunismo imperdonable que, en vísperas de este avance de Oriente, en los comienzos de su despertar, menoscabásemos el prestigio que tenemos en él aunque sólo fuese con la menor asperezae injusticia hecha a nuestras propias naciones alógenas.
Una cosa es la necesidad de cohesión contra los imperialistas de Occidente, que defienden el mundo capitalista. En este caso no puede haber dudas, y huelga decir que apruebo sin reservas estas medidas. Y otra cosa es cuando nosotros mismos adoptamos, aunque sea en pequeñeces, actitudes imperialistas frente a naciones oprimidas, poniendo así en tela de juicio toda nuestra sinceridad en la adhesión a los principios, toda la defensa que hacemos de la lucha contra el imperialismo.Y el mañana de la historia universal será el día en que despierten definitivamente los pueblos oprimidos por el imperialismo, los cuales han abierto ya los ojos, y en que empeice la larga y dura batalla decisiva por su emacipación.”
Hasta aquí, Dani, las palabras de LENIN. En HERRITAR BATASUNA nos hemos tomado muy en serio tus críticas y más aún tu ejemplar militancia revolucionaria y tu situación de preso político vasco, y por lo tanto, no escatimamos esfuerzos para exponer con toda la profundidad necesaria y apoyados en todos los documentos precisos, nuestra línea política, táctica y estrategia.
En este mundo de twitter y whatssap, donde todo el personal tiene prisa para llegar a nunguna parte y nadie lee más de cinco líneas, es imposible explicar temas complicados de Teoría Revolucionaria Comunista Científica sin extenderse. Nos imaginamos que lo entenderás y que te tomarás tu tiempo para leer este escrito, como nosotros nos hemos tomado el nuestro para leer tu carta y estudiar tus críticas y argumentos y reponderte.
Para terminar con el asunto de LENIN y la cuestión nacional, te copiamos el último escrito que se conserva de él. Es una carta escrita en 6 de marzo de 1923 a los comunistas gerogianos anteriormente citados. La salud de LENIN empeoró bruscamente el 10 de marzo de 1923 y nunca más pudo escribir nada.
A F. G. MDIVANI, F. E. MAJARADZE Y OTROS
Rigurosamente secreto
A los camaradas Mdivani, Majaradze y otros
Copia a los camaradas Trotski y Kámenev
Estimados camaradas:
Sigo con toda el alma su asunto. Estoy indignado por la brutalidad de Ordzhonikidze, y las indulgencias de Stalin y Dzerzhinski. Preparo para Ustedes notas y un discurso.
Respetuosamente, Lenin. 6 de marzo de 1923.
Resumiendo esta larga sección: fue el conocimiento profundo y el dominio del método materialista dialéctico de Karl Marx lo que le permitió a LENIN recuperar y desarrollar la praxis comunista revolucionaria en todos los ámbitos, y muy especialmente en el problema nacional. Exactamente lo mismo hizo ARGALA, y con esto llegamos al corazón de nuestra respuesta a tus críticas.
ARGALA CONTRA EL ESPAÑOLISMO
A la pregunta clave formulada por LENIN en el escrito anterior: ¿cómo comprender el internacionalismo? ARGALA respondió de forma magistral. Te copiamos algunas de sus reflexiones, escritas en diciembre de 1978, días antes de su asesinato, para el libro de Jokin Apalategi, “Los vascos, de la nación al estado”.
“La tesis defendida por el grupo denominado VI Asamblea (nota nuestra: la organización trotskista más tarde conocida como LCR) consiste en que la opresión nacional sufrida por el Pueblo Vasco era una consecuencia histórica más del desarrollo social que tenía como motor la lucha de clases. En el proceso de consolidación del modo de producción capitalista, las burguesías de los Estados español y francés, buscando el dominio de mercados los más amplios posible, habían separado Euskadi en dos pedazos y tratando de homogeneizar sus respectivos mercados, tanto a nivel jurídico como lingüístico, habían destruido la peculiar organización jurídica vasca e intentado aniquilar la lengua, imponiendo por contra las culturas castellana y francesa, que de este modo se convertirían no sólo en dominantes, sino en las únicas permitidas.”
“Superado el modo de producción capitalista, y no teniendo los trabajadores españoles y franceses - nueva clase hegemónica – ningún interés en mantener la opresión del Pueblo Vasco, ésta automáticamente tendería a desaparecer. Por lo tanto, el objetivo principal lo constituía el triunfo de la revolución socialista a nivel de los Estados español y francés. Para lograrlo lo antes posible, era necesario unificar a los trabajadores a nivel de Estado, ya que es a este nivel al que se desarrolla la lucha de clases de un modo diferenciado. E.T.A. había defendido siempre la independencia de Euskadi y, según VI Asamblea, esta reivindicación dividía a los trabajadores vascos, por lo tanto, era preciso abandonarla y posicionarse por la autodeterminación nacional, sin adoptar opción concreta alguna respecto a ella. La opción independentista, no sólo era contrarrevolucionaria en cuanto que sembraba la división en el seno de la clase obrera y frenaba el proceso revolucionario, sino que además era pequeño burguesa, por cuanto representaba el intento de la pequeña burguesía vasca de convertirse en clase hegemónica del nuevo estado vasco a crear; intento por otra parte banal, visto el punto de desarrollo histórico.”
“Estando de acuerdo con su análisis acerca del origen de la opresión del Pueblo Vasco, rechazaba por completo las consecuencias que de dicho análisis extraían. Su esquema, copia exacta del aplicado por LENIN en la U.R.S.S. lo encontraba erróneo en Euskadi, Los pueblos, y dentro de ellos cada sector, no optan en un momento, sino continuamente en un proceso a lo largo del cual pueden cambiar sus opciones si así lo aconseja la realidad circundante.”
“No era el estado dictatorial franquista, con su acerbado centralismo e imperialismo español, la única causa de la existencia de la opción independentista, sino también la incomprensión históricamente demostrada por los partidos obreros españoles frente a la cuestión vasca. La opción independentista era la expresión política de la afirmación nacional de los sectores populares con conciencia nacional que iban día a día ampliándose. El Pueblo Vasco ha tenido ocasión de comprobar a lo largo de la historia que una revolución socialista a nivel de estado no es la solución automática a su opresión nacional: que los partidos obreros españoles están demasiado impregnados del nacionalismo burgués español.”
“Por otra parte, el logro de la independencia exigía la derrota del Estado español, por lo menos en Euskadi, es decir, una verdadera revolución política, que sólo podía ser llevada a cabo por las capas populares bajo la dirección de la clase obrera, única capaz de asumir hoy en Euskadi la dirección de un proceso de tal envergadura. Precisamente, este asumir la cuestión vasca por la clase obrera es lo que ha posibilitado el resurgimiento nacional de Euskadi.”
“Mis posteriores relaciones como representante de E.T.A. con representantes de diversos partidos obreros revolucionarios españoles, no sirvieron sino para confirmar esta visión. Dichos partidos no entendían la cuestón vasca sino como un problema molesto que conviene hacer desaparecer. Siempre me parecía ver que la unidad de “España” era para ellos tan sagrada como para la burguesía española. Jamás llegaban a entender que el carácter nacional que adoptaba la lucha de clases en Euskadi fuese un factor revolucionario; por el contrario, no era para ellos sino una nota discordante en el proceso revolucionario español que aspiraban a orquestar.”
“VI Asamblea se declaraba internacionalista y tachaba a E.T.A. de nacionalista pequeño burguesa. Pero, ¿qué es el internacionalismo obrero? ¿Ser internacionalista exige a los trabajadores de una nación dividida y oprimida renegar de sus derechos nacionales para, de este modo, confraternizar con los de la nación dominante? En mi opinión, no. Internacionalismo obrero significa la solidaridad de clase, expresada en el mutuo apoyo entre los trabajadores de las diferentes naciones, pero respetándose en su peculiar forma de ser nacional.”
“Si las relaciones entre las fuerzas obreras españolas y las patrióticas vascas no han sido mejores, no se debe a las justas exigencias de estas últimas, sino a la incomprensión y la actuación oportunista mostrada por aquellas frente a la cuestón nacional vasca. ¿El internacionalismo obrero exige que los trabajadores de la nación políticamente más avanzada frenen su ritmo para ir de la mano de los de la nación más atrasada? Si fuera así, la humanidad estaría aún estancada. Si determinadas revoluciones socialistas, e innumerables luchas de liberación nacional de indudable signo progresista, han podido alcanzar el éxito se debe de modo muy importante a la existencia de países que no entendieron de aquel modo el internacionalismo obrero.
E incluso más, la experiencia demuestra que cada país que triunfa sobre el capitalismo sienta las premisas para la extensión de la revolución socialista mundial, porque no hay consejo más eficaz que el ejemplo. La mejor forma de cultivar el internacionalismo es avanzar en el proceso revolucionario social, allá donde haya condiciones para ello.”
“El sector patriótico de la clase obrera vasca que no existía de modo consciente hace cuarenta años – lo que permitió que la dirección de la lucha nacional fuese ejercida de modo importante por la pequeña burguesía – existía ya en la década de los sesenta. La evolución de E.T.A. , con sus bruscos saltos y desgajamientos, no expresaba sino la búsqueda de la afirmación ideológica y política de dicha clase en el seno de una realidad ocupada por sectores ajenos a ella. Precisamente, la toma de conciencia de este sector social, constituido por los trabajadores vascos con conciencia nacional, es lo que permitía pensar en Euskadi como un marco autónomo para la revolución socialista que forzosamente habría de ir unida a la lucha de liberación nacional; con todas las dependencias respecto al resto de los Estados español, francés y mundial que lógicamente existen.”
“Hoy, frente a la doble solución - pequeño burguesa vasca o socialista española - que se le presentaba al Pueblo Vasco en el primer tercio de siglo, un sector de la clase trabajadora está en condiciones de ofrecer una tercera vía: la revolución socialista vasca. Por supuesto que las fuerzas políticas de la burguesía se opondrán a ella. Pero lo más triste sería que también lo hiciesen las fuerzas políticas representativas de la clase obrera española.
Nosotros renunciamos a intentar determinar cómo ha de configurarse el proceso revolucionario español y muchos estaríamos dispuestos a ayudarles en su tarea. Pero a acambio exigimos que a los trabajadores vascos se nos respete el derecho a decidir ya desde hoy cómo queremos construir el futuro, nuestro futuro.”
“La opción que hoy ofrece el sector patriótico de la clase obrera vasca no es únicamente una opción para Euskadi, sino indirectamente también para los trabajadores españoles y franceses, en cuanto que la revolución socialista vasca no puede sino potenciar las de sus respectivos países.
Ella constituye la mejor aportación que la clase obrera vasca puede hacer a los trabajadores de todo el mundo.”
“Si los partidos obreros españoles y franceses no lo comprendiesen así y buscasen frenar el proceso político vasco en un intento de integrarlo en el de sus respectivos estados, estarían haciendo un triste favor a los trabajadores vascos y a la clase obrera en general. La incomprensión que hasta el presente han demostrado a las peculiaridades de la lucha en Euskadi es consecuencia directa de su incomprensión de la existencia misma del Pueblo Vasco.
Ella constituye precisamente el motivo de que el sector objetiva y subjetivamente más revolucionario haya optado por la independencia y de que todo él tenga hoy una dinámica en ese sentido.
Entre el Pueblo Español hemos encontrado también auténticos revolucionarios que han sabido reconocer la existencia y los derechos de nuestro Pueblo; pero desgraciadamente, son muy pocos. Si los partidos obreros españoles hubiesen sido como ellos, quizá hoy quienes defendemos la independencia de Euskadi hubiésemos optado por otra solución más unitaria. De cualquier modo, los pueblos caminan hacia su integración económica y política, y los trabajadores debemos potenciar la solidaridad y unidad internacionalista, siempre que no nos obligue a sacrificar nuestra personalidad nacional.”
“De ahí que, frente a la tarea de evitar enfrentamientos y borrar suspicacias entre los trabajadores vascos y los españoles y franceses e iniciar un proceso de acercamiento y ayuda mutua, han de ser estos últimos quienes dejen de pensar en términos de imperio y comprender de una vez que los trabajadores vascos no somos ni españoles ni franceses, sino única y exclusivamente vascos, y que lo nos une con ellos no es la pertenencia a una misma nación, sino a una misma clase.”
Creemos Danitxu, que no tenemos nada que añadir a las palabras de ARGALA, que desmontó con argumentos todas las falacias del españolismo hace ya casi 42 años.
Creemos también que respondió a tus críticas mucho antes de que las formularas. Lo que nos ha sorprendido profundamente es que, siendo militante de E.T.A. , no conocieses el pensamiento de ARGALA, ni las tesis de la V y la VI asambleas de tu organización. O quizás las habías olvidado. O tal vez las has abandonado, para adoptar otra estrategia, que nada tiene que ver con la Revolución Socialista Vasca, y es más bien su negación españolista.
No lo sabemos, y la imposibilidad de tener un debate normal entre militantes revolucionarios, a causa del secuestro y encarcelamiento que sufres, nos obliga a ser muy prudentes. Y para serte sinceros, no perdemos la esperanza de que una vez que conozcas mejor nuestras tesis, táctica y estrategia, las veas con otros ojos y quizás un poco más de simpatía. En todo caso, esperamos demostrarte que no es la falta de formación y documentación lo que nos ha llevado a mantener estas posiciones independentistas y comunistas.
LA VERDADERA VI ASAMBLEA DE E.T.A.
Las tesis de la V Asamblea de E.T.A, son de relativamente fácil acceso, y de todas formas, intentaremos hacértelas llegar.
La resolución de la primera parte de la VI Asamblea de E.T.A., celebrada en Hazparne en el verano de 1973 (a no confundir con la ilegitima, escisionista y autoproclamada VI Asamblea, realizada por una corriente españolista que devendría trotskista), no es tan fácil de conseguir, pues fue deliberadamente ocultada por la pequeña burguesía nacionalista vasca, a la que no agradó para nada la definición e identidad COMUNISTA que adoptó la Organización Socialista Revolucionaria de Liberación Nacional Euskadi Ta Askatasuna.
Es por ello que es casi desconocida, pero los hechos y los documentos son tozudos, y aquí te la presentamos, esperando que sea para ti una grata sorpresa, como lo fue para nosotros cuando la encontramos y la estudiamos. Este es el enlace donde se puede leer la declaración de la VI Asamblea:
Por qué estamos por un Estado socialista vasco
1973
Nuestro objetivo fundamental es la creación de un Estado Socialista Vasco dirigido por la clase trabajadora de Euskadi como instrumento para alcanzar una sociedad vasca sin clases, una Euskadi auténticamente comunista; como instrumento —en suma— para nuestra total e íntegra liberación como trabajadores vascos.
En el plano social, nuestra lucha liberadora se desarrolla y viene enmarcada desde una perspectiva revolucionaria de clase, desde la perspectiva más consciente y auténticamente revolucionaria: la comunista.
En el plano nacional, luchamos por la liberación de Euskadi desde una perspectiva independentista; lo que ciertamente nos distingue de muchas otras organizaciones socialistas. Pero el abanico de corrientes pro-independentistas en nuestro país es amplio, abarcando a diferentes clases. Lo que es determinante, lo que da la impronta reaccionaria o revolucionaria a tal reivindicación, es su contenido, lo que en realidad ha condicionado a unos y otros para posicionarse en tal sentido.
Nosotros no somos independentistas porque creamos que españoles y franceses nos roban dinero y lo mejor de nuestra juventud y busquemos edificar una sociedad vasca opulenta, ni porque los vascos seamos superiores y no nos convenga tener contacto alguno con maketos, belarrimotzas o cosas por el estilo, ni condicionados por el odio étnico que España y Francia nos tiene, etc. ...
Todo lo contrario: si éstas fueran las únicas razones que justificasen la independencia de Euskadi, si no existiesen otros motivos, nos opondríamos con todas nuestras fuerzas a tal reivindicación por burguesa, racista y cabalmente reaccionaria.
Nosotros somos independentistas porque creemos que nuestro problema como trabajadores vascos, nuestro problema como clase explotada en un contexto de pueblo nacionalmente oprimido, no puede solventarse dentro del marco español o francés; ciertamente que nuestra liberación como clase sería viable en el marco de un Estado Socialista Español o Francés.
Pero en nuestra opinión, sólo un Poder Político Independiente en nuestras manos, es decir, sólo un Estado Socialista Vasco podrá garantizar la resolución de la otra cara del problema, nuestra liberación como miembros de una comunidad nacional oprimida: Euskadi.
Las razones que nos mueven a posicionarnos en tal sentido son:
—el hecho de que el problema nacional vasco, al englobar tan lo a Euskadi Norte como a Euskadi Sur, desborda los marcos estatales español o francés.
— el convencimiento de que el problema cultural del Pueblo Vasco no puede ser resuelto desde una perspectiva no vasca; aunque pretendidamente internacionalista[1]
Vayamos pues por partes:
La solución al problema nacional vasco exige la resolución a la opresión cultural, es decir, a la cuestión de la lengua y del conjunto de la cultura del Pueblo Vasco. Partamos del principio que tal problema exige, desde un punto de vista revolucionario, la consecución de la igualdad real entre todas las lenguas y culturas, o, dicho en otros términos, la desaparición de la menor desigualdad o discriminación entre ellas.
Nosotros mantenemos que entonces la paridad lingüística sólo será viable y real en Euskadi mediante la euskerización de nuestro país, es decir, mediante la transmisión de la lengua nacional vasca al conjunto de la población de Euskadi.
Esta será la única situación de bilingüismo auténticamente revolucionario.
El resto de las soluciones proyectadas para la resolución del problema lingüístico y cultural vasco, representadas por programas tales como «bilingüismo de opción» y otros —rebosantes de formulaciones tan vagas y abstractas como «libertad para el euskara», rehúyen el enfrentamiento con la raíz de tal cuestión.
En efecto, tales programas, no apoyando la total y completa euskerización del Pueblo de Euskadi, no logran extraer a la lengua nacional vasca de la situación de inferioridad en que se encuentra, limitándose a mejorar, pero no a acabar con tal estado de cosas.
Quienes preconizan soluciones de tal género parecen olvidar que sus ciertamente modestos objetivos dejarían al euskara en situación de diglosia[2]respecto al español (o francés), colocándose de este modo en franca contradicción con sus proyectos iniciales de paridad e igualdad revolucionaria para nuestra lengua nacional.
Por otra parte, cada lengua confiere una visión del mundo y de la sociedad particular, distinta. Ciertamente que tal estructuración del pensamiento queda relegada a un segundo plano por la aportación resultante de la pertenencia a una determinada clase; es decir, el entramado mental mediante el cual descomponemos e interpretamos de una forma determinada la realidad tiene un origen principal en nuestra extracción de clase.
Pero decimos principal y no único, porque la contribución de la lengua, a pesar de tener un carácter secundario, no puede despreciarse, a riesgo de caer en la liquidación pura y simple de la impronta nacional de cada proletariado.
Tal visión nos desmarca así mismo del esencialismo lingüístico, puesto que afirmado dicho entramado mental no es aséptico a la lucha de clases, superamos el error idealista de sublimar el papel de la lengua en base a la abstracción del rol que juega cada clase.
Afirmamos entonces que nuestra realización total e integral, como trabajadores vascos solamente será posible cuando se nos devuelvan íntegramente los mecanismos de apropiación lógico-simbólicos que se nos han arrebatado, cuando contrarrestemos los efectos de la opresión recuperando totalmente la manera de ver e interpretar la realidad vasca (euskaldun), desde una óptica indudablemente comunista.
Todo ello implicaría un inmenso y gigantesco esfuerzo cultural: construcción de ikastolas revolucionarias en todos y cada uno de los rincones de nuestros país, encauzamiento revolucionario al euskara de toda la clase trabajadora y del resto del Pueblo de Euskadi partiendo de una situación de diglosia respecto a nuestra lengua, unificación literaria del euskara, implantación de métodos pedagógicos revolucionarios en las ikastolas populares, programación de planes de enseñanza populares vascos, edificación de una Universidad Popular Vasca, alfabetización de los euskara-parlantes, analfabetos, etc. . .
Este programa —que supondría la efectiva re-euskarización de Euskadi— no puede ser llevado a cabo sino desde una perspectiva que asuma íntegramente la verdadera colosal dimensión del problema cultural vasco.[3]
Y para ello es necesario un Estado Socialista Vasco.
Porque en un Estado Socialista Español que englobase a Euskadi Sur la solución a este inmenso problema se vería muy posiblemente condicionada a la de problemas de carácter básico, primario como el subdesarrollo de las zonas marginadas, la elevación del nivel de vida del Pueblo español, el desarrollo de las fuerzas productivas, etc. Todo ello podría conllevar la postergación de la solución a la cuestión vasca hasta la resolución de tales problemas. Por otra parte, no existen garantías de que las organizaciones que empuñasen los mandos de tal Estado comprendieran en su verdadera dimensión nuestro problema nacional y obrasen en consecuencia. De hecho, los programas de las actuales vanguardias españolas cara a la cuestión vasca no contienen sino soluciones parciales e incompletas que —si bien a ellas les parecen satisfactorias— nos conducirían inevitablemente a la diglosia.
Todo ello posiblemente acarrearía funestas consecuencias cara a las relaciones entre ambos pueblos: no tardarían en aparecer corrientes de chovinismo vasco anti-español entre el Pueblo de Euskadi, como lógica y legítima reacción a la presumible consternación de la solución a nuestro problema nacional. Tales corrientes no tardarían en generalizarse y consolidarse como consecuencia de la frustración que para todo nuestro Pueblo supondría ver injusta y definitivamente diferida la solución a su problema nacional —problema auténticamente importante para él como ha quedado patentizado en mil ocasiones— mediante la aplicación de los incorrectos programas que las vanguardias españolas tienen preparados para la resolución de la cuestión vasca.
Para evitar todo ello, es decir, tanto para no demorar un instante la resolución a consecuencia del problema nacional vasco en su faceta cultural, como para por ello mismo poder abortar toda posible erupción de chovinismo de funestas consecuencias y resultados para la revolución proletaria vasca y española, creemos que nuestro Pueblo debe optar —y el Pueblo español debe comprenderlo así— por la independencia como única vía que garantice totalmente (es decir: sin lugar a dudas) la resolución correcta y completa a su problemática específica.
Por ello estamos por un Estado Socialista Vasco.
Existe así mismo otra realidad que —a nuestro entender— apoya la lucha por un Estado Socialista Vasco; el hecho de que el problema nacional vasco desborda los marcos estatales español y francés; en ambos casos, existe una franja de territorio vasco que queda fuera de sus respectivos dominios, englobada en uno y otro caso dentro del entramado estatal vecino. Tal problemática no es asumida por ninguna de las vanguardias revolucionarias de España o Francia: para las primeras, el hecho nacional vasco se circunscribe exclusivamente a Euskadi Sur o, en ciertos casos, a Bizkaia, Araba y Gipuzkoa; para las segundas, a Euskadi Norte, cuando no consideran que tal problema es inexistente.
Euskadi Norte con 200.000 habitantes, vive marginada social y económicamente por la política económica parisina, condenada a desaparecer como comunidad nacional en el marco político-cultural-económico del Estado francés; la situación de pobreza y abandono en que la parte norte de nuestro país se encuentra es consecuencia de una larga serie de trabas estructurales y no meramente coyunturales. Es decir: los flujos económicos determinantes de tal situación tienen un carácter profundo, estable.
Por otra parte, la incomprensión de la problemática nacional de Euskadi Norte por parte de las vanguardias francesas es total. No se trata pues de concepciones erróneas, de asumir sólo parcialmente la complejidad de nuestros problemas específicos —como sucede con las vanguardias españolas—, sino de la liquidación pura y simple de tal problema, considerándolo inexistente.
Por ello, el Pueblo Vasco del Norte ha comprendido que no tiene sino una alternativa de liberación y realización: éstas serán posible únicamente en el marco de un Estado Socialista Vasco que englobe a Euskadi Norte y Sur en un aparato político único; todas sus esperanzas de desarrollo social y nacional están centradas pues en el empuje que les ofrecería el impulso y la potencia de Euskadi Sur.
Ello implicaría la rotura de la unidad forzada de mercado impuesta por la oligarquía española, con vistas a la estructuración y articulación de nuevos flujos y circuitos económicos orientados hacia Euskadi Norte que garantizasen su permanencia y realización como comunidad social; lo que exigiría un autonomía total por nuestra parte, trabajadores de Euskadi Sur en materia de política económica. Y tal independencia a la hora de las decisiones sobre la orientación de nuestras posibilidades económicas presupone un Poder Político Propio e Independiente, un Estado en manos de los trabajadores de Euskadi, un Estado Socialista Vasco.[4]
Este es nuestro segundo argumento en pro del Estado Socialista Vasco.
El Estado Socialista Vasco —por fin— no tendrá una existencia perpetua: lo necesitaremos únicamente mientras estemos empeñados en la resolución de nuestro problema nacional y en la reconstrucción económica y social de Euskadi Norte. Una vez cumplidas estas tareas, la existencia de un Estado autónomo para el Pueblo Vasco habrá dejado de tener sentido.
A consecuencia de ello, en tal momento nuestro deber internacionalista será unirnos en pie de igualdad con todos los pueblos y proletarios del mundo —comenzando por los más próximos— para proseguir la edificación de la sociedad mundial sin clases.
Como revolucionarios comunistas que somos, luchamos contra toda opresión; luchamos pues contra la opresión nacional. Y, por ello mismo, estamos por la Independencia de Euskadi, por un Estado Socialista Vasco. Lo único que nos mueve a ello es la convicción plena de que de otro modo no obtendremos la respuesta correcta a la cuestión que nos plantea nuestra existencia como Pueblo Vasco oprimido, explotado y dividido. Absolutamente esto y nada más.
¿Quién puede dudar de que obrando en tal sentido no pretendemos sino ser revolucionarios honrados?
NOTAS
[1] Un proletariado de nación opresora se comporta —a nuestro juicio— con sentido auténticamente internacionalista con un pueblo oprimido cuando las relaciones entre ellos se establecen en base a la decisión por parte del primero de no inmiscuirse en absoluto en la elección del futuro del Pueblo oprimido, considerando que tal elección le atañe exclusivamente a éste.
[2] Diglosia: Situación en la que, a pesar de la libre coexistencia e igualdad formal entre dos o más lenguas, una de ellas conserva un puesto privilegiado en base a su importancia y frecuencia de uso —heredadas de situaciones de desigualdad anteriores—, manteniendo prácticamente en situación de inferioridad y opresión al resto de las lenguas, en franca contradicción con el bilingüismo oficial. La diglosia, que perpetúa las desigualdades y opresiones nacionales, es la situación dominante hoy en Lituania, Moldavia y otras repúblicas no-rusas de la URSS.
[3] Queda entendido que tal programa garantizará un respeto efectivo de los legítimos derechos de las minorías nacionales en Euskadi, es decir, de la masa de españoles, franceses, gallegos, etc., que libremente opten por no integrarse de lleno en la realidad nacional vasca.
[4] Esto de ningún modo significa —y quien así lo entienda se equivoca—un corte radical con todos los hilos económicos que hoy nos unen al resto del Estado español, movidos por el ánimo de abandonarlo a su suerte, guardando para nosotros solos todo el potencial económico de Euskadi: tal actitud sería indigna de comunistas, por chovinista, burguesa y anti-internacionalista.
Nuestra obligación como revolucionarios es volcarnos en colaborar a la edificación del socialismo allí donde necesiten nuestra ayuda. Por ello, los otros pueblos del Estado, por su situación inferior y problemático desarrollo, junto con lo que habrán supuesto para nuestra propia liberación, deben recibir todo el apoyo del Pueblo Vasco.”
Creemos, Dani, que este texto responde una vez más a tus críticas.
DIMITROV Y LOS FRENTES POPULARES
Pasamos ahora a tratar el tema del antifascismo, del camarada Dimitrov, que tú expresamente citas en tu carta, y de las tesis y estrategia aprobadas en el VII Congreso de la III Internacional, la Internacional Comunista. Congreso que marcó la línea política del Movimiento Comunista Internacional desde 1935.
El debate histórico sobre si las tesis de Dimitrov, aprobadas en el
VII Congreso de la Internacional Comunista, y que dieron origen a la política de Frentes Populares, tanto en el Estado Español como en el Estado Francés, eran una apuesta correcta en 1935, frente a la derrota de la Revolución Proletaria en Europa y el ascenso aparentemente imparable del Fascismo y el Nazismo, desborda el marco de esta respuesta. Es un tema muy complejo sobre el que no hay unanimidad en el seno de HERRITAR BATASUNA.
En lo que estamos todos de acuerdo en HERRITAR BATASUNA es que las resoluciones del último Congreso de la Internacional Comunista no son válidas aquí y ahora, en la segunda década del siglo XXI.
Alarde Anti-fascista 12 Octubre del 2020 Bilbao
Han pasado casi cien años de ellas, el desarrollo de las fuerzas productivas, la proletarización masiva de la población trabajadora del planeta, la experiencia sobre los procesos de transición socialista al Modo de Producción Comunista que se ha acumulado, contituyendo un tesoro para el estudio, la realidad de la dinámica de la lucha de clases, así como la implosión y desaparición del Bloque Socialista y el retroceso hacia el Capitalismo de los estados que se reclaman aún del Socialismo nos ha demostrado que es imperioso y vital que el Proletariado Revolucionario Mundial recupere su INDEPENDENCIA DE CLASE.
Independencia de clase que fue eliminada por las tesis de Dimitrov y su adopción por la III Internacional, en un claro retroceso desde las posiciones de LENIN y de todos los anteriores Congresos de la Internacional Comunista a una postura táctica de intentar una alianza con la burguesía liberal y democrática y con la socialdemocracia, en base a la defensa de la “democracia” frente al fascismo. Consideramos que esa apuesta táctica abrió las puertas de par en par al revisionismo.
Para hacer este análisis HERRITAR BATASUNA se ha basado en las tesis y análisis de un teórico comunista portugués, Francisco Martins Rodrigues, muy desconocido, quizá porque no escribía ni en Ruso, ni en Alemán, ni en Francés, ni en Español, ni en Inglés... Sino en su lengua nacional, el Portugués. Suele pasar...
Su obra central se titula “ANTI – DIMITROV 1935 / 1985 Medio siglo de derrotas de la revolución”. Está traducida al Español en esta dirección web:
Como esta respuesta a tus críticas está tomando un volumen y una longitud bastante considerables, creemos que es mejor dejar este debate estratégico, que atañe a todas las fuerzas comunistas revolucionarias del planeta, para una posterior fase de este intercambio de puntos de vista, ya que profundizar en el tema nos llevaría muy lejos. Nos limitaremos a citar aquí la introducción de 1985 a este libro clave para la reconstrucción de la Teoría Revolucionaria Comunista Científica.
PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN
1985
"Hay sabios
que juzgan entrever en todo esto
un retroceso
de nuestras posiciones de principio,
un cierto viraje a la derecha
en lo que se refiere
a la línea del bolchevismo.
DIMITROV
"Unidad a todo precio para barrer el camino al fascismo, a la guerra, al imperialismo!"
El llamamiento lanzado por Jorge Dimitrov en 1935 para la unidad de todas las fuerzas obreras, populares y democráticas, cumple ahora 50 años. Es un buen lapso de tiempo para un balance.
Hoy casi olvidado, habrá quien le atribuya a ese informe de Dimitrov al 7º congreso de la Internacional Comunista, un interés meramente histórico. La verdad, sin embargo, es que, en este medio siglo, la idea de la unidad democrática y anti-imperialista se incorporó como patrimonio, no sólo de los partidos comunistas, sino de una vasta corriente progresista internacional.
Se puede decir que todos los que están situados a la izquierda de la social-democracia son hoy dimitrovianos sin saberlo - los sandinistas de Nicaragua como los guerrilleros peruanos, los pacifistas alemanes y los descoloridos "comunistas" portugueses.
El vínculo que une estas fuerzas tan diversas es la noción de un campo popular, cuyos intereses comunes frente al imperialismo envolverían al proletariado y la pequeña burguesía en una misma estrategia fundamental, aproximarían, fundirían sus trayectorias.
Esta noción, extraña al leninismo, fue por primera vez teorizada en términos "marxistas" por Dimitrov.
Tan fuerte es su poder de convicción, que ha sobrevivido a los contratiempos que la historia no ha dejado de infligir, desde los Frentes Populares de 1936 a la Unidad Popular en Chile y el 25 de abril en Portugal.
Y con esta particularidad curiosa: cada vez que fracasa una de estas experiencias democráticas y populares, sus promotores pueden atribuir siempre la derrota a la insuficiencia de la Unidad, no a la fórmula en sí misma. El dimitrovismo goza así del privilegio raro de "probar" su justeza a costa de sus propios fracasos.
¿Por qué esta vitalidad singular? Porque el dimitrovismo va al encuentro del buen sentido político elemental de las masas en esta época del horrores del imperialismo. No necesita demostración.
Nadie en el campo popular siente la menor dificultad en admitir espontáneamente que "la unidad de la izquierda es la mejor arma contra la derecha".
Nadie duda que Lenin fue un genio de la revolución proletaria pero parece absurdo transferir a nuestra época su perspectiva sobre la lucha de clases. Querer aplicar ahora el leninismo "tal cual" sería doctrinarismo antileninista; sólo sectarios incurables pueden impugnar la necesidad de un frente unido contra la reacción y el imperialismo, etc., etc. De forma más o menos elaborada, más o menos explícita, son estos los argumentos que se pueden oír en toda el área de la "gran izquierda".
Es sin duda loable este deseo de ver todas las fuerzas antifascistas y anti-imperialistas unidas en un frente común. Pero los buenos deseos en política no son nada.
¿Qué objetivos fijar, qué relaciones establecer entre las clases populares para hacer posible una lucha eficaz, victoriosa, contra la reacción y el imperialismo? Esta es la única forma seria de analizar la cuestión en términos de marxismo.
Raspamos la corteza del buen sentido unitario, para buscarle el núcleo de clase. "Unidad a todo precio en torno a objetivos comunes", "Valorar lo que une, poner de lado todo lo que divide", "Democracia, paz, independencia, primero, la revolución vendrá después", "Democracia popular, un escalón para el socialismo"- ¿qué significa todo esto?
Significa buscar, en cada situación, el máximo divisor común de las fuerzas populares. Es decir, alinear al pueblo por el nivel más moderado, común a todos.
Es decir, poner de lado los objetivos revolucionarios de la clase obrera, que, obviamente, no son comunes.
Se puede objetar que la perspectiva unitaria de Cunhal en 1975 con la "batalla de la producción por el socialismo" era de todas maneras más avanzada que la "Unidad de los portugueses honrados" de 1949. Es cierto. El unitarismo democrático y popular no es rígido.
Por el contrario, es extremadamente flexible, elástico, creador, lo que le permite acompañar las grandes convulsiones de masas. Es ese otro secreto de su vitalidad. Pero, por más elástico que sea, hay un límite ideal hacia el que parece tender pero que nunca alcanza y que, por el contrario, bloquea: la revolución proletaria.
El llamamiento a la "Unidad a todo precio contra la reacción, la guerra y el imperialismo" vehicula pues la exigencia, no de la Unidad, sino de una determinada unidad: unidad en torno a las reivindicaciones limitadas de la pequeña burguesía, comunes a todo el pueblo, sacrificando para ello las reivindicaciones revolucionarias de la clase obrera.
Y ésta es la esencia de clase del pensamiento dimitroviano. Es ésta la fuente de su fácil popularidad, que le asegura una reproducción espontánea y diaria a gran escala.
Así, la lógica unitaria que funciona hoy automáticamente en todos los campos de la lucha de clases, política, económica o ideológica es fácil de resumir: "Los obreros que sacrifiquen (sólo por ahora, claro!) Una parte de sus exigencias, si no quieren quedarse aislados ". Es un ultimátum. Que está presente, sin necesidad de ser mencionado, en las manifestaciones por la libertad como en la negociación de un contrato colectivo, en las marchas de la paz como en la abstención tácita de toda crítica a la religión, a la familia, a la nación, a la propiedad privada.
Unidad para el fin de los monopolios, el fascismo, la guerra, por la independencia de la nación, por una democracia popular. Unidad incluso por el socialismo, siempre que sea "popular". La revolución proletaria no tiene lugar aquí. ¿Cómo podría tenerlo, si no es una cuestión común al pueblo?
En el tiempo de Lenin, es sabido, la revolución rusa se hizo con otra lógica. El pueblo, como colectivo, no tiene solución a los flagelos del capitalismo y del imperialismo, de la guerra, porque es un aglomerado de clases con intereses diversos.
El pueblo necesita el socialismo pero sólo puede encontrarlo si es arrastrado por la dinámica revolucionaria de la clase obrera. Y la clase obrera sólo puede encontrar la vía del socialismo y arrastrar consigo al pueblo si es arrastrada por la dinámica revolucionaria de su vanguardia, capaz de asimilar el marxismo.
La minoría, avanzando hacia su objetivo consciente, ganará la mayoría. Los objetivos generales de la lucha no tienen que ser fijados por el máximo denominador común, sino por el conocimiento de las tareas objetivas que se plantean a la sociedad.
Cada lucha particular, inmediata, común a todo el pueblo, en sí misma nada vale si no sirve para acelerar el alineamiento de las fuerzas antagónicas dispuestas a batirse por alcanzar la dirección de la sociedad.
Por eso, el proletariado tiene que demarcarse de la pequeña burguesía, la revolución tiene que crecer a expensas del reformismo, etc., etc. ¿Por qué dejó esta lógica, al parecer, de servir? ¿Porque "el mundo cambió", o porque la clase obrera fue sumergida por la ideología pequeñoburguesa?
¿La idea leninista de hegemonía del proletariado fue de hecho superada por la Historia, o está sepultada bajo una avalancha de democratismo reformista? ¿Vivimos hoy una etapa superior, de lucha más vasta contra el imperialismo, o hemos retrocedido hacia una plataforma más estrecha, ciega, impotente? ¿Hay alguna esperanza para el combate democrático unitario, o él es sólo una trampa por donde se drenan continuamente las potencialidades revolucionarias del movimiento obrero?
Para todos aquellos que ya se han liberado de los "dogmas" marxistas (y que sirven alegremente la dictadura "democrática" de la burguesía), estas preguntas no pasan de extravagancias doctrinales, que ni merecen refutación. Pero es instructivo observar cómo los llamados "marxistas-leninistas" (revisionistas y anti-revisonistas) resuelven la dificultad de asociar a Dimitrov con Lenin.
Por extraño que parezca, la división del movimiento comunista en campos antagónicos desde los años 60 no afectó al dimitrovismo. Los revisionistas de la escuela soviética y "ortodoxos" de la línea china - albanesa, aunque librando una batalla furiosa en torno a Stalin y el "estalinismo", renegado por unos, exaltado por los demás, se mantuvieron de acuerdo en cuanto a las ideas políticas de Dimitrov.
Unos y otros coinciden en la opinión de que el 7º congreso de la Internacional Comunista hizo una aplicación creadora del leninismo en las nuevas condiciones históricas, dio nueva vitalidad al movimiento comunista y proporcionó grandes éxitos a los pueblos.
Unos y otros defienden la política de los Frentes Populares, divergiendo, cuando mucho, en lo que toca a su aplicación. Unos y otros atacan como "dogmáticas", "sectarias" y "trotskistas" las objeciones que eventualmente se manifiestan a esa política.
En efecto, existe una guerra entre revisionistas y anti-revisionistas acerca de Dimitrov, pero sólo para saber a quién pertenece de derecho su herencia. Para el Partido del Trabajo de Albania, la coincidencia de las dos corrientes en la defensa del 7º congreso es sólo aparente y resulta de una deformación descarada de Dimitrov por parte de los revisionistas.
En un largo artículo hace tres años publicado en su revista teórica, (Rruga i Partise, nº 1/82, edición de Tirana en francés) se considera pura especulación revisionista la afirmación de que "el 7º congreso habría colocado la colaboración de los partidos comunistas con los partidos social-demócratas en la base de una nueva estrategia global del comunismo internacional".
Este congreso habría estado en la línea de continuidad de los anteriores, habiendo sólo procedido a una "simple flexión táctica en la lucha contra el peligro fascista y de guerra imperialista". "Las orientaciones del 7º congreso para que cada partido comunista colocara en el orden del día, como tarea inmediata, la lucha por la paz y contra el peligro fascista no quiere decir de ninguna manera que la IC haya pospuso para las calendas griegas la preparación de la revolución proletaria", ni que " la lucha por la paz y contra el peligro fascista pasara a ser encarada como una etapa especial del movimiento revolucionario, indispensable para cada país ".
Es todavía invención revisionista, según el artículo, la afirmación de que "Stalin no habría concordado con las decisiones del 7º congreso" y de que "el 7º congreso hubiera presentado de forma embrionaria las ideas fundamentales del 20º congreso del PCUS".
Todas estas opiniones no pasarían de una "interpretación oportunista, revisionista, de las decisiones del 7º congreso de la IC", el cual no habría dejado "ningún campo para vacilaciones o equívocos".
"La Comintern - concluye - permaneció fiel hasta el final a su línea política general, sin desviarse un milímetro de su estrategia global de lucha por la revolución proletaria y la instauración de la dictadura del proletariado”.
Este resumen de puntos polémicos hecho por Rruga i Partise me pareció una buena introducción al tema.
Decidí por ello ponerlo a prueba, confrontándolo con un análisis del informe de Dimitrov, de las circunstancias en que fue escrito y de los progresos a los que dio origen en este medio siglo. Surgió así este Anti-Dimitrov, en el que busco:
- demostrar que el viraje "táctico" del 7º congreso para los frentes populares implicó en realidad un giro estratégico, como justamente afirman los revisionistas;
- probar que ese viraje hizo una ruptura completa, aunque disfrazada, con la línea leninista de la revolución proletaria, a la que sustituyó la ideología de la fusión "popular" obrero-pequeño-burguesa;
- desmitificar la leyenda de los "grandes éxitos" logrados por el movimiento comunista a partir de 1935, apuntando el rastro de derrotas y fracasos que nos trajo a la situación actual, de ofensiva en toda la línea del imperialismo;
- y finalmente, enmarcar las ideas políticas de Dimitrov en la vasta corriente centrista internacional que en los años 30 tomó de asalto el marxismo revolucionario, tanto en la Unión Soviética como en China y en el mundo capitalista.
El lector juzgará si la prueba hecha le parece suficiente. A esta luz, se vuelve perfectamente comprensible la unidad y lucha entre revisionistas y antirevisionistas en torno a las ideas de Dimitrov.
Unidad, porque el dimitrovismo es esencial a ambos, como teoría de colaboración "democrática y "popular" de clases, bajo las vestiduras respetables del leninismo.
Lucha, porque el dimitrovismo conoció ritmos de maduración diferentes, de acuerdo con las particularidades nacionales de la lucha de clases: mientras su rama principal desembocó en el revisionismo de la escuela soviética y europea, la rama maoísta, relativamente autónoma, vino a dar, veinte años más tarde, el revisionismo chino, y una rama centrista fosilizada persiste aún hoy en el "estalinismo" albanés, preparándose para seguir el camino de los demás.
Así, los caminos, que parecían inconciliables, de las corrientes rivales del marxismo oficial, acaban por volver a juntarse, porque brotaron del mismo tronco común.
El revisionismo es el producto universal del centrismo. De ahí la importancia de conocer la naturaleza del dimitrovismo para entender el sentido de la lucha actual en el campo marxista y su desenlace previsible.
El centrismo es pues el tema de este trabajo. El centrismo, como forma original del oportunismo "comunista" del siglo XX, producto típico de la era del imperialismo, que tuvo en Bukharin, Dimitrov, Stalin, Mao, Gramsci, sus ideólogos y jefes políticos de mayor proyección.
El centrismo, como expresión de una corriente intermedia obrero-pequeño-burguesa y por eso obligada a proteger su incoherencia política e ideológica con una armadura "férrea": despotismo "revolucionario", para defender la dictadura del proletariado, organización monolítica, "para defender la unidad del Partido", parálisis ideológica, "para defender la pureza de la doctrina".
El centrismo, como artífice del revisionismo que más tarde vino a tomar el mando del movimiento obrero.
El centrismo, en fin, como parte de un régimen social nuevo en la historia, el capitalismo de Estado, último reducto de la burguesía, a la que permite renacer de las cenizas bajo una nueva forma "socialista".
No faltará quien ponga en cuestión este intento de crítica a lo que usualmente se designa como el "estalinismo". Para unos, será un descubrimiento serio, que viene a abrir puertas de par en par. Para otros, será "un tiquet de un viaje sin retorno hacia el revisionismo y al imperialismo". Quiero creer que no será una cosa ni otra.
Porque si el centrismo ha sido objeto de una crítica sistemática desde hace varios decenios, esta crítica ha partido invariablemente de la derecha (revisionistas, social-demócratas y, entre ambos, los trotskistas).
La crítica por la izquierda al centrismo está por hacer.
Queda por saber si tal crítica tiene lugar en el mundo de hoy. Nuestra "izquierda" encorbatada, harta de "superar" el leninismo, piensa naturalmente que no. Pero el análisis de los hechos que hasta ahora dio a luz no le dan gran autoridad en la materia. Es tan triste el espectáculo de sus deducciones elegantes, buscando escamotear la lucha de clases y prohibir la idea de dictadura del proletariado, que todo lo que se haga en la vía del leninismo queda justificado desde el principio.
Naturalmente, hacer la crítica del centrismo es ya prever su muerte. Hay todas las razones para esperar que el poder demoledor del marxismo acabe por pulverizar la corteza de preconceptos pequeñoburgueses que lo recubren.
En ese día veremos tal vez surgir nuevas experiencias de auténtica unidad popular, poderosas, capaces de derrotar al imperialismo y avanzar ininterrumpidamente hacia el socialismo, porque basadas en el cimiento que hace medio siglo les fue robado: la dirección de la clase obrera sobre la pequeña burguesía.
Me atrevo a pensar que este trabajo será un estímulo en el desértico panorama del marxismo en Portugal, para despertar la crítica revolucionaria de clase, sin la cual no se puede hablar ni siquiera de Partido Comunista, y mucho menos de esperanzas en la revolución y el socialismo. Veremos si los resultados corresponden a mis ambiciones.
Francisco Martins Rodrigues
Marzo de 1985.
Dani, para terminar esta parte de nuestro escrito de copiamos aquí los títulos de los diez capítulos del libro, para que te hagas una idea de su contenido:
1.- Frente Popular, los comunistas al servicio de la democracia burguesa. 2.- El pacto con la social-democracia. 3.- Ni fascismo, ni revolución. 4.- La liquidación del partido. 5.- Pequeña historia de un virage histórico. 6.- Del centrismo al revisionismo. 7.- El centrismo en el poder. 8.- El centrismo en Portugal. 9.- La agonía del centrismo. 10.- ¿El fin de la crisis?
Para ir terminando, tan solo pedirte a ti, Dani Pastor, y al resto de lectores un poco mas de vuestra ya generosa paciencia para una última aclaración. Ánimo, un último esfuerzo, que ya vamos acabando...
LA COMUNA DE PARÍS, LENIN, EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN
Dani, en tu carta nos dices que:
“Otra cuestión que me preocupa, por acercarse, eso sí al ultraizquierdismo, es la utilización como ejemplo práctico, de la 1a gran victoria de las masas de explotados tras las revoluciones burguesas de 1848; la Comuna de París de 1871.Si Herritar Batasuna aspira como dice, a construir la “síntesis revolucionaria del siglo XXI”, debería tener presente no sólo la Comuna, sino la superación práctico-teórica de la misma, de la mano de la Revolución de Octubre de 1917. Fue en esta, efectivamente, donde se superaron las cuestiones en lo referente a organización, unidad e independencia de clase, el derecho a la autodeterminación, vigilancia revolucionaria, etc. Teniendo en cuenta que las burguesías, también han tomado notas de estos procesos históricos, que están preparados y atentos para la reacción, y sobre todo, que siguen contando con sus mejores agentes infiltrados entre los sectores populares: los ensalzadores del legalismo; los herederos de la II Internacional.”
Estamos de acuerdo en que la Revolución de Octubre es una etapa de la Revolución Proletaria Mundial superior a la Comuna de París. Ahora, si superar quiere decir que Octubre resolvió de manera plena y satisfactoria los problemas que planteó la Comuna, debemos discrepar. El cerco imperialista, el atraso histórico del que esa gloriosa revolución partía y, sobre todo, el revisionismo rampante, que triunfó definitivamente en 1956 pero empezó a desarrollarse mucho antes, lo impidieron. Impidieron que el Estado Socialista surgido de aquella revolución llegara ser un estado-comuna. Esta cita de Lenin nos muestra la naturaleza de los obstáculos que lo impidieron y la importancia de reconocerlos:
“Ocultar a las masas que la incorporación de los especialistas burgueses mediante sueldos muy elevados es apartarse de los principios de la Comuna sería descender al nivel de los politicastros burgueses y engañar a las masas.”
(LENIN, 1918, Las tareas inmediatas del poder soviético.
Obras, Tomo VIII, Página44 del documento en PDF y 42 del texto original)
Podríamos acumular más citas de LENIN sobre la realidad limitada y no acorde con los principios de la Comuna de París y de su propio libro “El Estado y la Revolución” del estado Soviético en los años 1917 – 1923, pero esto alargaría aún más este texto. Sólo citarte un análisis de LENIN en 1920, en pleno debate sobre los sindicatos, que muestra el nivel agudo de conciencia que tenía Vladimir Ilitch Uliánov sobre el grado de desvío de los principios comunistas que se estaba dando en una fecha tan temprana. El problema no haría más que agravarse cada vez más, hasta las dos rupturas claves y decisivas con la vía socialista: 1956, con la victoria del revisionista Jruschov y 1990, con la traición del agente imperialista Gorbachov.
“Y entretanto, incurriendo en esa falta de seriedad, el camarada Trotski comete en el acto un error. Resulta, según él, que la defensa de los intereses materiales y espirituales de la clase obrera no es misión de los sindicatos en un Estado obrero. Eso es un error.
El camarada Trotski habla del “Estado obrero”. Permítaseme decir que esto es una abstracción. Se comprende que en 1917 hablásemos del Estado obrero: pero ahora se comete un error manifiesto cuando se nos dice: “¿Para qiué defender, y frente a quién defender, a la clase obrera si no hay burguesía y el Estado es obrero? No del todo obrero: ahí está el quid de la cuestión.
En esto consiste cabalmente uno de los errores fundamentales del camarada Trotski. Ahora que hemos pasado de los principios generales al examen práctico y a los decretos se nos quiere arrastrar hacia atrás, apartándonos de la labor práctica y eficiente. Eso es inadmisible.
En nuestro país, el Estado no es, en realidad, obrero, sino obrero y campesino. Esto en primer término. Y de esto dimanan muchas cosas. (Bujarin . “¿Qué Estado? ¿Obrero y campesino?) Y aunque el camarada Bujarin grite desde atrás “¿Qué Estado? ¿Obrero y campseino?”, no le responderé. Quien lo desee, puede recordar el Congreso de los Soviets que acaba de celebrarse y en él encontrá la respuesta.
Pero hay más. En el Programa de nuestro Partido - documento que conoce muy bien el autor de El abecé del comunismo – vemos ya que nuestro Estado es obrero con una deformación burocrática. Y hemos tenido que colgarle - ¿cómo decirlo?- esta lamentable etiqueta, o cosa así. Ahí tienen la realidad del periodo de transición.
Pues bien, dado este género de Estado, que ha cristalizado en la práctica, ¿los sindicatos no tienen nada que defender?, ¿se puede prescindir de ellos para defender los intereses materiales y espirituales del proletariado organizado en su totalidad? Esto es falso por completo desde el punto de vista teórico.
Esto nos llevaría al terreno de la abstracción o del ideal que alcanzaremos dentro de quince o veinte años, aunque yo no estoy seguro de que lo alcanzemos precisamente en ese plazo. Tenemos ante nosotros una realidad, que conocemos bien si no perdemos la cabeza, si no nos dejamos llevar por disquisiciones de intelectuales, o por razonaminetos abstractos, o por algo que a veces parece “teoría”, pero que, en la práctica, es un error, una falsa apreciación de las peculiaridades del periodo de transición.
Nuestro Estado de hoy es tal que el proletariado organizado en su totalidad debe defenderse, y nosotros debemos utilizar estas organizaciones para defender a los obreros frente a su Estado y para que los obreros defiendan nuestro Estado. Una y otra defensa se efectúan a través de una combinación original de nuestras medidas estatales y de nuestro acuerdo, de la “trabazón” de los sindicatos.”
Sobre los sindicatos, el momento actual y los errores del camarada Trotski.
Discurso pronunciado en la reunión conjunta de los militantes del PC(b) de Rusia delegados al VIII Congreso de los Soviets y miembros del Consejo Central de los sindicatos de toda Rusia y del Consejo de los sindicatos de Moscú.
30 de diciembre de 1920
APAGA Y VÁMONOS
Para terminar, una aclaración importante. Ante las razones y argumentos que hemos expuesto, algunos militantes españolistas se agarran a un clavo ardiendo, sin darse cuenta de que la consecuencia de esa actitud suele ser quemaduras en la mano.
Para decirlo claro de una vez: HERRITAR BATASUNA no ha calificado nunca de forma oficial en ninguno de sus comunicados de “fascista” la bandera republicana española con la estrella roja. Entre otras cosas, porque es evidente para nosotros que no lo es. Ya sabemos lo qué es el fascismo y sus banderas. Ni estamos tan locos, ni somos tan chovinistas, ni tan sectarios. Conviene decirlo alto y claro.
Rueda de prensa de Batasuna Borrokan llamando al la manifestación del 25 de Julio
En el calor de la polémica, el debate y los enfrentamientos en torno a la manifestación españolista del 25 de julio (a la que, por cierto, ni tan siquiera se nos invito, y de la que tampoco se nos informó, una iniciativa cocinada desde el principio por personas que desde siempre han despreciado el independentismo revolucionario como nacionalismo pequeño-burgués radicalizado junto con novísimos conversos a esta visión, y presentada como menú cerrado a los independentistas: estas son lentejas, si quieres las tomas y sino, las dejas, pero tratando de aparecer, de manera absolutamente tramposa, como una iniciativa unitaria, que no nos obligaba, en tanto que independentistas revolucionarios, a renunciar a nada), en el calor de esa polémica, pues, un militante de HERRITAR BATASUNA por iniciatica propia publicó una reflexión personal de alguien que no es militante de nuestro movimiento, y que participó en la citada manifestación, y que calificaba la bandera española republicana con la estrella roja de “fascista”. Esto lo hizo en una red social de nuestro movimiento, a título personal. Es en nuestra hoja web, por medio de comunicados firmados por HERRITAR BATASUNA donde se fijan nuestras posiciones políticas.
Por lo tanto, HERRITAR BATASUNA no ha calificado nunca de fascista la bandera española republicana con la estrella roja, ya que nuestro movimiento se expresa oficialmente en sus comunicados firmados en su nombre, y no de otra forma ni por otro canal. Los españolistas también suelen decir bastantes burradas a veces...
Otra cosa muy distinta es que califiquemos de IMPERIALISTA, CHOVINISTA, ANEXIONISTA y ESPAÑOLISTA la utilización de esa bandera en nuestro territorio nacional, y más en fechas altamente simbólicas como el 25 de julio y el 12 de octubre, efemérides ambas de gran importancia en el calendario nacionalista español. Esto último es un detalle simbólico irónico y secundario, aunque tiene su miga humorística sacar a pasear sus banderas en esas fechas...
No hay que ser un experto en el método materialista dialéctico para darse cuenta que la misma bandera española republicana con la estrella roja, símbolo y estandarte de la República Popular Española, enarbolada y ondeada en Valladolid, Madrid, Cuenca, Albacete o Murcia, tiene un significado liberador y revolucionario, y el mismo acto, realizado en Bilbo, Iruñea, Barcelona, Valencia, Granada, Córdoba, Compostela o Pontevedra tiene un contenido reaccionario y contrarrevolucionario, en la medida en que se reivindica la pertenencia a “España” de naciones conquistadas, ocupadas, sometidas y asimiladas por el Imperio Español a lo largo de su historia, como son Nabarra, los Països Catalans, Andalucía o Galicia.
Eso, Dani, se llama ESPAÑOLISMO, y estamos profundamente sorprendidos de que no hayas percibido “cierto tufillo chovinista” en estas acciones, y sí en nuestros comunicados. Tienes verdaderamente un olfato muy selectivo...
Por cierto, te agradeceríamos que en otra carta, si te parece bien y estás de acuerdo, nos señalases exactamente dónde y cuándo detectas ese “cierto tufillo chovinista” que no ves, o no quieres ver, en ondear banderas españolas a troche y moche por las calles de Bilbo por segunda vez en menos de cuatro meses. ¿O esa bandera no es ESPAÑOLA? ¿De dónde es, pues? ¿Nos queréis tomar el pelo, o qué?
Pero bueno, al leer en tu carta de que existe “en España un Partido Comunista reconstituido, no españolista, ni de extrema izquierda reformista, ni que se merezca ser despreciado por su actuación en el proceso de destrucción del actual Estado; con el cual, “paradójicamente” Herritar Batasuna “comparte” objetivo: la destrucción del Estado español. Un partido comunista, que junto a sus militantes, merecen un respeto, al igual que el resto del antifascismo.”, comenzamos a entender mejor las cosas, dónde te situas políticamente y cuál es tu línea política actual. Evidente.
Por supuesto que respetamos a los militantes antifascistas y comunistas revolucionarios españoles, los apreciamos, los defendemos y apoyamos cuando luchan por hacer la Revolución Socialista, Popular, o lo que decidan, en ESPAÑA. Es lo mínimo que podemos hacer como comunistas revolucionarios vascos e internacionalistas proletarios nabarros. Luchar contra el Capitalismo donde sea.
Pero cuando proclaman que Euskal Herria es ESPAÑA, y que nuestra nación debe (des)integrarse en la República Popular ESPAÑOLA, por supuesto que los hemos denunciado, los denunciamos y los denunciaremos como IMPERIALISTAS, ESPAÑOLISTAS, CHOVINISTAS y otros adjetivos menos agradables al oído.
Y cuando leemos en tu carta que la bandera republicana ESPAÑOLA con la estrella roja, la bandera de la República Popular ESPAÑOLA, “simboliza la unidad e independencia de Euskal Herria”, tenemos que decirte que tu afirmación es totalmente españolista. Aparte de totalmente sorprendente en un militante de E.T.A.
Podemos aparecer con esa bandera en Baigorri, Maule, Baiona, Donapaleu, Donibane Lohitzune, Atharratze, Sara, Heleta, Urepel, a ver qué dicen nuestros compatriotas de Baxe Nafarroa, Lapurdi y Zuberoa sobre la “unidad e independencia de Euskal Herria” Ya verás qué risa... O igual no hay risas, y si alguna otra cosa...
Las dos banderas que simbolizan la República Socialista Vasca de Nabarra son la ikurriña vasca y la pomelada nabarra, ambas con la estrella roja.
Banderas que jamás ondearemos en Valladolid, Madrid, Cuenca, Albacete o Murcia, ni en Barcelona, Valencia, Granada, Córdoba, Compostela o Pontevedra, para reivindicar que todas esas naciones deben (des)integrarse y formar parte de la Republica Popular Vasca de Nabarra. Previa conquista a sangre y fuego por el ejército del Reino de Nabarra, ocupación militar de varios siglos, destrucción sistemática de las instituciones independientes de esas naciones, etnocidio planificado y desaparición programada de las lenguas castellana, catalana, gallega y las andalusíes (árabe y mozárabe, bereber y hebreo), e imposición del Euskara por medio de la prohibición de la enseñanza en las lenguas nacionales de esos Pueblos. Eso sí, tras estas idílicas en internacionalistas relaciones, esas naciones, o lo que queda de ellas después de siglos de asimilación forzada, gozarán del derecho de autodeterminación en nuestra fenomenal República Popular Vasca de Nabarra. ¡Qué generosos somos!
Entendemos que no cabe apoyar la lucha por una República Popular ESPAÑOLA a la vez que se habla de destruir el Estado español “actual”. Por todo lo que ya antes hemos comentado, nosotros defendemos que la única solución al problema nacional, viejo de siglos, que constituye el Reino de España pasa por la creación de una alianza para la Revolución Socialista, anticapitalista, antiimperialista -y por ende antifascista- del Proletariado Revolucionario de los pueblos y naciones oprimidas por aquél, con el propósito de destruirlo de una vez por todas.
Pero no desde la idea de conformar una República Popular ESPAÑOLA, sino de construir una Confederación de Repúblicas Socialistas en una primera fase, de los Pirineos, de la Península Ibérica, de Europa Occidental, del Mediterráneo, de Eurasia, o de donde se pueda, y una Unión de Repúblicas Socialistas en una fase más avanzada, siempre y en todo caso, desde la independencia y la libre e inalienable voluntad de cada uno de los pueblos y naciones que la conformen.
Este es precisamente el programa y la estrategia de la CONFERENCIA INTERNACIONAL, órgano de coordinación y solidaridad en el que participamos, junto con la organización revolucionaria gallega AGORA GALIZA – UNIDADE POPULAR, y la andaluza NACIÓN ANDALUZA.
Estaríamos encantados de acoger de nuevo a los camaradas portugueses que en su tiempo participaron, y por supuesto, a organizaciones catalanas, canarias, castellanas - o españolas, nosotros no somos quién para solucionar el PROBLEMA NACIONAL ESPAÑOL viejo de siglos (¿hay que recordar aquí a todos los intelectuales de la generación del 98, el vasco españolista Miguel de Unamuno a la cabeza, o Américo Castro, Ortega y Gasset, Claudio Sánchez Albórnoz, etc...?) -, y no hay que decirlo, organizaciones rifeñas, corsas, sardas, marroquíes, gasconas, occitanas, bretonas, galesas, griegas, escocesas, irlandesas, francesas, italianas, alemanas... El mundo no se acaba en los Pirineos, ni en la Península Ibérica...
Ya vale. Perdona por la chapa. Creemos que era necesario aclarar las cosas a fondo. Una vez más, te manifestamos que hemos tomado muy en serio tus críticas, y por eso hemos contestado de esta forma tan exhaustiva. Quedamos a tu disposición para proseguir en este debate estratégico, en la medida en que tu situación carcelaria lo permita. Haremos todo lo que podamos para que así sea.
Recibe Dani, un saludo comunista revolucionario vasco por encima de las diferencias tácticas y estratégicas que nos separan. Muchas gracias por tu crítica, que nos ha permitido exponer nuestras razones. ¡Un abrazo solidario!
GORA EUSKAL IRAULTZA SOZIALISTA
JOTAKE, IRABAZI ARTE!
GORA NAFARROAKO EUSKAL ERREPUBLIKA SOZIALISTA!
KOMUNISMOA ALA EXTINTZIOA!
GORA MUNDUKO IRAULTZA PROLETARIOA
Bietan jarrai!
Herritar Batasuna